El oficialismo realizó marchas y concentraciones callejeras el lunes para conmemorar los 21 años de un fallido golpe, en actos de masa en los que por primera vez estuvo ausente el cabecilla de esa rebelión militar, el presidente Hugo Chávez, que permanece convaleciente en La Habana.

Chávez, que era teniente coronel del Ejército, el 4 de febrero de 1992 trató de derrocar sin éxito al presidente Carlos Andrés Pérez, que gobernó el país por segunda vez entre 1989-1993.

Al ritmo de tambores y canciones de pop que fueron utilizadas en la pasada campaña electoral oficialista, varios miles de empleados públicos y manifestantes, vestidos con franelas y gorras rojas y portando pancartas a favor de Chávez, comenzaron a aglomerarse en varios puntos del centro y oeste de la capital para luego marchar hacia una masiva concentración que organizó el gobierno detrás del palacio de gobierno.

Una de las marchas fue acompañada por siete carros blindados de la fuerza armada para recordar la participación de los uniformados en la asonada de 1992. El vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro, encabezó los actos ante la ausencia de Chávez y recordó frente a los soldados presentes que el 4 de febrero de 1992 cortó en dos la historia contemporánea del país petrolero.

En el acto realizado en el Museo Militar de Venezuela se develó una pintura del busto de Chávez vistiendo un uniforme castrense. Entre los veteranos de aquella fecha figuran el actual presidente de la Asamblea Nacional (Congreso unicameral), Diosdado Cabello, o el gobernador del estado de Zulia (Oeste), Francisco Arias Cárdenas, quienes asistieron llevando prendas de campaña.

“NADA QUE CELEBRAR” Por su parte, el líder de la oposición en Venezuela, Henrique Capriles, dijo que en esta fecha no hay nada que celebrar y sí mucho que cambiar.

4 de febrero, nada que celebrar, mucho que recordar y mucho que cambiar en nuestro país, publicó el ex candidato presidencial y gobernador del estado Miranda (centro) en su cuenta en la red social Twitter.

Capriles agrego que por más que el Gobierno quiera imponer el 4 de febrero como una fecha patria, para millones de venezolanos es y será el recuerdo de un golpe fracasado.