Milagros Asto Sánchez

Para los habitantes de , no es nada fácil hablar del y, al mismo tiempo, es casi imposible encontrar otro tema del que conversar. Las aristas son inacabables: los meses de rígido confinamiento, el avance del virus por el mundo, las vidas perdidas. Pero también están la entereza de la gente, el compromiso ciudadano y el deseo de aquellos que, como la antropóloga e investigadora Bojing Wu, desean ayudar a otros compartiendo su experiencia en la zona cero de la pandemia.

Mi pasión siempre fue ver el mundo de cerca”, cuenta desde la casa de su abuela en Huang Guang, muy cerca de Wuhan, epicentro del virus. La joven de 26 años llegó ahí en febrero para pasar el Año Nuevo Chino, pero terminó quedándose cuando el gobierno amplió las medidas de confinamiento a toda la provincia de Hubei. Casi un año atrás, había pasado una temporada en el Perú, investigando el vínculo entre las sociedades china y peruana, un periodo que hoy recuerda con nostalgia cada vez que mira atenta las noticias que llegan sobre nuestro país.

El martes, China puso fin a 11 semanas de confinamiento en Wuhan, el más estricto y prolongado de todo el mundo, pero sus ciudadanos saben que nada volverá a ser como antes. Según las cifras oficiales, la pandemia provocó 81.000 contagios en el país asiático y más de 3.300 muertes, 2.500 de los fallecimientos se registraron en Wuhan.

Las personas pueden regresar a trabajar, pero todavía tienen que usar mascarillas, esterilizarse, tomarse la temperatura y mantenerse alejadas unas de otras. Nuestras vidas están lejos de volver al estado de normalidad anterior. Después de tanto tiempo de cuarentena en China, la sociedad y la economía se enfrentan a diversos desafíos, y todo se hará de forma que se evite la propagación de la epidemia”, dice la joven.

Bojing Wu realizó una investigación en el Perú en el 2019. Cuenta con un máster en antropología de Iberoamérica por la Universidad de Salamanca, España. (Foto: Facebook Bojing Wu)
Bojing Wu realizó una investigación en el Perú en el 2019. Cuenta con un máster en antropología de Iberoamérica por la Universidad de Salamanca, España. (Foto: Facebook Bojing Wu)

Añade que aunque el miedo entre los ciudadanos se ha reducido y muchos contaban los días para volver a sus trabajos, “aún seguimos muy cuidadosos para evitar que todo nuestro esfuerzo previo se desperdicie”.

Aislados desde el 23 de enero

Bojing afirma que vivir 11 semanas en estricta cuarentena y mantener la calma es “mucho más difícil de lo que cualquiera pueda imaginar”.

Las medidas de confinamiento coincidieron en el gigante asiático con el Año Nuevo Chino, la fiesta más importante de su cultura y el momento del año en que muchos se reúnen con sus padres y abuelos. “Decidimos no celebrar juntos este año para poder celebrar todos los años en el futuro”.

La poca variedad en las opciones de alimentos fue otro problema que se vivió en la cuarentena. La comida era repartida uniformemente a cada familia por redes comunitarias, que tenían pocas manos para trabajar. Muchos debían comer lo mismo por unos días, elegir muy pocas veces era una opción.

Pero lo más duro del confinamiento ha sido su efecto en la salud emocional de miles de ciudadanos. “Por un largo tiempo, todo lo que podía ver en mi vida era el COVID-19. Llenaba mi vida, las noticias, las redes sociales, las conversaciones con mis amigos. Fue la primera vez que sentí lo que es la sobrecarga de información. Y me dio ansiedad. Estaba emocionada por los esfuerzos de los médicos, triste por los fallecidos, furiosa por las noticias negativas… todo eso me generó presión y preocupación por el futuro. Pero luego empecé a reducir el tiempo de leer noticias y olvidaba el mundo exterior por un momento. Me concentraba en mí, me dediqué a leer, a hacer ejercicios, a escribir, también a tomar el sol en el balcón. Olvidé los planes que se habían destruido y acepté la vida presente. Así pude encontrar la calma otra vez y consolar a mi familia”.

Durante este miércoles se espera que 276 trenes salgan de Wuhan con destino a grandes ciudades como Shanghái (este) o Shenzhen (sureste). (Foto: NOEL CELIS / AFP)
Durante este miércoles se espera que 276 trenes salgan de Wuhan con destino a grandes ciudades como Shanghái (este) o Shenzhen (sureste). (Foto: NOEL CELIS / AFP)
/ NOEL CELIS

La joven ha encontrado en la escritura una fuente de escape. Muchas historias retratan cómo esta catástrofe ha hecho que cada persona redefina qué es lo importante en su vida. Están quienes perdieron a toda su familia en 2 semanas. El dueño de un negocio que invirtió todo lo que tenía en una fiesta de Año Nuevo Chino que no ocurrió. También las parejas que estando a punto de divorciarse encontraron que todavía estaban muy enamoradas. “O hay personas como yo, que siempre buscaba ver el mundo y alejarme de casa de mis padres y ahora estoy muy satisfecha al lado de mi familia”, dice Bojing.

Yo creo que los habitantes de Hubei vamos a volver a una nueva normalidad, con más gratitud en nuestra corazón, apreciando más la vida y amando más la vida. En estos tiempos difíciles muchos médicos voluntarios de otras provincias vinieron a ayudarnos. Debían quedarse con sus familias a celebrar el Año Nuevo Chino, pero en lugar de eso estaban en la primera línea de la emergencia. Muchos nos ayudaron con alimentos y otros productos, nos ayudaron a construir hospitales. Ahora nos enfrentaremos a una serie de dificultades por las pérdidas económicas, pero también tenemos más coraje y somos más optimistas que antes”.

La joven destaca que el deseo de todos los chinos es vencer al COVID-19 y por ello están dispuestos a seguir acatando las recomendaciones del gobierno. “Los manejos del gobierno son efectivos y rápidos, pero limitados, un país es como una familia, se necesita la solidaridad de cada persona. El gobierno escucha las opiniones profesionales y toma una serie de medidas, pero al mismo tiempo, se necesita que los ciudadanos cumplan estos objetivos comunes juntos”.

Wuhan, de 11 millones de habitantes, ha registrado desde finales de diciembre del 2019 más de 50.000 casos confirmados de coronavirus, de los que, según las cifras oficiales, han muerto 2.571 personas.  (Foto: NOEL CELIS / AFP)
Wuhan, de 11 millones de habitantes, ha registrado desde finales de diciembre del 2019 más de 50.000 casos confirmados de coronavirus, de los que, según las cifras oficiales, han muerto 2.571 personas. (Foto: NOEL CELIS / AFP)
/ NOEL CELIS

Para ser honesta, todos estaban insatisfechos al principio, y la epidemia fue un desastre al comienzo. Todos nos enfrentamos a algo tan malo por primera vez. Pero después de todo, estamos orgullosos de nuestra gran patria y de nuestros ciudadanos”, agrega.

Mensaje para el Perú

Bojing cuenta que ha visto en las noticias que el Perú impuso la cuarentena rápidamente, habilitó casas para los indigentes, preparó hospitales para tratar a los contagiados y otorgó apoyo económico a las familias necesitadas. También ha visto en las redes sociales cómo la Plaza de Acho es ahora un albergue para quienes no tienen hogar. “No hay duda de que Perú superará esta crisis”, afirma.

Perú ya está en la situación de los mejores países en el mundo. Deseo de todo corazón que amigos peruanos estén sanos y felices. Mucha gente dice que por la respuesta del gobierno chino nosotros tenemos suerte de ser chinos. Creo que los peruanos deben haber experimentado lo mismo últimamente. Veo en las noticias del Perú que su gobierno ha tomado una serie de decisiones efectivas. Esto permite que muchos peruanos no tengan que perder sus vidas o las de sus familias”.

La joven destaca la amabilidad, optimismo y mente abierta de los peruanos que conoció aquí y está segura de que esas características pueden ayudar al Perú a vencer esta enfermedad más rápido. “Perú, al igual que China, tiene una larga historia. Ambos países han vencido muchos desastres, grandes y pequeños. Nuestros pueblos son más sabios y valientes ante las dificultades. Crean en el poder del pueblo, crean que las dificultades nos hacen más fuerte”.

Esta foto del martes muestra a una mujer miembro del personal médico de la provincia de Jilin (centro) mientras abraza a las enfermeras de Wuhan con las que trabajó durante el brote de coronavirus en Wuhan. La emotiva escena ocurrió durante una ceremonia en el aeropuerto de Tianhe después de que se levantara el confinamiento en Wuhan. (Foto: Hector RETAMAL / AFP)
Esta foto del martes muestra a una mujer miembro del personal médico de la provincia de Jilin (centro) mientras abraza a las enfermeras de Wuhan con las que trabajó durante el brote de coronavirus en Wuhan. La emotiva escena ocurrió durante una ceremonia en el aeropuerto de Tianhe después de que se levantara el confinamiento en Wuhan. (Foto: Hector RETAMAL / AFP)
/ HECTOR RETAMAL

Enfatiza también que ningún país o gobierno del mundo tiene los suficientes médicos y recursos para curar la enfermedad por su cuenta y que la explosión de contagiados significa el colapso de los recursos médicos en cualquier país.

"Por lo tanto, quedarse en casa es clave para terminar esta guerra más rápido, para que los médicos que trabajan días y noches puedan regresar a sus casas pronto, para darle esperanzas de vida a las personas enfermas. Quedarse en casa es una misión gloriosa para cada persona. Si hay gente a su lado que no sabe la importancia de la cuarentena, tenga paciencia y explíquele. Esta es una guerra sin humo, cada persona es un guerrero. Hagamos lo correcto para salvar vidas y familias”.

Bojing afirma que el pueblo de Wuhan siente sincero agradecimiento por la ayuda y aliento que ha recibido de todo el mundo. “Los ciudadanos de Wuhan siempre recordaremos eso en nuestros corazones. Hemos pasado por momentos muy oscuros, dolorosos y difíciles, pero la luz llegará. Esta vez es un desafío para toda la humanidad. Sin duda estamos más unidos y venceremos esto”.

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¿Qué es el coronavirus?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).

El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19. Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.

Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.

Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos. Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.

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