Milagros Asto Sánchez

Enojado por las crecientes tasas de contagio de , el presidente de , , canalizó su furia en una dura frase contra los no vacunados, pero en el camino lo que más logró fue ganarse el enfado y rechazo de gran parte del país.

A los no vacunados, tengo muchas ganas de fastidiarlos. Y eso es lo que continuaremos haciendo, hasta el final. Esta es la estrategia [...] Una persona irresponsable ya no es un ciudadano”, dijo el mandatario al diario Le Parisien. La indignación fue inmediata.

MIRA: Emmanuel Macron: “A los no vacunados, tengo muchas ganas de fastidiarles hasta el final”

Exactamente, el mandatario utilizó el verbo en francés “emmerder”, un registro coloquial que se puede traducir como “joder”, “molestar”, “fastidiar” o “complicar la vida”, pero que definitivamente resulta sorprendente y chocante en los labios de un jefe de Estado.

Sus declaraciones desataron un terremoto en la clase política. Las críticas le llegaron tanto desde la izquierda radical como de la extrema derecha, sus mayores rivales.

Thomas Guénolé, politólogo francés e intelectual de izquierda, afirma que en Francia, todo el mundo, a excepción de su propio partido, condenó sus comentarios.

Absolutamente nadie entiende cómo pudo decir algo tan fuera de lugar. Se supone que el presidente de la República Francesa no puede hablar de sus propios conciudadanos de una manera tan ofensiva y vulgar”, dice a El Comercio.

Desde su llegada al poder en el 2017, Macron, exbanquero y exministro de 44 años, ha pronunciado más de una frase polémica. (Foto: Reuters)
Desde su llegada al poder en el 2017, Macron, exbanquero y exministro de 44 años, ha pronunciado más de una frase polémica. (Foto: Reuters)
/ CHRISTIAN HARTMANN

Por su parte, el politólogo peruano Francisco Belaunde Matossian recuerda que no es la primera vez que Macron tiene expresiones que se salen un poco del cuadro.

De hecho, algunos lo consideran una persona bastante arrogante. Es alguien que tiene un temperamento que lo lleva a hacer ese tipo de declaraciones, es un hombre bastante impaciente. En referencia a eso, él hace poco reconoció que había expresiones suyas que no habían sido las mejores, palabras que podían herir y que lamentaba eso. Pues ahora ha vuelto a la carga”, apunta a este Diario.

Macron tiende a personalizar los retos y eso en un presidente no es lo mejor. No es positivo que se ponga en esa perspectiva de entrar al choque”, agrega.

¿Estrategia o frustración?

El rechazo se dio no solo porque el lenguaje de Macron alimentó la imagen de arrogante e insolente que lo ha salpicado desde su llegada al poder en el 2017, sino porque el exabrupto se produce a solo tres meses de las elecciones presidenciales. Macron no se ha proclamado aún candidato, pero sí ha adelantado que le gustaría serlo.

Toda la discusión ahora gira en torno a si esto es un asunto calculado o simplemente está furioso porque efectivamente los servicios de urgencias se están llenando de gente que no se ha vacunado. Hay la sospecha de que esto ha sido calculado porque él piensa que de todas maneras los antivacunas no van a votar por él, son una minoría. En realidad, todo esto está sujeto a interpretación, obviamente Macron no es tonto, sí tiene un temperamento fuerte y un estilo, pero también es calculador y mide hasta qué punto una acción lo puede favorecer”, opina Belaúnde.

Esta imagen de setiembre del 2021 muestra una concentración en Nantes, al oeste de Francia, para protestar contra la tarjeta sanitaria obligatoria que pide estar vacunado contra el COVID-19 para acceder a la mayor parte del espacio público. (Foto: AFP)
Esta imagen de setiembre del 2021 muestra una concentración en Nantes, al oeste de Francia, para protestar contra la tarjeta sanitaria obligatoria que pide estar vacunado contra el COVID-19 para acceder a la mayor parte del espacio público. (Foto: AFP)
/ SEBASTIEN SALOM-GOMIS
Una mujer sostiene un cartel en el que se lee "El chantaje no pasa" durante una protesta contra la posibilidad de vacunación obligatoria en Francia. (Foto: AFP)
Una mujer sostiene un cartel en el que se lee "El chantaje no pasa" durante una protesta contra la posibilidad de vacunación obligatoria en Francia. (Foto: AFP)
/ THOMAS SAMSON

Agrega que muchos políticos y militantes del partido de la derecha lo han criticado por sus declaraciones y que las encuestas apuntan a que quien vendría a ser la candidata del partido derechista Los Republicanos, Valérie Pécresse, sí puede ser una amenaza para él en la elección.

De hecho, Pécresse se dijo “indignada” por las declaraciones de Macron. “No corresponde al presidente de la República escoger entre buenos y malos franceses”, aseguró a .

¿Le funcionará la estrategia? Los expertos consideran que es muy pronto para saberlo, pero que sin duda la ofensiva hostil de Macron contra los no vacunados ocurre en un momento que ya es bastante tenso con respecto a grupos antivacunas que a veces pueden ser violentos.

En Francia ha habido manifestaciones muy fuertes. Preocupa hasta qué punto es oportuna esta frase de Macron para la paz social, sobre todo en medio de un clima de exacerbación y cansancio por la pandemia y la nueva variante. Ese es otro tema que preocupa un poco”, señala Belaúnde.

El problema opacado

Aunque el debate que acaparó la atención ha sido en torno a las palabras de Macron, lo cierto es que los no vacunados están teniendo un rol protagónico en el “avance supersónico” del COVID-19 en Francia, según grafica el propio gobierno, y los especialistas médicos están a favor de medidas estrictas para garantizar su inoculación.

, médico francés y jefe de la clínica de enfermedades infecciosas del hospital Bichat de París, explica que los no vacunados están desempeñando un papel masivo en la quinta ola de la pandemia con un 56% de hospitalizaciones convencionales en pacientes no vacunados (frente al 38% de los totalmente vacunados) y un 63% de no vacunados en la unidad de cuidados intensivos (frente al 31% del resto).

Un centro de pruebas de COVID-19 recibe a ciudadanos en la calle De Buci en París, Francia. La foto es de este miércoles 5 de enero. (Foto: Bloomberg)
Un centro de pruebas de COVID-19 recibe a ciudadanos en la calle De Buci en París, Francia. La foto es de este miércoles 5 de enero. (Foto: Bloomberg)
/ Nathan Laine

Deberíamos ser rígidos con los no vacunados. Ponen en peligro su salud y la salud de los demás porque están utilizando camas preciadas y trabajadores sanitarios que tienen una gran carencia y que deberían estar centrados en otros pacientes. Tenemos que retrasar muchos cuidados: quimioterapia, cirugía, otras infecciones, accidentes cerebrovasculares, dietas, etc. El sistema de salud pública en Francia está en dificultades masivas”, dice a este Diario.

El médico francés Mathias Wargon, jefe de emergencias del hospital Delafontaine en Seine-Saint-Denis, también apuesta por medidas más duras.

Esta ola que ahoga a los hospitales se debe esencialmente a personas no vacunadas. En UCI, los pacientes infectados por el COVID-19 no están vacunados o están parcialmente vacunados o inmunodeprimidos. Esta ola tiene un impacto en las admisiones de otros pacientes”, señala a este Diario.

Soy un militante de la obligatoriedad de la vacunación para los adultos. Espero que también se imponga la obligatoriedad del teletrabajo. Pero el grado de contagio de la nueva variable es tan alta que creo que es demasiado tarde”, agrega.

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