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Bulnes
Redacción EC

Tras la decisión del Gobierno peruano de expulsar al embajador de Venezuela, Diego Molero, recordamos la última vez que nuestro país tomó esta decisión con un diplomático extranjero. 

El archivo nos remonta hasta el 20 de enero de 1979, año en el que paradójicamente en nuestro país se encontraba activa una Asamblea Constituyente encabezada por Victor Raúl Haya de la Torre. 

En esa fecha, la Cancillería peruana emitió un comunicado oficial en el que declaraba persona non grata al embajador de Chile, Francisco Bulnes Sanfuentes. El embajador peruano en Santiago se encargó de transmitirle la decisión al gobierno chileno y pedir el retiro inmediato del representante diplomático. 

Aunque el comunicado emitido por el Gobierno de Francisco Morales Bermúdez no detallaba las causas por las que Bulnes era expulsado del país, estaba claramente relacionado con los casos de espionaje perpetrados por dos oficiales chilenos en una base aérea de Talara y por un peruano en otra instalación militar de Arequipa. 

Al día siguiente de emitido el pronunciamiento, el embajador Bulnes partió a las 8:30 a.m. en un avión de Lan-Chile, "el primero que efectúa operaciones en las últimas 24 horas", según detalla la edición de ese día de El Comercio.

"Bulnes Sanfuentes se despidió sollozando de sus connacionales y funcionarios de la sede diplomática chilena en Lima", añade la nota. Sin embargo, sus respuestas a los reporteros que preguntaron sobre su participación en el caso de espionaje fueron "destempladas y merecieron el repudio de los periodistas". 

La medida tomada por el Gobierno fue aplaudida por diversas bancadas y funcionarios nacionales, entre ellos el embajador del Perú ante la ONU,  Carlos Alzamora. 

"Poco antes de viajar hacia Nueva York, el diplomático peruano declaró que la situación que se está viviendo 'es bastante delicada'. Pero que considera que las medidas adoptadas han sido las 'más aconsejables'", informó El Comercio en su edición matutina del 21 de enero de 1979. 

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Espías chilenos
El 13 de diciembre de 1978, en medio de la tensión que vivían Chile y Argentina por la disputa del Canal de Beagle, un petrolero chileno atracó en el puerto de Talara para reabastecerse de combustible. En ese momento, el capitán Sergio Jarpa y el teniente Alfredo Andoázegui salieron de la nave y se dirigieron a la base aérea "El Pato". 

Miembros de seguridad de la FAP arrestaron a ambos oficiales, quienes se encontraban fotografiando los aviones de combate Sukhoi Su-22 que el Gobierno peruano había comprado a la URSS. 

Tras ser arrestados, ambos confesaron que las órdenes habían sido emitidas por el embajador Francisco Bulnes Sanfuentes. La nave que los había transportado partió hacia Guayaquil y ellos quedaron arrestados. 

Fue recién cuando el embajador Bulnes fue expulsado que ambos oficiales pudieron irse del Perú, por petición del diplomático.

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Traición
Un día antes de que se emita la declaración de persona non grata contra el embajador Bulnes, el ex suboficial de 3era de la FAP, Julio Vargas Garayar, fue fusilado por orden del Consejo Supremo de Justicia Militar que lo halló culpable del delito de traición a la patria. 

Vargas había sido denunciado por la FAP el 9 de noviembre de 1978. Dos años antes había sido dado de baja de la institución tras reprobar algunos cursos de promoción por lo que había ingresado a trabajar en la embajada de Chile en Lima.

En la sede diplomática, Vargas fue contactado por oficiales chilenos que le pidieron desempeñarse como espía y le ordenaron fotografiar la base aérea de La Joya, en Arequipa.

 El suboficial, de 29 años, fue arrestado al poco tiempo y alegó que en realidad cumplía labores de contrainteligencia para el Servicio de Inteligencia del Perú. La versión no fue aceptada por el Consejo de Ministros que le negó el indulto. 

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