El primero fue Mohsen Shekari, quien a sus 23 años fue ejecutado el jueves 8 en Irán en medio de las manifestaciones por la muerte de Masha Amini. Se le acusó de “atacar y herir a un paramilitar”. Y este lunes 12 fue el turno del segundo: Majidreza Rahnavard fue ahorcado en público, pena que, según el poder judicial de la nación persa, es una de las once “condenas a muerte en relación a las protestas”.