Un hombre pasa frente a una estación de autobuses en el distrito central de negocios de Beijing el 5 de mayo de 2022, en medio de la pandemia de coronavirus en China. (Jade GAO / AFP).
Un hombre pasa frente a una estación de autobuses en el distrito central de negocios de Beijing el 5 de mayo de 2022, en medio de la pandemia de coronavirus en China. (Jade GAO / AFP).
Agencia AFP

Después de varios días festivos, Beijing volvía este jueves a la actividad a medio gas, con calles casi desérticas y millones de personas teletrabajando en medio de una escala de restricciones por un brote de en la capital .

El gigante asiático mantiene su estrategia “cero covid”, consistente en test masivos, fuertes restricciones a la movilidad internacional y confinamientos como el aplicado desde hace semanas en Shanghái, su principal centro económico, con miles de casos diarios.

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Aunque en la capital el número de contagios es mucho menor, solo 50 nuevos casos el jueves, las autoridades han aplicado numerosas restricciones para contener las infecciones y evitar un brote como el de la metrópolis meridional.

El jueves, en el primer día laborable después de varios festivos por el Día de los Trabajadores, los distritos de Chaoyang, el más poblado de Beijing con unos 3,5 millones de residentes, y Tongzhou urgieron a sus locales a teletrabajar.

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Además, las autoridades cerraron los accesos de decenas de estaciones de metro, prohibieron comer dentro de restaurantes e ir al gimnasio.

Aun así, Feng Yinhao, que trabaja en un centro de masajes en el distrito de Chaoyang, aseguró que la vida en Pekín era “todavía normal” comparado con Shanghái, donde el encierro provocó enfado de numerosos residentes y quejas por las dificultades de conseguir comida.

“Los habitantes podemos aceptar la situación ahora”, afirmó Zhan Jun, un residente en Chaoyang. Pero “si las cosas son como en Shanghái (...), si se vuelve demasiado severo, las cosas serán distintas”, aseguró.

Pérdida de atractivo económico

El gigante asiático se ha visto sacudido en las últimas semanas por un fuerte brote de covid que ha tenido su epicentro en Shanghái, con más de 4.600 nuevas infecciones el jueves a pesar del largo confinamiento aplicado en la capital económica china.

Decenas de ciudades en China están aplicando confinamientos totales o parciales o medidas restringiendo la movilidad. Además, urbes importantes como Hangzhou o Beijing han ordenado test masivos a su población.

Estos controles están repercutiendo en la economía. Los ingresos por el turismo interno durante los cinco días de fiesta por el Día de los Trabajadores cayeron en un 40% respecto al año anterior.

Un estudio de la Cámara de Comercio de la Unión Europea en China publicado este jueves aseguró que esta gestión de la pandemia ha hecho perder al gigante asiático “gran parte de su atractivo” para numerosas empresas europeas.

Y según datos independientes del grupo mediático Caixin, la actividad del sector servicios de China cayó en abril a su segundo peor nivel en el registro histórico.

Sin embargo, algunas medidas se están relajando. Las autoridades anunciaron el miércoles que reducían la cuarentena para pasajeros internacionales de 21 a 10 días en una instalación centralizada y siete días en casa.

El portavoz gubernamental Xu Hejian argumentó el cambio por las características de la variante ómicron, con un periodo de incubación más corto y unos síntomas menos severos.

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