Con 557 muertes, el año fiscal 2021 fue considerado el más letal en la frontera entre México y Estados Unidos, según los datos de la misma Patrulla Fronteriza.
Con 557 muertes, el año fiscal 2021 fue considerado el más letal en la frontera entre México y Estados Unidos, según los datos de la misma Patrulla Fronteriza.
/ Guillermo Arias / AFP
Redacción EC

Durante el año fiscal 2021, 557 personas murieron intentando ingresar ilegalmente a a través de la frontera sur, según estadísticas de la Patrulla Fronteriza. La cifra es la mayor desde que se tiene registro y se estima que podría ser superior, pues solo se contabilizan los cuerpos que son encontrados.

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Previamente, entre 1998 y el 2021, el promedio era de 359 por año; es decir, cerca de un muerto al día.

La tragedia más reciente que recordó el drama que día a día atraviesan miles de migrantes fue la de San Antonio, Texas, donde las autoridades hallaron los cadáveres de 53 personas hacinados al interior de un camión. Habían muerto por un golpe de calor en su intento de ingresar a Estados Unidos.

A finales de junio, 53 migrantes fueron hallados muertos o agonizantes al interior de un camión en San Antonio, Texas. Habían sido víctimas de un golpe de calor luego de que el aire acondicionado del vehículo dejara de funcionar. Todos intentaban ingresar ilegalmente a Estados Unidos.
A finales de junio, 53 migrantes fueron hallados muertos o agonizantes al interior de un camión en San Antonio, Texas. Habían sido víctimas de un golpe de calor luego de que el aire acondicionado del vehículo dejara de funcionar. Todos intentaban ingresar ilegalmente a Estados Unidos.

FRONTERA ACTIVA

, unas 8 mil personas intentan cruzar a diario por la frontera sur de Estados Unidos.

A diferencia de la década de 1990, donde el grueso de los migrantes eran mexicanos, ahora el porcentaje se divide en su mayoría entre guatemaltecos, hondureños y salvadoreños; pero además se incluyen cubanos, colombianos, haitianos y peruanos.

Cabe resaltar que cuando estas cifras fueron publicadas el Gobierno Estadounidense se preparaba para una ola masiva y excepcional de migrantes que esperaban ansiosos por la derogación del Título 42, una política impuesta por el expresidente Donald Trump en el marco de la pandemia de COVID-19 que permite expulsar de manera inmediata a los migrantes que intentan pedir asilo.

Sin embargo, un veredicto emitido por el juez de distrito Robert Summerhays pocos días antes prohibió que la Administración Biden levantara el Título 42, por lo que sigue vigente hasta la actualidad.

Se estima que desde que se implementó esta política se han expulsado a 1,7 millones de solicitantes de asilo de Estados Unidos.

Migrantes y solicitantes de asilo marchan en Tijuana, Baja California, en contra de la continuidad del Título 42, luego de que un juez estadounidense impidiera a la Administración de Joe Biden terminarlo.
Migrantes y solicitantes de asilo marchan en Tijuana, Baja California, en contra de la continuidad del Título 42, luego de que un juez estadounidense impidiera a la Administración de Joe Biden terminarlo.
/ Guillermo Arias / AFP

Esto, a su vez, ha llevado a un fortalecimiento de la Patrulla Fronteriza. el número de agentes aumentó de 4.200 en 1994 a más de 20 mil en la actualidad. “Entre el 80% y 90% está destinado a la zona suroeste del país”, detalla el experto.

Sumado a ello, el presupuesto asignado por el Gobierno Federal para el control de la frontera también se ha visto incrementado exponencialmente. “En 1994, el presupuesto de la Patrulla Fronteriza era de $400 millones. En 2021, de $4,900 millones, es decir, se multiplicó por siete si lo ajustamos con la inflación”, escribe Nevins.

ESTRATEGIA DE LA DISUASIÓN

Fue precisamente a mediados de los 90, bajo la presidencia del demócrata Bill Clinton, cuando la política fronteriza comenzó a cambiar en Estados Unidos.

Nevins, quien estudia el fenómeno migratorio desde 1994, explica que Clinton fue el responsable de inyectar recursos masivos en personal, tecnología e infraestructura en las fronteras.

Según el experto, EE.UU. buscaba limitar al máximo todas las zonas de acceso posible y dejar que la naturaleza disuadiera a quienes intentaran cruzar por los espacios restantes.

A lo largo de los 3.200 kilómetros de frontera entre Estados Unidos y México se extiende un árido desierto que resulta letal para muchos de los que intentan cruzarlo.

Un grupo de migrantes mexicanos caminan cerca de la frontera en Nogales, Arizona, el 13 de febrero de 1995. A mediados de esa década, Estados Unidos comenzó a implementar una política migratoria más férrea, aumentando el presupuesto y despliegue de agentes a lo largo de los 3.200 kilómetros que separan a ambos países.
Un grupo de migrantes mexicanos caminan cerca de la frontera en Nogales, Arizona, el 13 de febrero de 1995. A mediados de esa década, Estados Unidos comenzó a implementar una política migratoria más férrea, aumentando el presupuesto y despliegue de agentes a lo largo de los 3.200 kilómetros que separan a ambos países.
/ Chris Wilkins / AFP

A esta política se le conoció como la estrategia de disuasión. Sin embargo, lejos de desalentar a los migrantes para cruzar, los llevó a correr aún más riesgo en sus intentos a través de caminos cada vez más remotos y peligrosos.

Nevis resalta, además, que este escenario ha llevado a que los grupos dedicados al tráfico de migrantes puedan operar. Tal como señala el experto, tras la tragedia de San Antonio el presidente Biden subrayó la “necesidad de perseguir a la industria criminal multimillonaria del contrabando que se aprovecha de los migrantes”.

Sin embargo, el profesor resalta que estas organizaciones encuentran clientes gracias al dramático crecimiento en el sistema policial fronterizo. Resalta también que en documentos de 1994, la Patrulla Fronteriza incluía como un indicador de éxito si las tarifas de los contrabandistas crecían o si los métodos para traficar personas eran más sofisticados.

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