Maratón de Boston: los duros testimonios del juicio del ataque
Maratón de Boston: los duros testimonios del juicio del ataque
Redacción EC

Boston. El padre del niño que murió en los atentados de la maratón de Boston contó el jueves al jurado el drama que vivió su familia, con su pequeña hija amputada de una pierna y su mujer ciega de un ojo, en una jornada de devastadores testimonios en el proceso al único acusado de los ataques. !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');


Bill Richard habló con calma al recordar lo ocurrido el 15 de abril del 2013 cerca de la línea de llegada del maratón de la ciudad del noreste de Estados Unidos, mientras algunos jurados se tapaban la boca con la mano y una sobreviviente lloraba en la sala de audiencia de los tribunales federales de Massachusetts. 

"Vi a un niño con el cuerpo gravemente herido por una explosión y supe por lo que vi que no había chances. Necesitaba actuar rápido porque no sólo perderíamos a Martin, sino también a Jane", dijo Richard al referirse a su hijo de ocho años y su hija de seis que sufrió la amputación de una pierna.

El único acusado con vida por los atentados, Djokhar Tsarnaev, de 21 años y musulmán de origen checheno, evitó mirar a Richard, que testimonió apenas a unos metros de él en esta segunda jornada del juicio.

Tsarnaev, que se presentó vestido con una chaqueta marrón, una camisa verde y una barba corta que se dejó crecer en prisión, podría ser condenado a la pena de muerte por los atentados que dejaron tres muertos y 264 heridos, los peores desde aquellos del 11 de septiembre del 2001.

Durante su testimonio, Bill Richard recordó la "tremenda explosión", "el olor a sulfuro y pelo quemado", los trozos de metralla incrustados en el cuerpo de su hija Jane y la conversación con su esposa Denise (que sufrió heridas que la dejaron ciega de un ojo) antes de partir al hospital con la niña y su otro hijo, Henry, que escapó relativamente ileso. 

El propio Richard perdió parte de su capacidad auditiva. "Pero todavía puedo oírlos, todavía puedo escuchar música y todavía puedo escuchar las hermosas voces de mi familia", afirmó.

"ES EL CHICO QUE VI, ES ÉL"

En otro testimonio de la jornada, un doble amputado recordó haber visto a un hombre de negro con una mochila cerca de la línea de llegada, antes de ver un "relámpago" y escuchar "tres bum".

"Yo pensé que era extraño", afirmó. Luego recordó las advertencias en los aeropuertos sobre los equipajes abandonados. "Dos segundos más tarde vi un relámpago, escuché tres 'bum' y me encontré en el suelo", contó Jeffrey Bauman.

Bauman, quien perdió sus dos piernas en la explosión en la maratón adonde acudió para apoyar a una amiga que competía, se presentó ante el tribunal en pantalones cortos, a pesar del temporal invernal. 

Con sus prótesis muy visibles, explicó que todavía tiene problemas para usar pantalones sobre las rodillas mecánicas.

Poco después de la explosión, descubrió sus piernas completamente destrozadas. "Podía ver mis huesos, mi carne saliendo", describió. En el suelo, escuchó la segunda explosión: "Pensé, estamos siendo atacados".

Una vez en su cama del hospital, describió al hombre de negro a la policía federal (FBI), a través de notas porque no podía hablar. Describió al sospechoso como blanco, grande, de unos 1,87 metros, fuerte, con un gorro negro "colocado muy abajo", gafas de sol y una chaqueta con capucha.

Ayudó al FBI a elaborar un retrato robot y cuando vio en la televisión uno de los dos sospechosos grabados por una cámara de vigilancia, no tuvo dudas.

"Yo decía: es el chico que vi, es él", recordó.

El miércoles, en el primer día del juicio, la abogado de Tsarnaev, Judy Clarke, sorprendió al tribunal, al reconocer que su cliente era culpable: "Fue él", dijo.

Pero la abogada insistió en el hecho de que Tsarnaev, de 19 años cuando ocurrió el atentado, estaba bajo la influencia de su hermano mayor Tamerlan, de 26 años, y quien murió abatido por la policía cuatro días más tarde.

Djokhar, un joven musulman nacido en Kirguistán, se declaró no culpable de 30 cargos por los atentados.

Llegado a los 8 años a Boston con su padre, de origen checheno, y su madre, daguestán, obtuvo la nacionalidad estadounidense en 2012 y era estudiante.

El procurador afirmó el miércoles que Tsarnaev quería vengar la muerte de musulmanes a manos de Estados Unidos en el extranjero.

Fuente: AFP

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