La alfombra roja, flashes y estatuillas doradas. Pero también protestas, discursos y llamados a tomar conciencia. Históricamente, los premios Oscar, los más importantes de Hollywood, han sido un espacio aprovechado por diversas celebridades para alzar la voz sobre diferentes problemas políticos y sociales. Mensajes contra el racismo, la guerra, el presidente de turno de Estados Unidos, o llamados de atención por la emergencia climática y la igualdad de género. Ninguno de esos temas han escapado a los discursos de las estrellas.
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Y no hay razones para creer que en la edición 92, a celebrarse hoy por la noche, esto vaya a cambiar.
En 1942, un año después del ataque japonés a Pearl Harbor que provocó la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, el actor Donald Crisp leyó un mensaje del presidente Franklin D. Roosevelt donde recalcaba que “en la guerra total, el cine, como cualquier otro esfuerzo humano, tiene un papel importante en la lucha por la libertad y supervivencia de la democracia”.
El discurso que cambió todo
La Guerra Fría, el magnicidio de John F. Kennedy o la Guerra de Vietnam se fueron sucediendo y encontrando un espacio en la ceremonia. Sin embargo, en 1973 Marlon Brando marcó un punto de inflexión en cuanto al rol de los galardonados frente a estos temas.
Su renuncia a la estatuilla, expresada a través de la activista por los derechos de los nativos americanos y aspirante a actriz de origen apache, Sacheen Littlefeather, se debió al “maltrato de los indios estadounidenses en la actualidad por la industria cinematográfica” y al incidente de Wounded Knee, la rebelión sioux en Dakota del Sur que se inició el 27 de febrero, exactamente un mes antes de la ceremonia, y se mantuvo hasta el 8 de mayo de ese año.
El factor étnico ha sido –y sigue siendo– uno sobre los que más pronunciamientos ha habido, pasando por el discurso de Halle Berry en el 2002, tras convertirse en la primera mujer afroamericana elegida como Mejor Actriz, o en el 2015, cuando los cantantes John Legend y Common ganaron con la canción “Glory” –dedicada al Domingo Sangriento dentro de la lucha por los derechos afroamericanos en 1965 en la ciudad de Selma, Alabama– en un momento en el que el 60% de presos en EE.UU. eran afroamericanos o latinos.
Y este año se espera que este tema vuelva a ser uno sobre los que más incidan las estrellas, tomando en cuenta que apenas dos de los 20 actores y actrices nominados no son blancos.
Reclamos vigentes
La igualdad de género en la parrilla de nominados también está en agenda tras conocerse que ninguna mujer competirá por el premio a Mejor Director, pese al destacado trabajo de Greta Gerwig con “Mujercitas”, Lulu Wang con “The Farewell” o Marielle Heller con “Un buen día en el vecindario”, entre otras.
Con Joaquín Phoenix como gran candidato para llevarse un Oscar, el tema ambiental también encontrará espacio. Ya lo hicieron Leonardo DiCaprio y Al Gore en el pasado; sin embargo, el mensaje está más vigente que nunca en un mundo que vio fracasar la última cumbre climática y que ya vive las consecuencias del calentamiento global.
Desde que ganó la presidencia en el 2016, otro de los objetivos en los discursos es Donald Trump. El mandatario y la industria se declararon la guerra luego de que el primero arremetiera contra la baja audiencia de los premios y organizara su primera gala en la Casa Blanca el mismo día de la premiación; mientras que directores como Alejandro González Iñárritu o figuras como Jimmy Kimmel han criticado sus medidas antiinmigrantes y los constantes ataques que vierte a través de su cuenta en Twitter.
Así que ya lo sabe, cuando se conecte a la transmisión de esta noche espere ver mucho sobre cine y más de un mensaje político. Finalmente, como alguna vez dijo el director Ang Lee: “[En los Oscar] todo el mundo te ve y hay que aprovechar la ocasión”.
Las reacciones del presidente
“Estaría bien que Spike Lee lea sus notas o, mejor aún, no las use en absoluto cuando use un tono racista contra su presidente, que ha hecho más por los afroamericanos que casi cualquier otro presidente”, tuiteó Donald Trump tras la última edición de los Oscar, en respuesta al mensaje que brindó el director.
En el pasado, Trump ha respondido a los mensajes de otros famosos críticos suyos. “Meryl Streep, una de las actrices más sobrevaloradas de Hollywood, no me conoce, pero me atacó anoche en los Globos de Oro”, escribió en el 2017. “Ella es una lacaya de Hillary, una gran perdedora”, remató.