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Valparaíso, una ciudad golpeada por incendios forestales - 8

está en problemas. La 'Joya del Pacífico' vuelve a batallar con una seguidilla de incendios que se ensañan con las precarias viviendas que cuelgan de los 44 cerros que adornan este puerto chileno.

Allí, el fuerte viento, la sequía y una precaria urbanización conspiran para hacer crecer las llamas.

Bajo el vuelo de varios helicópteros y aviones que combaten un nuevo foco de incendio este jueves en uno de los accesos a la cuidad, el cuarto comandante de Bomberos de Valparaíso, Claudio Rojas, es tajante: "Valparaíso es una ciudad de emergencias".

De cara al bravo océano Pacífico, en la ciudad conviven un antiguo centro declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que atrae a miles de turistas cada año, con miles de precarias viviendas que cuelgan de sus cerros. Construidas casi sin ningún control y con materiales ligeros, éstas exponen a sus habitantes a peligros tanto en invierno como en verano.

Si las altas temperaturas avivan las llamas en verano, en invierno en la cima de los cerros los habitantes de Valparaíso conviven con el peligro latente de un alud, sobre todo en los lugares que ya fueron arrasados por los incendios.

Con temperaturas récord y varios años de sequía, la actual temporada de incendios forestales ha sido particularmente dura, con unas 19.000 hectáreas arrasadas hasta ahora en toda la región. El último de ellos de consideración, ocurrió el 2 de enero pasado en una zona de pastizales en el sector de Laguna Verde, que luego se expandió a poblaciones cercanas dejando una veintena de heridos y más de 200 casas destruidas.

Las imágenes de llamas desatadas a lo largo de los cerros volvieron a recordar la tragedia que se vivió en el puerto en marzo de 2014, tras un gigantesco incendio que dejó 15 muertos y arrasó más de 3.000 viviendas. Un año después, en el mismo lugar, otro siniestro cobró la vida a una mujer.

La construcción sin reglamentación en terrenos demasiado cercanos a los bosques que rodean a los cerros y la basura que se acumula en zonas empinadas y de difícil acceso -donde es difícil conectar grifos para combatir las llamas-, explican gran parte la vulnerabilidad de la ciudad, según el bombero Claudio Rojas.

Sin olvidar que más del 90% de los incendios son provocados por acción humana, ya sea de forma deliberada o por descuidos.

--- Sobrevivir en 'Valpo' ---

A unos kilómetros del combate a las llamas de bomberos y rescatistas de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), la población 'Puertas Negras' intenta levantarse del último gran incendio.

"Fue una pesadilla", recuerda Ester Hernández, en lo alto de un cerro y rodeada de los escombros en los que se transformaron su casa y la de sus vecinos. 

Después que al atardecer de ese día emergieron las llamas, solo queda "la angustia enorme que te aprieta el corazón al ver a tus hijos con lo puesto, saber que no rescatamos nada", agrega.

Con tres hijos, Ester y su marido buscan recuperar su vida pero sin renunciar a vivir en Valparaíso, la ciudad que aman pese a la amenaza constante de las llamas, y en la que han decidido quedarse gran parte de los afectados por los últimos incendios.

Para la mujer, la solución es "cortar los árboles, desmalezar todo, sacar los escombros y hacer cortafuegos" para evitar nuevos incendios en una ciudad llena de pequeñas escaleras y pasadizos que dificultan la movilidad tanto a pie como en vehículos.

Eso está en los planes del gobierno de Michelle Bachelet, junto con otras medidas de mejora en las urbanizaciones, pero aún parecen lejanas para los porteños más vulnerables que se quejan de la falta de ayuda estatal.

Según la última encuesta de caracterización social (Casen), la pobreza en la región de Valparaíso bajó desde el 24,5% en 2011 a 15,6% en 2013. Sin embargo, sigue siendo una de las más altas del país, con una prevalencia de la pobreza extrema de 4,5%.

Sobre las ruinas de lo que hasta el 2 de enero fue su hogar, Boris Navarrete, de 32 años, intenta explicar por qué él y sus vecinos eligieron para vivir la zona alta de Valparaíso a pesar de la amenaza constante del fuego.

"El tema de sobrevivir acá en Valparaíso es más fuerte que saber que puede pasar esta catástrofe, (...) es una manera de sobrevivir", dice este hombre, que decidió colgar el esqueleto quemado de la bicicleta de su hija de dos años en señal de resistencia ante la pérdida total de sus bienes.

Fuente: AFP

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