El líder de Unidas Podemos Pablo Iglesias deposita su voto en la localidad madrileña de Galapagar. (EFE/Ángel Díaz).
El líder de Unidas Podemos Pablo Iglesias deposita su voto en la localidad madrileña de Galapagar. (EFE/Ángel Díaz).
/ Ángel Díaz
Redacción EC

Madrid. celebraba el domingo sus cuartas elecciones generales en otros tantos años, y un destacado partido de izquierdas prometió ayudar al gobernante partido socialista con la esperanza de impedir un posible gobierno conservador de coalición que podría incluir a un partido de ultraderecha.

El líder de Unidas Podemos, , dijo que tendería la mano al PSOE para ayudar a formar un gobierno estable de izquierdas.

El fracaso de las negociaciones entre los socialistas y UP, que ahora es el cuarto partido más grande del parlamento, tras los comicios de abril, fue uno de los motivos clave para convocar nuevas elecciones.

“Nosotros vamos a tender la mano al partido Socialista. Pensamos que (al) combinar la valentía de Unidas Podemos con la experiencia del partido socialista podemos convertir nuestro país en un referente de políticas sociales”, afirmó Iglesias. “Vamos a dejar atrás los reproches”.

El presidente en funciones, el socialista Pedro Sánchez, que fue el más votado en abril pero no consiguió apoyo parlamentario suficiente para formar gobierno, votó a primera hora.

Se esperaba que Sánchez volviera a ganar las elecciones, aunque el país podría afrontar un nuevo estancamiento y meses sin un gobierno estable.

“Yo creo que es muy importante que fortalezcamos la democracia con nuestro voto”, dijo Sánchez a la prensa tras votar por la mañana en Pozuelo de Alarcón, cerca de Madrid. “Y a partir de mañana podemos tener la estabilidad para formar un gobierno y poner a España en marcha”.

Su partido obtuvo 123 de los 350 escaños en la cámara baja en los últimos comicios.

Los cuatro principales partidos centraron sus campañas en cómo gestionar el independentismo en la región nororiental de Cataluña y en el temido auge del partido de ultraderecha Vox.

Julia Giobelina, optimizadora web de 34 años y que votaba en el centro de Madrid, dijo estar molesta por tener que votar dos veces en menos de siete meses. Sin embargo, señaló que acudía a votar en el colegio público Palacio de Valdés con la esperanza de detener a Vox.

“Son el nuevo fascismo”, dijo Giobelina. “Como ciudadanos tenemos que plantarnos frente a la privatización de la sanidad y de otros servicios públicos. Y también porque no sé si mi hija será transexual o lesbiana. Y por nuestros amigos que son inmigrantes. Tenemos que votar contra la extrema derecha por ellos”.

Se esperaba un aumento de la abstención, y los sondeos apuntaban a que hasta el 35% del electorado podría quedarse en casa, frente al 28% de abstenciones en abril.

Los centros electorales abrieron a las 9:00 de la mañana (08:00 GMT) y cerrarían a las 20:00 (19:00 GMT). Los resultados se anunciarían unas horas después.

España, un país que regresó a la democracia tras cuatro décadas de dictadura conservadora del fallecido general Francisco Franco, se enorgullecía de no tener ningún partido de ultraderecha con escaños en el Congreso de los Diputados, a diferencia de otros países europeos.

Pero eso cambió en las últimas elecciones, cuando Vox irrumpió en el panorama político obteniendo 24 escaños con promesas de adoptar una estrategia dura en Cataluña y en inmigración.

Sin embargo, muchos vieron la victoria de los socialistas en abril como un respiro para Europa, mientras los grupos conservadores ganaban terreno en países como Francia, Hungría, Italia y Polonia.

Pero muchos sondeos indicaban que Vox, liderada por Santiago Abascal, podría mejorar sus resultados en esta ocasión y aprovechar el sentimiento nacionalista español avivado por el conflicto catalán y por la exhumación de Franco ordenada el mes pasado por el gobierno socialista en funciones. Los restos del dictador fueron trasladados de su grandioso mausoleo para evitar la exaltación de su figura en un espacio público.

Vox ya ha unido fuerzas con los otros dos grandes partidos conservadores del país para gobernar muchas ciudades y regiones españolas, y nadie dudaba que los tres podrían aliarse para expulsar a Sánchez del gobierno.

Fuente: AP

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