Una mujer espera clientes afuera de una cafetería en una calle de Hanoi, Vietnam, 02 de diciembre de 2020. Vietnam es uno de los países con mayor participación laboral femenina en el mundo, sin embargo, se necesitan más esfuerzos para alcanzar la igualdad de género y protegerlos del acoso sexual. (EFE / EPA / LUONG THAI LINH).
Una mujer espera clientes afuera de una cafetería en una calle de Hanoi, Vietnam, 02 de diciembre de 2020. Vietnam es uno de los países con mayor participación laboral femenina en el mundo, sin embargo, se necesitan más esfuerzos para alcanzar la igualdad de género y protegerlos del acoso sexual. (EFE / EPA / LUONG THAI LINH).
/ LUONG THAI LINH
Agencia EFE

es uno de los países más avanzados en derechos de las mujeres en Asia, pero un reciente episodio de acoso sexual en un ascensor, saldado con una sanción mínima, ha evidenciado la impunidad de estas acciones.

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En un video de nueve segundos que ha dado la vuelta a las redes sociales en el país, un hombre estonio de 44 años azota por sorpresa el trasero de una mujer que sale de un ascensor en Ho Chi Minh (antigua Saigón).

Tras la denuncia de la víctima, las autoridades impusieron al agresor una sanción administrativa de 200.000 dongs (7,20 euros u 8,63 dólares) que ha desnudado las carencias del sistema legal vietnamita para proteger a las mujeres de estas acciones.

Para Khuat Thu Hong, fundadora y directora del Instituto de Estudios para el Desarrollo Social de Vietnam (ISDS según sus siglas inglesas), este episodio y otro similar ocurrido hace un año en Hanói, cuando un hombre besó por la fuerza a una mujer en un ascensor, son la prueba del vacío legal del país.

“No existe una definición de acoso sexual en el Código penal. Cuando ocurre algo así, las autoridades no saben qué hacer e imponen una sanción administrativa. No tiene ningún sentido. Vietnam está indefenso para proteger a las mujeres”, asegura a Efe por teléfono desde Hanói.

VACÍO LEGAL

En opinión de Hong, este vacío legal no representa la percepción de la sociedad, que en general condena estos actos, y recuerda que el hombre sancionado hace un año con la misma multa por besar a una mujer fue expulsado del apartamento que tenía alquilado y tuvo problemas para encontrar un casero que lo aceptara como inquilino.

No sé qué fue de él, pero el escarnio público fue mucho más importante que la multa de 200.000 dong”, recuerda, convencida de que la tolerancia ante estas acciones se ha reducido al mínimo en la última década.

Sin embargo, estos dos casos, que recibieron gran atención mediática por la difusión de vídeos de las cámaras de seguridad, no son anecdóticos: un estudio de la organización Action Aid en 2014 revelaba que el 87 por ciento de las mujeres encuestadas en Hanói y Ho Chi Minh (las dos principales urbes de Vietnam) habían sufrido algún tipo de acoso.

Aunque movimientos globales como el Me Too no han tenido demasiada repercusión en Vietnam, Hong sí piensa que han contribuido a cambiar las mentalidades y a dejar claro el sinsentido de la impunidad.

PAÍS AVANZADO

El desamparo legal ante el acoso resulta llamativo en un país como Vietnam, donde las mujeres han conquistado más derechos que en otros del entorno.

Uno de los campos en que más se nota es el laboral: según el ISDS, las mujeres representan el 49 por ciento de la fuerza laboral y el 79 por ciento de las mujeres tienen un empleo remunerado, unas cifras superiores a las de la mayoría de países del mundo.

“En Vietnam tenemos un dicho para las mujeres: si puedes ganar dinero, eres fuerte. Las mujeres tienen más fuerza en nuestro país porque trabajan. Hay pruebas de la importancia de las mujeres en la economía desde hace siglos”, explica la directora del ISDS.

Estas conquistas se ven reflejadas en el porcentaje de féminas en puestos de responsabilidad en las empresas, el 27 por ciento, con figuras destacadas como Nguyen Thi Phuong Thao, CEO de la aerolínea Vietjet Air e incluida en 2019 en la lista de las mil personas más adineradas del planeta.

Además, las madres vietnamitas tienen derecho a una baja de maternidad retribuida de seis meses, la más larga Asia, una conquista que según Hong tiene un doble filo por la falta de correlación con el permiso de paternidad, de apenas cinco días desde que se implantó hace cuatro años.

“La ley implica que ocuparse de los hijos es tarea de la mujer, el permiso de paternidad es simplemente simbólico. La baja de maternidad tiene un lado bueno, pero coloca a las mujeres en desventaja, muchas empresas dudan si contratarlas por esta razón y agranda la brecha salarial”, sostiene.

La maternidad es también para la experta una de las razones por las que la mayoría de las empresarias tienen negocios pequeños o medianos: tienen que ocuparse también de la crianza y de las tareas domésticas.

Otra de las peculiaridades de Vietnam es la presencia de mujeres en profesiones tradicionalmente reservadas a los hombres: es habitual ver a conductoras de taxi o mototaxi y a trabajadoras de la construcción.

“Creemos que las mujeres pueden hacer todo lo que hace el hombre. He visto a las mujeres en todo tipo de trabajos durante la guerra porque los hombres no estaban. Sin embargo, sigue existiendo la segregación, mucha gente piensa que la mujer debe tomar un empleo más ligero. Al final muchas hacen lo que les apetece”, afirma.

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