Los últimos segundos del recordado encuentro con la histórica narración de Al Michaels. (Getty Images)
Renzo Giner Vásquez

“¿Creen en los milagros? ¡Sí! ¡Increíble!”, gritaba el famoso comentarista Al Michaels durante los JJ.OO. de Invierno Lake Placid 1980 al terminar el partido de hockey entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Los estadounidenses habían remontado un 2 a 3 adverso para defender durante los últimos 10 minutos el 4 a 3. La victoria –como el partido– trascendieron el deporte y en plena Guerra Fría fueron considerados triunfos políticos al punto de pasar a la historia como “El milagro sobre hielo”.

“Fue un partido de hockey pero significó mucho más para las personas”, recuerda en nuestra conversación telefónica Mike Eruzione, capitán del equipo y autor del último gol.

—¿Qué se siente 38 años después?
Orgullo, porque mis compañeros y yo logramos algo bastante especial. En ese momento no nos dábamos cuenta, solo salíamos a jugar.

—¿Cuándo cayó en la cuenta de la dimensión de esa hazaña?
Creo que luego de los JJ.OO. Aun 38 años después hay momentos en los que miras hacia atrás y sigue pareciéndote increíble. Hay niños que saben la historia y es genial que mi nieto, de 5 años, conozca un poco de lo que pasó aquella vez. Es algo divertido verlo a través de él.

—¿Cómo era el ambiente antes del partido?
No nos permitían hablar con los medios, así que no estábamos enterados de las noticias, de lo que estaba pasando alrededor. Estábamos en una burbuja donde solo debíamos jugar hockey y no teníamos ni idea del resto.

—¿Qué es lo primero que recuerda de ese día?
La diversión que teníamos, la atmósfera que se vivió tras el partido, algunos lloraban por el increíble momento. Representar a tu país, ponerte una camiseta que diga USA durante unos JJ.OO., es bastante especial.

—De repente se convirtieron en superestrellas. ¿Cómo se lidia con eso?
Es muy fácil lidiar con ello. No creo que un evento deportivo deba cambiar a la persona que eres. Cambió mi vida porque me presentó oportunidades con las que solo había soñado, pero sigo siendo la misma persona que era en ese entonces. Estaba feliz con cómo era antes de los JJ.OO. y soy feliz por cómo soy ahora también.

—Tras ganarle a la URSS les tocó jugar con Finlandia. Iban perdiendo y su entrenador les dijo algo en el camerino. Cuéntenos…
Así es. Para el tercer período íbamos perdiendo por 2 a 1. Herb Brooks nos dijo que si perdíamos ese partido, nos lo íbamos a llevar a la tumba. Se detuvo, nos señaló a cada uno y repitió: “A sus tumbas”. Luego se fue [risas]. Tenía razón, todo lo que habíamos logrado lo íbamos a perder con Finlandia. Incluso podíamos quedarnos sin medalla. La gente cree que en esos JJ.OO. solo jugamos un partido, pero en realidad fueron muchos encuentros para alcanzar la etapa medallista. El partido con la URSS fue la gran historia, pero si perdíamos con Suecia, Checos-lovaquia o Alemania Occidental ni siquiera habríamos enfrentado a los soviéticos.

—Después de los JJ.OO. tuvo ofertas de equipos profesionales pero decidió retirarse. ¿Por qué?
Sí, creo que podría haber jugado unos 3 o 4 años, ser un jugador promedio, pero sentía que los 25 años era el momento de hacer cosas nuevas. El juego termina en un punto, cuando eres el mejor jugador del mundo o cuando eres un jugador promedio. Para mí ese era el momento de pasar a algo nuevo.

—Es curioso que, 38 años después, las tensiones entre Estados Unidos y Rusia estén nuevamente en escalada.
En 1980 solo salimos a jugar hockey. Y puedo decirte que teníamos un enorme respeto por los jugadores soviéticos. Puede que no esté de acuerdo con el sistema político de su país, pero los respetaba como atletas. Incluso ahora, esto es entre los presidentes Trump y Putin, no soy un tipo político, pero sí me frustra que dos personas no se puedan sentar a conversar.

—Nunca es buena idea mezclar deportes y política.
No es para nada buena, pero algunas veces lo hacen. Pero los atletas no ven los partidos como un hecho político, sino como la oportunidad de enfrentar a los mejores deportistas de otros países. Creo que no puedes ser un atleta olímpico sin antes ser una buena persona.

***
Ficha del personaje

Mike Eruzione. 
Capitán de la selección olímpica de hockey de EE.UU. en 1980

Nací hace 63 años en Winthrop, Massachusetts, y hasta ahora vivo ahí. Estoy casado con Donna desde 1982 y tenemos una hija, dos hijos y cuatro nietos. Jugué hockey en la Universidad de Boston y por los Philadelphia Firebirds en la AHL.

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