Los inspectores de la ONU que han investigado en Siria el supuesto uso de armas químicas han salido del país al vecino Líbano, según testigos presenciales citados por la cadena qatarí Al Yazira.

Los inspectores concluyeron el jueves su cuarto día de inspección en los lugares de Siria donde ha habido denuncias cruzadas del uso de armas químicas entre los rebeldes y el Gobierno de Bachar al Asad.

No obstante, Naciones Unidas aclaró este viernes que no habrá un informe preliminar de los inspectores sobre el supuesto ataque químico la semana pasada a las afueras de Damasco, y esperarán a los análisis completos para presentar los resultados.

Quiero aclarar algunos mitos que están circulando. Los expertos no presentarán un informe preliminar, habrá informe una vez concluyan los análisis de las evidencias recogidas, dijo a la prensa el portavoz de la ONU, Martin Nesirky.

Añadió que una vez concluido el proceso científico, lo antes posible, presentarán a Ban un informe que compartirá con los estados miembros, y después seguirán investigando el resto de las denuncias de ataques químicos y habrá un informe final completo.

Los científicos tienen previsto regresar a La Haya, sede de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), para trasladar las muestras a diferentes laboratorios, un proceso que supervisará personalmente el responsable del grupo, el profesor sueco Ake Sellström.

Por su parte, la alta representante para Asuntos de Desarme, Angela Kane, que ya había salido de Siria el viernes con destino a Nueva York, mantendrá hoy un encuentro con el secretario general para hablar sobre el trabajo de los inspectores, añadió el portavoz.

1.429 MUERTOS El Gobierno sirio trasmitió el viernes a Ban su rechazo a cualquier informe parcial de la ONU antes de que sus expertos cumplan con su misión en Siria, donde había pedido que visitasen las zonas en las que sus soldados se vieron afectados por gases tóxicos.

El Gobierno de Estados Unidos hizo público este viernes un informe que asegura que 1.429 personas, entre ellas al menos 426 niños, murieron en el ataque con armas químicas del 21 de agosto pasado en la periferia de Damasco, ataque que atribuye al Gobierno sirio.

La Coalición Nacional Siria (CNFROS) denuncia que al menos 1.500 personas murieron en ese ataque lanzado por el Ejército sirio, unas acusaciones que han sido negadas por las autoridades del régimen, que atribuyen a los rebeldes el uso de armas químicas.