No se le permitió la eutanasia que había pedido, pero Noa Pothoven pudo terminar tranquilamente con su vida, tal como lo quería. Murió a los 17 años en su casa, en Holanda, rodeada de sus padres y enviando un fuerte mensaje sobre los terribles traumas que deja una violación sexual.
Muere holandesa de 17 años que solicitó eutanasia al no superar trauma por abusos
Sacerdote anunció su homosexualidad durante misa
Floricultores de Holanda protegen a sus tulipanes de los selfis de los turistas
" Yo era joven. Tenía once años cuando todo empezó. Ya era una perfeccionista, algo que me ponía tensa porque quería hacer todo perfectamente en la escuela. Sin embargo, todavía era bastante normal. Hasta que fui atacada dos veces, hasta que fui violada. Después de eso no quedó nada de mi vida. (Sobre) vivir. En mi libro puedes leer cómo hago eso, o al menos cómo lo intento”.
Este es un video de la televisión holandesa sobre la presentación de su libro:
Así empezaba Noa Pothoven su libro "Ganar o aprender", publicado en noviembre del 2018 cuando tenía 16 años y en el que narraba su trágica experiencia. En él cuenta que fue agredida sexualmente a los 11 años en una fiesta escolar. Luego a los 12. Y a los 14 fue violada por dos sujetos que la atacaron en la calle.
Estos hechos le provocaron una profunda depresión, además de estrés postraumática y anorexia. Por vergüenza y miedo, ocultó el abuso sexual durante buen tiempo, pero las consecuencias psicológicas que la perturbaban la terminaron confinando en hospitales. "Sigo respirando, pero no estoy viva", decía.
Su madre, Lisette, explicó que revivir el asalto fue demasiado para su hija y denunció la falta de centros para jóvenes en Holanda con los problemas físicos y emocionales de Noa. "Los servicios de asistencia social para los menores tienen una burocracia y listas de espera para volverse locos", se quejó ante los medios de su país.
Al comprobar el estado emocional de Noa, los jueces posteriormente la internaron a la fuerza en una institución durante seis meses: allí la inmovilizaron y aislaron para que no se lesionara. “Nunca, nunca más volveré a un sitio así. Es inhumano”, dijo Noa, tiempo después. Al salir del centro la anorexia empeoró. Tuvo que esperar seis meses para que la admitieran en una clínica para desórdenes alimenticios y acabó hospitalizada y con una sonda nasogástrica. Su caso llegó a los medios de comunicación nacionales en el 2018.
La decisión de morir
Su desesperación por no hallar calma a su vida la llevó a acudir a la Clínica para Morir, un centro médico donde se practica la eutanasia en Holanda, que es legal desde el 2002.
Sin embargo, los médicos le dijeron que no era elegible para optar por el suicidio hasta que cumpliese los 21 años, pese a que los menores de edad pueden solicitar quitarse la vida pero bajo ciertos requerimientos.
Aún no queda claro si los doctores le permitieron quitarse la vida en su casa o si fue una decisión tomada solo con su familia. Lo cierto es que en su casa habilitaron una cama de hospital y desde hace varios días ya no recibía alimentos, sino solo cuidados paliativos para evitar que sufriera.
El domingo, finalmente, falleció de inanición. Ella misma lo anticipó en su cuenta de Instagram: "Pensé por mucho tiempo si era necesario compartir esto o no, pero finalmente me decidí a hacerlo. Tal vez resultará una sorpresa para muchos, pero he estado planeándolo por mucho tiempo, y no tomé la decisión de forma impulsiva. Iré directo al grano: moriré en un máximo de 10 días. Después de haber luchado y batallado, siento que estoy agotada de todo esto".