(Foto: EFE)
Agencia EFE

Las Fuerzas Armadas de , la Fuerza Nacional y la Policía lanzaron hoy una gran operación en cuatrodel centro de para detener a destacados líderes del narcotráfico local, informaron hoy fuentes oficiales.

Cerca de 1.700 hombres, entre militares, miembros de la Fuerza Nacional, y de las policías Civil, Militarizada y Federal rodearon a primera hora de la mañana las favelas de São Carlos, Zinco, Querosene y Mineira, con el apoyo de 10 blindados, según divulgó en una nota la Secretaría de Seguridad regional.

Los militares y los policías fueron recibidos a tiros a su llegada, aunque no hubo heridos.

La operación busca cumplir varios mandatos de prisión, aunque no se divulgó el número, así como armas y munición.

Entre los buscados hay algunos de los bandidos que el mes pasado invadieron la favela de Rocinha, la mayor de Río de Janeiro, y que protagonizaron durante una semana intensos tiroteos en la comunidad contra el bando de narcotraficantes que domina la barriada.

Río de Janeiro vive una inusitada ola de violencia desde la celebración de los Juegos Olímpicos de 2016, que ha obligado al Gobierno del presidente Michel Temer a enviar a unos 10.000 miembros de las Fuerzas Armadas para reforzar la seguridad en la región, con la perspectiva de que permanezcan allí hasta finales de 2018.

El programa de seguridad puesto en marcha en 2008 por el gobierno regional para intentar expulsar a los narcotraficantes que dominaban varias de las favelas de esta ciudad dio resultados en sus primeros años y consiguió reducir los índices de criminalidad pero las bandas de pistoleros consiguieron volver a las barriadas.

En lo que va de año, según asociaciones de la sociedad civil, en todo el estado de Río se han registrado unas 4.000 muertes en actos de violencia.

El estado de Río de Janeiro, el más turístico de Brasil, también afronta una de las mayores crisis económicas de su historia, después de que en junio del año pasado, poco antes de organizar los Olímpicos de 2016, declarara "calamidad financiera" (quiebra), lo que ha provocado una reducción de los gastos para pagarle horas extras a los policías.

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