‘Bidengate’: cómo los documentos clasificados que el presidente no devolvió lo ponen en jaque (y cuáles son las diferencias con el caso Trump)

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Ahora es el turno del actual mandatario estadounidense, Joe Biden.

Ya en noviembre los abogados de Biden hallaron documentos que databan de su vicepresidencia (2009-2017) en el Centro Penn Biden, que él usaba de oficina. Según la agencia AFP, que citó una fuente anónima de CBS, fueron 10 archivos.

Entonces Trump declaró: “¿Cuándo registrará el FBI las numerosas residencias de Joe Biden e incluso la Casa Blanca?”.

Su deseo se cumplió.

Esta semana, el Congreso creó una comisión para investigar “a las agencias que los investigaron a ellos, incluido el FBI” para determinar si el ejecutivo instrumentalizó su poder para perseguir a los opositores. En paralelo, la Casa Blanca confirmó que los abogados de Biden encontraron más documentos en una residencia privada de Delaware.

Richard Sauber, abogado especial de la Casa Blanca, declaró que “todos los papeles menos uno fueron hallados en un espacio para almacenar en el garaje de la residencia de Biden en Wilmington, mientras que uno, de una sola página, fue encontrado en una habitación adyacente”.

En respuesta, el secretario de Justicia Merrick Garland, nombró a Robert Hur como fiscal independiente para investigar el asunto.

Biden no se quedó callado.

“No sé qué contienen los documentos. Mis abogados […] han entregado las cajas a los archivos y estamos cooperando plenamente con la revisión”, sostuvo el mandatario.

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Diferencias y similitudes

“Esto le sucedió antes a un presidente republicano y ahora le toca a uno demócrata -dice el analista Hernán Molina-. Pero lo que no puede hacer el fiscal general es designar a un fiscal especial en un caso y no para el otro”.

Para el especialista, el foco debe estar en las diferencias entre lo que hizo Donald Trump y Joe Biden. “Es muy probable que Biden y la Casa Blanca supieran de la situación y que no dijeran nada por cálculo político. Sin embargo, fueron más directos: el presidente debe haber pedido a su staff que busque documentos en caso se haya quedado con algunos, pero fue proactivo, se comunicó con Departamento de Justicia y los entregó al Archivo Nacional”.

Lo que hizo Trump fue completamente distinto. Molina recuerda que las fotografías del camión de mudanza prendieron las alarmas y que “los mismos exempleados de la Casa Blanca confirmaron” que se transportaban documentos sensibles. “Un error lo comete cualquiera, pero él negó tener documentos clasificados y sostuvo que eran propios. Hay que pensar que la orden de cateo a Mar-a-Lago no partió porque el Departamento de Justicia quería hacerlo sino porque Trump se rehusaba a entregar el material”.

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La BBC comparte la opinión: hay diferencias marcadas entre ambos casos. Por un lado y según la información que se maneja actualmente, del lado de Biden fueron 10 documentos, mientras que Trump se quedó con 325 archivos clasificados.

El portal agrega que “la diferencia entre la oficina del grupo de expertos de Biden y la residencia personal de Trump podría ser notable, aunque no es del todo sorprendente dada la inclinación del expresidente por mezclar negocios y asuntos personales”.

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Molina advierte que esta situación le creará problemas políticos y legales a Donald Trump, mientras que a Joe Biden solo políticos. Aun así, esto se podría amplificar en el caso del actual presidente porque el Congreso es liderado por la oposición. La comisión creada por los republicanos es un buen ejemplo: “Ellos dicen que el Departamento de Justicia, bajo el mando de los demócratas, fue utilizado como arma en contra suya y de Trump, así que van a hacer lo que se llama Congressional Oversight”.

Esto podría convertirse en un golpe duro contra el Gobierno. “Por ejemplo, ahora también revisarán la ley de reducción de la inflación, que fue aprobada el año pasado y que incluye un presupuesto para que las agencias que recolectan impuestos tengan más empleados y hagan más auditorias. Los republicanos están en contra”.