El descubrimiento a principios de marzo del falseo de documentos del Ministerio de Finanzas de Japón relacionados con la venta ventajosa de un terreno estatal a una institución privada con vínculos con Shinzo Abe afectó su popularidad. (AFP)
El descubrimiento a principios de marzo del falseo de documentos del Ministerio de Finanzas de Japón relacionados con la venta ventajosa de un terreno estatal a una institución privada con vínculos con Shinzo Abe afectó su popularidad. (AFP)
Redacción EC

La reelección del primer ministro japonés, Shinzo Abe, al frente de su partido y con ello su permanencia como jefe del Ejecutivo está amenazada por un caso de corrupción que ha lastrado su popularidad y su liderazgo político.

Según una encuesta del diario Yomiuri publicada hoy, Abe cuenta con un apoyo de solo el 26 % de los afiliados para ser reelegido líder del Partido Liberal Demócrata (PLD) en septiembre y le sitúa por detrás del joven Shinjiro Koizumi, hijo del carismático exjefe de Gobierno Junichiro Koizumi.

La nueva promesa de la conservadora formación política, de 36 años, contaría en este momento con el poyo del 30 % de los encuestados para el congreso del PLD de septiembre en el que se elige al nuevo líder.

El actual primer ministro tenía todas las papeletas para revalidar el cargo al frente del partido después de su holgada victoria en las urnas octubre de 2017.

La formación aprobó, además, el año pasado una reforma interna que permite a su presidente optar a un tercer mandado consecutivo y que posibilitaba a Abe continuar como primer ministro hasta 2021.

El descubrimiento a principios de marzo del falseo de documentos del Ministerio de Finanzas relacionados con la venta ventajosa de un terreno estatal a una institución privada con vínculos con Abe ha dañado, sin embargo, su popularidad -su apoyo se sitúa en el 42 %, por debajo de la aprobación- y provocado un giro político.

De no salir reelegido, Abe tendría que dejar el cargo de primer ministro y ceder el puesto al nuevo presidente designado por el PLD.

La supuesta trama de corrupción, que fue destapada en febrero de 2017 pero permaneció en segundo plano hasta la revelación de la manipulación, ha centrado gran parte de los debates parlamentarios en las últimas semanas ante la sospecha de que el Gobierno encubrió el caso, en el que se facilitó la venta del terreno con un 86 % de descuento.

Abe, quien siempre ha negado su implicación, prometió en su momento dimitir como primer ministro y como diputado si se demuestra su complicidad o la de su esposa, Akie, también salpicada, en los supuestos favores de las autoridades a la institución educativa. 

Fuente: EFE

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