Un piloto de un Mercedes de lujo atravesó las paredes de un cementerio en Sídney (Australia) y terminó con su auto volcado encima de varias lápidas desparramadas.
El inspector a cargo del accidente manifestó que “el hecho de que pueda ser llevado en una ambulancia deja en claro que es un hombre excepcionalmente afortunado”.
Según la policía, el piloto sufrió heridas leves y tuvo un resultado adverso en el test de alcoholemia.
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