Redacción EC

La , la alianza defensiva que aglutina a los países que tienen a Rusia como su principal enemigo -y viceversa-, está en una encrucijada con respecto a y el devenir de la guerra. , que forma parte del grupo, se muestra reticente a entregar sus apreciados tanques Leopard 2, pese a los reiterados pedidos del presidente Voldymyr Zelensky, mientras que aliados como están a la cabeza de la presión hacia Berlín.

“Se abrirá una grieta en el seno de la OTAN”, no ha dudado en señalar el asesor presidencial polaco Pawel Soloch, quien añadió: “La negativa alemana sería extremadamente desfavorable para la situación dentro de la Alianza”.

Este viernes, el Grupo de Contacto para Ucrania -que reunió en Ramstein, Alemania, a los ministros de Defensa de más de 50 países, liderados por Estados Unidos- no logró adoptar una decisión acerca del envío de los tanques Leopard 2, aunque sí ratificó la determinación de los aliados occidentales de apoyar a Ucrania, principalmente con sistemas de defensa antiaérea.

Soldados de las Fuerzas Armadas de Alemania (Bundeswehr) se paran frente a un tanque de batalla Leopard. (Axel Heimken / AFP).
Soldados de las Fuerzas Armadas de Alemania (Bundeswehr) se paran frente a un tanque de batalla Leopard. (Axel Heimken / AFP).

Polonia, quien tiene frontera con Ucrania y Bielorrusia (aliado de Rusia), es uno de los países europeos más críticos del Kremlin, debido a su historia, y ha sido uno de los que más se ha puesto al frente en la ayuda hacia Kiev desde que empezó la guerra, en febrero pasado.

La semana pasada, Varsovia anunció su intención de darle al Ejército de Ucrania algunos de sus tanques Leopard, pero para ello necesita el permiso expreso de Alemania, algo que aún no se ha dado.

Los 240 tanques Leopard 2 con que cuenta el Ejército polaco son de la versión más moderna y dotada con mejor blindaje. Según los expertos, los Leopard 2, unos blindados modernos de diseño alemán, podrían tener un impacto importante en los combates en el este de Ucrania, donde Rusia ha reanudado la ofensiva.

Antes de conocerse la decisión del Grupo de Contacto, el viceministro polaco de Exteriores, Pawel Jablonski, había señalado que, si Alemania no autoriza el envío de los tanques, su país tomaría medidas “no estándar”. “Si continúa habiendo tan fuerte resistencia desde Berlín a autorizar la transferencia de armamento, el Gobierno polaco estará listo para tomar acciones no estándar, incluso si alguien se siente ofendido por ello”, dijo a una radio local.

El jueves, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, aseguró que su país “hará lo correcto” aunque no llegue el permiso alemán en la cuestión de los tanques alemanes, y enfatizó que “el consentimiento es secundario y lo importante es que los alemanes, daneses, finlandeses, franceses y otras naciones entreguen tanques modernos y armamento pesado lo antes posible” a Ucrania.

El ministro de Defensa de Alemania, Boris Pistorius, durante las discusiones del Grupo de Contacto para Ucrania en la base militar Ramstein. REUTERS
El ministro de Defensa de Alemania, Boris Pistorius, durante las discusiones del Grupo de Contacto para Ucrania en la base militar Ramstein. REUTERS
/ WOLFGANG RATTAY

Un aliado clave

, desde el inicio de la guerra, Polonia ha jugado un rol clave en el conflicto debido al inmenso número de refugiados ucranianos que ha recibido, y dada su posición geográfica ha servido como una especie de tapón para que los combates no lleguen a las fronteras europeas.

De hecho, las alarmas se encendieron en noviembre pasado cuando , lo que pudo haber provocado la respuesta de la OTAN, al ser Polonia miembro de la alianza atlántica.

Aunque el asunto no escaló más, Polonia no ha cesado de presionar para que Ucrania recibe más ayuda militar de parte de las potencias occidentales.

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Su rol también tiene que ver con su historia, debido a que después de la Segunda Guerra Mundial formó parte de la Cortina de Hierro y fue integrante clave de la zona de influencia soviética.

Apenas se convirtió en un país desligado políticamente de Moscú, a inicios de los años 90, los polacos no dudaron en entrar a la Unión Europea, una adhesión que se completó el 1 de mayo del 2004.

En 1999 ocurrió otro hito histórico. Polonia entró a la OTAN, la alianza del Atlántico Norte que surgió en la Guerra Fría como un tratado de defensa frente a la Unión Soviética, convirtiéndose así en un aliado fundamental de las potencias occidentales, lideradas por Estados Unidos.