¿Por qué hay países que todavía no reconocen a Biden como presidente de EE.UU.?

Joe Biden gana en el bastión republicano de Arizona y llega a los 290 votos electorales

Ante la negativa de Trump de dejar el poder y con la mínima posibilidad de que él siga siendo el mandatario, ¿para qué arriesgarse?

¿Cómo quedan los latinos en EE.UU. tras la elección y qué demandan de Joe Biden?

Así opina Norberto Barreto, analista político y catedrático de la PUCP, quien anota que hay países que, simplemente, no quieren comprarse un pleito por Trump porque saben que es una persona vengativa.

“El problema es que, al hacer eso, fortalecen a Trump y a su reclamo infundado de cuestionar los resultados de las elecciones. Pero tampoco es que Trump vaya a responder de alguna forma a la presión de otros países”, anota en diálogo con El Comercio.

En esa misma línea, el analista Hernán Molina señala que no lo hacen porque notan que Trump está viviendo momentos difíciles y no lo quieren antagonizar.

“Creo que entienden que él va a seguir siendo una fuerza de choque contra la administración de Biden, va a seguir teniendo influencia sobre el Partido Republicano, entonces, ¿para qué crear una animosidad? Ellos saben que muy posiblemente esto se resuelva a favor de Biden”, dice.

UNOS POCOS QUE HACEN MUCHA BULLA

Los países que apoyan a Biden han sido denominados, por “CNN”, como los aliados más cercanos a EE.UU. Entre ellos están Francia (Emmanuel Macron), Alemania (Angela Merkel), Irlanda (Micheál Martin), Reina Unido (Boris Johnson), España (Pedro Sánchez) e India (Narendra Modi).

De igual forma, la Comisión Europea y el Consejo Europeo, a través de sus presidentes Úrsula von der Leyen y Charles Michel.

Para “El País”, América Latina se “divide entre el coro de felicitaciones y el silencio”.

Por un lado, están Colombia (Iván Duque), Argentina (Alberto Fernández), Perú, Chile (Sebastián Piñera), Bolivia (Luis Arce), entre otros; mientras que, por el otro, destacan Brasil (Jair Bolsonaro) y México (Andrés Manuel López Obrador).

Sobre Bolsonaro, el medio anota que este se tardó en “digerir la derrota de su aliado Trump” y que “este resultado supone que Brasil pierde a su principal aliado internacional y tendrá que lidiar con una mayor presión por su política medioambiental”.

Y agrega: “Es además un freno a la ola nacionalpopulista mundial que el tiempo dirá si afecta a Bolsonaro a nivel interno”.

López Obrador también ha preferido tomar distancia y “esperar” a que se terminen los “asuntos legales”. “Es un asunto de decencia, urbanidad política”, se excusó.

En todo caso, acota Barreto, la respuesta también pasaría (además del miedo y del oportunismo), por una cuestión de simpatía o ideologías similares.

“Bolsonaro tiene una simpatía clarísima con Trump y sabe que una relación con Biden no podría ser igual. Allí hay un elemento ideológico, diría yo. En el caso de México, hay un elemento económico. El gobierno de López Obrador ha tratado de evitar confrontaciones con Trump, pero con un discurso que enfría las relaciones con Biden”, sostiene.

Otro caso interesante es el de Boris Johnson, quien también ha tenía alguna cercanía con Trump. “Él tenía grandes esperanzas de que fuera reelegido porque quería contar con su apoyo para el Brexit y ahora más que todo, cuando piensa incumplir con los acuerdos relacionados a Irlanda”, comenta.

“Obviamente, no le conviene un presidente católico que abiertamente se ha identificado como irlandés, porque tiene ascendencia de allí. Aun así, Johnson, en una movida estratégica, sí ha reconocido al gobierno”.

Pero quien acaba de cambiar su postura es China. Hace unos días, Wang Wenbin, vocero del ministro de Relaciones Exteriores, también esgrimió el argumento mexicano. Tuvo que pasar una semana para que, por fin, reconocieran a Biden y a Kamala Harris como los líderes de EE.UU., aunque de manera tibia.

“Respetamos la elección del pueblo. Felicitamos a Biden y a Harris. Al mismo tiempo, entendemos que el resultado de las elecciones será confirmado de acuerdo a las leyes y procedimientos de EE.UU.”, dijo Wenbin.

EL MUTISMO DE RUSIA

El Kremlin no va a reconocer a Joe Biden como presidente hasta que las demandas legales se resuelvan. De hecho, según cuenta la agencia AP, Vladimir Putin es “uno de los pocos líderes que hasta ahora no se pronuncia sobre la victoria de Biden”.

Al respecto, el vocero del mandatario Dmitry Peskov, afirmó: “Hay algunos procedimientos legales que se están sucediendo y que fueron anunciados por el presidente actual. En ese sentido, esta situación es rara, así que consideramos que lo correcto es esperar hasta el anuncio oficial”.

Sobre la cautela de Putin, AP ha anotado que la demora hace que todavía no se pueda hablar de cómo mejorar las relaciones entre ambos países.

En ese sentido, Trump fue una gran decepción porque, en vez de cumplir su promesa de acercamiento, expulsó “a decenas de diplomáticos rusos a raíz del envenenamiento del agente doble Sergei Skripal en el Reino Unido, y autorizar la venta de armas letales a Ucrania”.

AP agrega: “Pero Rusia es característicamente cautelosa con las administraciones demócratas de Estados Unidos porque tienden a ser más atrevidas al criticar en cuestiones de derechos humanos y democracias”.

Se recuerda que, en el 2011 y como vicepresidente, Biden dio un discurso en la Moscow State University. “No comprometan los elementos básicos de la democracia. No necesitan hacer un trato que comprometa su alma”, dijo al estudiantado.

Así se comprende lo que opina Barreto: "Rusia no lo hace por una consideración política. Aun cuando no les fue tan bien con Trump, sospechan que les va a ir peor con Biden”.

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