Como si fueran realidades paralelas, los dos principales candidatos para las elecciones presidenciales del domingo en Venezuela protagonizan un enfrentamiento explícito, el verbal, y otro implícito, por la verdad y los símbolos patrios, que se corporiza en la vestimenta que utilizan en sus actos de campaña.

Durante sus discursos frente a miles de personas, es común ver al candidato oficialista, el presidente interino Nicolás Maduro, con el uniforme deportivo con los colores amarillo, azul y rojo, los mismos de la bandera nacional.

Mientras, el líder opositor, Henrique Capriles, también suele usar el abrigo deportivo pero en su versión blanca, con una franja azul en el pecho, una manga roja y otra amarilla.

SÍNTOMA DE POLARIZACIÓN No es casual. Puede sonar risible pero en Venezuela es tal la polarización y la fractura que existe que ambos candidatos se disputan los símbolos nacionales. Este es el problema de fondo, dijo el politólogo John Magdaleno .

A su vez, tanto Maduro que llama a su rival caprichito o heredero de Hitler:https://elcomercio.pe/actualidad/1557066/noticia-nicolas-maduro-califico-oposicion-venezolana-comoherederos-hitler como Capriles que habla de su oponente como candidato muy malo, sin carisma, sin liderazgo recurren a una gorra con los colores de la bandera.

En apariencia es la misma gorra pero hay una diferencia: la que viste el candidato oficialista tiene bordada la inscripción 4F, en referencia al 4 de febrero de 1992, cuando el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) encabezó el fallido golpe de Estado contra el mandatario Carlos Andrés Pérez.

El año pasado Capriles intentó disputarle los símbolos patrios a Chávez por intermedio de una gorra. El gobierno retomó la pelea y utilizó la gorra. Hay, en el fondo, una disputa por la verdad, explicó Magdaleno.

ESO QUE LLEVAS EN LA CABEZA La guerras de las gorras lleva ya un tiempo. En febrero, Maduro buscó establecer como insignia del oficialismo la gorra tricolor con el 4F para diferenciarla de la que había usado Capriles en la campaña para las presidenciales de octubre pasado, cuando fue segundo, a casi 11 puntos de Chávez.

El presidente interino dijo que las gorras revolucionarias no se las podía robar la oligarquía ni los burguesitos.

Capriles retrucó que el que no cree en una Venezuela para todos no puede ponerse una gorra tricolor y le propuso a los oficialistas que vistan una gorra roja.

El origen de esta lucha se remonta a julio pasado, cuando la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, dijo que Chávez tras ser advertido había dejado de utilizar su uniforme deportivo con los colores de la bandera y pidió a Capriles que dejara la gorra ya que no está permitido el uso de vestimenta alusiva a los símbolos patrios.

El líder opositor ignoró la solicitud y sostuvo que no estaba violando ninguna norma. Desde entonces, se convirtió en una suerte de emblema de la oposición, aunque el oficialismo retomó hace unas semanas la disputa por los símbolos patrios (y por la verdad).