(Foto: EFE)
Agencia EFE

Las autoridades de ultiman las obras de una nuevade "máxima seguridad", que albergará a presos de "extrema peligrosidad" y cuya inauguración se prevé para el primer trimestre de 2018, informaron hoy fuentes oficiales.

La cárcel, que se ubica en Brasilia, será la quinta de esa naturaleza en el país y tendrá además un pabellón especial en el que serán recluidos los detenidos extranjeros para los que se ha pedido la extradición.

La intención de las autoridades es impedir que los presos, que en los casos de esas prisiones suelen ser en su mayoría jefes de bandas del narcotráfico que operan en distintas regiones del país, tengan alguna comunicación con sus cómplices en el exterior de la cárcel.

Según ha admitido el Ministerio de Justicia, en muchos casos esa comunicación es frecuente y facilitada por agentes penitenciarios, lo que supone un obstáculo para el combate a las bandas del crimen organizado.

El presidio que se construye en Brasilia está situado junto a la cárcel de Papuda, la única de la capital federal del país, y tendrá capacidad para albergar a 208 presos bajo estrictas condiciones de seguridad, en celdas individuales vigiladas por circuitos internos de televisión, al igual que el resto de las instalaciones.

Hasta hoy, dijeron a Efe autoridades del Ministerio de Justicia, en las cuatro cárceles de ese tipo que existen en el país desde 2006 "nunca" ha habido una fuga, un motín o un asesinato, todo lo cual es recurrente en la mayoría de los presidios del país.

Esos penales tampoco presentan los altos índices de hacinamiento que se registran en todo el sistema penitenciario brasileño, al que muchas organizaciones de derechos humanos consideran uno de los más "inhumanos" del mundo y en el que a diario se denuncian torturas y malos tratos.

De hecho, según un informe oficial obtenido y publicado hoy por el portal G1, del grupo Globo, en las cárceles de Río de Janeiro se registra una denuncia de tortura cada 18 horas, una realidad que según los grupos de derechos humanos se repite en casi todos los presidios del país.

Según una reciente estadística del Ministerio de Justicia, la población carcelaria de Brasil es de 726.712 personas y representa la tercera mayor en números absolutos en el mundo, solo por detrás de Estados Unidos y China.

De acuerdo a ese informe, cerca del 40 % de los presos están a la espera de una condena firme y poco más de la mitad del total está constituida por hombres de raza negra, de entre 18 y 29 años.

El número de presos recluidos actualmente en el sistema brasileño casi duplica la capacidad de todas las cárceles del país, que está calculada en 368.049 plazas, por lo que el hacinamiento es la norma en cada una de las prisiones, admite el informe.

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