La primera dama, que durante sus dos primeros años en la Casa Blanca ha tratado de mantenerse alejada de los focos, llegó al Congreso por separado de Trump. (Foto: Reuters)
La primera dama, que durante sus dos primeros años en la Casa Blanca ha tratado de mantenerse alejada de los focos, llegó al Congreso por separado de Trump. (Foto: Reuters)

Washington. La asistencia de la primera dama de , Melania Trump, este martes al Congreso con ocasión del discurso sobre el Estado de la Unión de su marido, Donald Trump, significó su primera aparición pública desde diciembre.

La última vez que la primera dama se había dejado ver en público fue el 27 de diciembre, hace casi un mes y medio, al regreso a de un viaje sorpresa que ella y el presidente realizaron a Irak para visitar a las tropas en época navideña.

La primera dama, que durante sus dos primeros años en la Casa Blanca ha tratado de mantenerse alejada de los focos, llegó al Congreso por separado de Trump, con casi 40 minutos de antelación.

Fue el segundo año consecutivo que lo hizo, instaurando así una nueva tradición que rompe con la tradicional en la que el primera dama y presidente hacían juntos el recorrido desde la Casa Blanca al Capitolio en ocasión del Estado de la Unión.

En un comunicado a la CNN, Stephanie Grisham, una portavoz de la oficina de la primera dama, explicó que Melania Trump "sabe que ésta es una noche importante, y quiere asegurarse que la experiencia de sus invitados sea especial, y que se sientan cómodos".

A diferencia de sus predecesoras, añadió, la primera dama dedica las horas previas al discurso a atender a sus invitados especiales con recepciones en la Casa Blanca y el Congreso.

De hecho, Melania Trump se sentó durante el discurso con una de esas invitadas, Grace Eline, una niña que superó recientemente un cáncer cerebral.

La primera dama asistió al Estado de la Unión con un vestido de color azul marino oscuro, mientras que la hija y asesora del presidente, Ivanka Trump, vestía de negro.

Ambas contrastaban con la bancada de congresistas demócratas en riguroso blanco, un uniforme elegido para conmemorar a las mujeres que a principios del siglo XX reivindicaron el voto femenino vestidas de ese color.

Fuente: EFE

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