El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, ha señalado que su llegada al poder supone la vuelta al multilateralismo norteamericano, desdeñado por Donald Trump en los últimos cuatro años.  (AP Photo/Carolyn Kaster)
El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, ha señalado que su llegada al poder supone la vuelta al multilateralismo norteamericano, desdeñado por Donald Trump en los últimos cuatro años. (AP Photo/Carolyn Kaster)
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Gisella López Lenci

El 20 de enero se acaba en el gobierno de y empieza la era . Como en el resto del mundo, la expectativa en América Latina está al tope sobre lo que significará esta nueva administración y cuál será el cambio de rumbo en la estrategia diplomática.

Al respecto, conversamos con Michael Shifter, presidente del ‘think tank’ Diálogo Interamericano, con sede en Washington.

- Durante las campañas presidenciales en Estados Unidos, América Latina no suele estar en las prioridades de los candidatos. ¿Esto podría cambiar una vez que Joe Biden asuma la presidencia?

Es ingenuo pensar que América Latina va a ser una prioridad de la administración Biden, porque primero tienen que concentrarse en la mala situación que tiene el país, a nivel económico y sanitario, y esto obliga a un esfuerzo muy grande. En segundo lugar, la agenda de política exterior que va a ocupar más tiempo será China y Rusia. Sin embargo, es cierto que Joe Biden tiene cierta afinidad y compromiso con la región por sus años como vicepresidente de Barack Obama, y anteriormente cuando estuvo en el Senado. Cuando fue vicepresidente estuvo muy comprometido con Centroamérica; también estuvo en Colombia y Brasil, así que conoce la región.

Durante sus años como vicepresidente (2010-2017), Biden visitó con regularidad varios países de Centroamérica. En la campaña prometió que abordará el tema migratorio desde el punto de vista de la cooperación con la región. (AP Photo/Paul Sancya
Durante sus años como vicepresidente (2010-2017), Biden visitó con regularidad varios países de Centroamérica. En la campaña prometió que abordará el tema migratorio desde el punto de vista de la cooperación con la región. (AP Photo/Paul Sancya
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Uno de los temas centrales donde hay más claridad de lo que se puede esperar de Biden, y que supondrá una gran diferencia con Trump, es el tema migratorio. Trump ha tenido una política bastante inhumana y restrictiva con respecto a migración, esto le ha ayudado con su base política pero ha creado enormes problemas y no ha funcionado. Con Biden habrá un cambio de 180 grados, porque él quiere atacar las causas principales de la migración y abordarlas a través de programas de cooperación y desarrollo, con paquetes de ayuda para tratar de estabilizar la situación en Centroamérica. No creo que vaya a ser fácil, pero tiene que tener mucho cuidado porque se puede alentar un flujo migratorio muy grande en la frontera. Por eso, tiene que equilibrar una política de apertura y al mismo tiempo tener una posición firme con respecto al control.

- En el tema migratorio, sobre todo tras las caravanas de migrantes centroamericanos, Trump tuvo un aliado inesperado en el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que además aún no felicita oficialmente a Biden. ¿Cómo va a ser este acercamiento con él?

Así es, inesperadamente hubo una relación muy cómoda entre Trump y AMLO, tratándose supuestamente de un presidente de izquierda. Pero tarde o temprano, López Obrador va a tener que enfrentar que la agenda con Biden va a ser mucho más amplia que el tema migratorio, como corrupción, derechos humanos, el nuevo tratado de libre comercio y el medio ambiente. Por ejemplo, AMLO no ha sido muy comprometido en temas ambientales. Yo creo que puede haber algunas tensiones, pero se va a buscar la fórmula para llevarse bien porque hay mucho en juego entre Estados Unidos y México.

Pese a autodenominarse un presidente de izquierda, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador tuvo una relación fluida con Donald Trump y accedió a todos sus pedidos en el tema migratorio. (FOTO: EFE)
Pese a autodenominarse un presidente de izquierda, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador tuvo una relación fluida con Donald Trump y accedió a todos sus pedidos en el tema migratorio. (FOTO: EFE)
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Y acá hay un dato interesante. AMLO aún mantiene un apoyo popular alto, pero si este empieza a caer –sea por la economía y el mal manejo de la pandemia- él puede usar la carta nacionalista y antiestadounidense para su propio capital político. Yo no descarto ese escenario y podría haber una postura más dura y de enfrentamiento, pero eso tendrá que ver con la situación política interna de México y si el nivel de popularidad de López Obrador baja dramáticamente.

- Hablando de Cuba, Barack Obama restableció las relaciones diplomáticas con la isla, pero con Trump volvieron los roces. ¿Cuál va a ser el acercamiento de la administración Biden con La Habana?

Se espera que Biden revierta algunas de las decisiones de Trump con respecto a Cuba, sobre todo con respecto al envío de remesas y viajes de cubanos y americanos a Cuba. Sin embargo, creo que Biden va a ser bastante cauto de hacer cosas más allá de lo que son medidas humanitarias, porque, como dijo John Kerry hace poco, en el Partido Demócrata hay mucha decepción de que los cubanos no hayan aprovechado la apertura que dio Obama en el 2015.

- Un tema que sigue pendiente es Venezuela. ¿Cuál podría ser la estrategia de Biden con Nicolás Maduro, teniendo en cuenta que en la campaña el voto venezolano en Florida fue mayoritariamente para Trump?

A pesar de la desinformación que hubo en la campaña de que Biden es socialista, él es todo lo contrario. Él ha calificado a Maduro de dictador y creo que va a tener una posición firme, pero con un estilo totalmente distinto a Trump. Él amenazó al régimen venezolano y dijo que todas las opciones estaban sobre la mesa. Ese tipo de retórica no la vamos a escuchar de la nueva administración. Creo que al final la solución de esta crisis tan trágica y tan profunda va a ser a través de una negociación, de tener elecciones libres y transparentes, pero Biden va a aprovechar más la herramienta diplomática. Aunque hay que reconocer que después de los dos años de Guaidó, esto puede tomar tiempo. Mientras se trabaja por el canal diplomático, habrá mucho más atención a la crisis humanitaria en Venezuela, no solo dentro del país, sino los países vecinos que están recibiendo a los migrantes venezolanos.

Analista político y director de Diálogo Interamericano, Michael Shifter. 
FOTO: EDUARDO CAVERO / EL COMERCIO
Analista político y director de Diálogo Interamericano, Michael Shifter. FOTO: EDUARDO CAVERO / EL COMERCIO
/ EDUARDO CAVERO

- En Sudamérica, el principal aliado de Trump ha sido Jair Bolsonaro en Brasil. ¿Cómo serán ahora las relaciones entre ambos presidentes, ahora que Biden está priorizando el tema del cambio climático?

El tema del medio ambiente y el Amazonas va a estar sin duda en agenda y va a ser central para Biden. Creo que Brasil necesita tener una buena relación con Estados Unidos porque es un aliado estratégico. Y EE.UU. tiene que llevarse bien con el gobierno de Brasil, porque es un actor fundamental en Sudamérica, porque sin este país es muy difícil implementar una agenda. El equipo de Biden debe tener esto claro, a pesar que pueda haber tensión con Bolsonaro sobre el tema ambiental. Yo creo que las diferencias son manejables, porque ambos mandatarios tienen claro que tiene que haber una relación que funcione y no de adversarios.

- Washington es consciente que tanto China y Rusia están reforzando desde hace años sus relaciones con los países de América Latina. También se trata de un juego político sobre quién tiene más influencia en la región…

Sí, ahí se tiene que buscar un equilibrio porque Estados Unidos va a intentar entrar en el juego con más fuerza. La política de Trump ha sido de mucha presión y amenazas a gobiernos para escoger el socio preferido entre Estados Unidos y China. Creo que esto no lo vamos a escuchar durante la administración Biden. Él reconoce que China es un actor fundamental en casi todos los países de la región y esto no va a cambiar. Tiene que haber una relación de competencia y Estados Unidos debe ofrecer una alternativa más atractiva para los latinoamericanos, dejando atrás su actitud paternalista y reconociendo que es importante contrarrestar lo que está haciendo China y su modo de funcionar en la región.

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