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India: Estos niños monjes mantienen viva la cultura del Tíbet - 9

No están en el Tíbet pero sí se adiestran en las enseñanzas del budismo. Son niños que asisten a templos ubicados en las altas zonas de las regiones de Jammu y Cachemira -la región administrada por - y que recibe a estos pequeños aprendices hindúes.

Colindando con China y Pakistán, la cadena montañosa en la que se ubican templos budistas como el Shanti Supa, que contiene las reliquias del Buda en sus cimientos, son el escenario donde decenas de niños son instruidos en los caminos del budismo. Estos paisajes, algunos ubicados a tres mil metros sobre el nivel del mar, son el escenario en el que se cultiva una forma del ver al mundo que en su lugar de origen, el Tíbet, se encuentra prohibida.  

En el monasterio de Thiksey -que data del siglo XV- es donde se realizan las "clases" de los jóvenes budistas. El recinto pertenece a una comunidad monástica que está afiliada a los "sombreros amarillos" o secta Gelugpa, del budismo tibetano 

La tradición Gelugpa es una de las más reconocidas en occidente, gracias a la fama de sus líder, quien es el Dalai Lama. En esta línea de aprendizaje del budismo, se privilegian los "sutras" (discursos dados por Buda o por sus discípulos más próximos) por sobre otros elementos. Al hacer esto, se mantiene el nexo con el budismo tibetano, practicado mayoritariamente en el exilio tras la entrada de China a la región del Tíbet

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De esta forma, varias familias tibetanas que viven en las regiones del norte y sur de India -formando los denominados "pequeños Tíbet"- envían, al menos, a uno de sus hijos para que comience a estudiar nada más que su propia herencia cultural.  

Los niños, de esta forma, además de iniciarse en los caminos de Buda también aprenden sobre su propia cultura, lenguaje y religión. 

Dentro de las características que posee el budismo tibetano es el uso de una serie de elementos visuales, los que ayudan a graficar y mantener su legado cultural. Entre estos, las figuras relacionas con Buda y las oraciones públicas que se realizan en el monasterio, contribuyen para mantener una visión en la que, según de acuerdo a las enseñanzas del budismo tibetano, el espíritu se impone al mundo físico.  

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Esa filosofía es la que se les enseña a los niños que asisten al monasterio Thiksey para aprender los caminos del Budismo. 

Y aunque el centro de la enseñanza es el desarrollo personal del espíritu -según la tradición del budismo tibetano- también se les imparte lecciones de geografía y otras materias, como se ve en la imagen. 

Tal y como en otras "escuelas", los pequeños monjes del monasterio de Thiksey se relacionan entre sí en medio de las lecciones que les imparten en ese lugar. 

Fuente: Emol de Chile / GDA

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