El Rey del Carnaval de Río, conocido como "Rey Momo", recibió las llaves de la ciudad. (Foto: EFE)
El Rey del Carnaval de Río, conocido como "Rey Momo", recibió las llaves de la ciudad. (Foto: EFE)
Redacción EC

En una ceremonia celebrada en las escaleras de la suntuosa prefectura, el Rey del, conocido como "Rey Momo", recibió las llaves de la ciudad, dando por inaugurada una de las mayores fiestas del mundo que se llevará a cabo entre el 9 y el 18 de febrero. 

"¡Declaro el Carnaval oficialmente abierto!", gritó el monarca, un corpulento y jovial fiestero, vestido con una llamativa camisa azul y una enorme y brillante corona. 

Como es tradición, el Rey Momo estuvo acompañado por su reina del Carnaval y sus dos princesas, bailarinas de samba vestidas con unos ajustados trajes de lentejuelas. 

Pero ni siquiera los acordes de la banda tocando el himno favorito de Río, "Cidade Maravilhosa", aplacaban la tensión por la polémica que ha inundado la celebración en las últimas semanas. 

Durante días no estuvo claro si el alcalde Marcelo Crivella cumpliría este año con la tradición de ser quien entregara las llaves al monarca. Esto, luego de que recibiera críticas de quienes lo acusan de haber arruinado la fiesta con sus creencias evangélicas.

Crivella, obispo de una de las mayores y más poderosas iglesias evangélicas del país, ya había desairado el año pasado al "Rey Momo", cuando no acudió al acto en el que era su primer Carnaval en el cargo. Tampoco apareció por el sambódromo para ver los suntuosos desfiles, uno de los mayores eventos del año en la ciudad. 

El aire distante de Crivella contrasta con el gusto por la fiesta de su predecesor, lo que le costó duros cuestionamientos de los amantes del Carnaval, que lo consideran un aguafiestas motivado por su pasión religiosa. 

"No quiero arruinar la fiesta", afirmó este viernes. En su intervención, Crivella se reconcilió con la celebración y elogió efusivamente el Carnaval de Río de Janeiro, ciudad donde los índices de violencia y de pobreza no dejan de aumentar, calificándolo como algo que "devuelve optimismo". 

Al final, de todas formas hubo un giro en su nueva política de Carnaval: no fue él quien pasó la enorme y brillante llave al "Rey Momo". La tarea recayó en un subordinado, el jefe de la agencia municipal de turismo, mientras Crivella optó por dar un paso atrás.

Fuente: EMOL, GDA

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