El sábado 8 de diciembre del 2012, a las 9:30 p.m., el presidente se dirigió por última vez a para hacer un recuento completo de su estado de salud y describir los próximos pasos que 'debían darse' -y que en efecto se dieron- en caso de que no pudiera continuar con sus funciones. 

"Como es bien sabido además de haber dado todas las batallas políticas y sociales que nos tocó, gracias a Dios, y que nos permitió retomar las banderas mancilladas de Bolívar (...). Ahora hay una nueva batalla (...) se ha decidido proceder con una nueva intervención quirúrgica", anunció Chávez, quien gobernó Venezuela desde 1999.

En un discurso cargado de alegorías patrióticas mezcladas con consignas proselitistas, Chávez Frías insistió en que la clave para continuar la revolución era que los seguidores del oficialismo y las Fuerzas Armadas se mantengan unidos

Con una cruz en mano, el entonces presidente firmó la solicitud que lo eximiría de sus funciones, permitiéndole retornar a donde se sometería a una cirujía. Nunca se supo cuál fue era la zona afecta por el cáncer, ni el estadío en el que se encontraba cuando emitió su último mensaje a la nación. 

"Fue como de milagro llegar al 4 de febrero (día en que asumió el mando en el Palacio de Miraflores), llegar aquí a la casa del pueblo. Yo sigo aferrado a ese milagro", dijo el mandatario antes de besar un crucifijo. 

Más adelante interrumpió la hilación de su discurso, característica habitual de sus mensajes, para preguntarle a la cantidad de años que tenía como canciller. "4 años y medio", dijo el entonces vicepresidente.

Esto dio pie para que Chávez lo presentara como la única opción que él respaldaría esté donde esté. "Si algo ocurriera Nicolás Maduro debe concluir, como manda la constitución, el periodo. Esta es mi opinión firme, plena, como la luna llena, irrevocable, absoluta total, en el escenario, que obligaría a convocar a elecciones presidenciales. Ustedes  de la República Bolivariana de Venezuela", dijo el comandante a modo de indicación. 

Tras ese anuncio, y durante los diez minutos finales de su initerrumpido mensaje, el líder político, se ocupó de ensalzar e insistir en que no habría alguien mejor que Maduro para ser su seguidor, porque "ahora venimos siendo solo uno, porque ya Chávez no es una sola persona, Chávez es un colectivo. Porque como decía el slogan de la campaña, Chávez es el corazón del pueblo, y el pueblo está aquí en el corazón de Chávez", destacó generando un ambiente con sabor a ceremonia de transición gubernamental.

Rodeado de sus ministros, el jefe de estado, entonó el himno nacional y pidió la espada de Bolívar que tenían frente a la mesa central de la sala, antes de referirse escuetamente a la oposición.

"Hoy tenemos patria. Pase lo que pase en cualquier circunstancia, seguiremos teniendo patria. No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles para mantener ese empeño para la restauración del capitalismo, del neoliberalismo, para acabar con la patria", aseguró siempre acompañado por los habituales ademanes que hacía con las manos para dar contundencia. 

El gabinete de ministros que rodeó a Chávez durante los 35 minutos de mensaje no pronunció ni una palabra, sino hasta el final cuando entonaron vivas por Venezuela. "A las 10:10 p.m. me queda decirles buenas noches, y ¡hasta la victoria siempre!", culminó Chávez. "Viviremos y venceremos ¡Viva Venezuela, viva!", clamó en coro con su gabinete. El 05 de marzo del siguiente año, a las 4:25 p.m.,

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