Parecía que los planes no iban a salir según lo acordado. A los días de firmarse el trato para exportar el cereal atrapado por la guerra desde el puerto ucraniano de Odessa y así aliviar la crisis alimentaria mundial, Rusia bombardeó esa ciudad. En respuesta, el presidente Volodymyr Zelensky acusó al Kremlin de barbarie y de ser una nación de la que no debía fiarse. Este lunes 1, sin embargo y tras cinco meses de guerra, partió el primer buque de la misión.