Estatua de Napoleón Bonaparte del artista Charles-Pierre-Victor Pajol (1812-1896). REUTERS
Estatua de Napoleón Bonaparte del artista Charles-Pierre-Victor Pajol (1812-1896). REUTERS
/ SARAH MEYSSONNIER
Agencia AFP

Una reproducción del esqueleto del caballo favorito de , Marengo, suspendido sobre su tumba en los Inválidos, en , suscita la indignación entre los incondicionales del emperador, en plena conmemoración del segundo centenario de su muerte.

La instalación es obra de Pascal Convert, que junto a una treintena de artistas contemporáneos participan en la muestra “¿Napoleón? ¡Otra vez!” en el recinto de los Inválidos.

El proyecto, dirigido desde hace dos años por Eric de Chassey, director del Instituto Nacional de Historia del Arte (INHA), da plena libertad a los artistas para expresarse en la diversidad.

La mayoría de las obras fueron creadas especialmente para la muestra.

Pascal Convert retomó un rito antiguo mencionado por Heródoto que quería que los caballos acompañaran a su jinete en la muerte, reconstituyendo en 3D el esqueleto del pura sangre, conservado en el National Army Museum de Londres.

Marengo se convertir en el caballo favorito de Napoleón, que lo montó en varias batallas hasta Waterloo en 1815, donde fue capturado por las tropas de Wellington.

“Sabía que esta obra podría suscitar incomprensiones, pero es todo menos irrespetuosa”, explica Eric de Chassey a la AFP.

“Paradójicamente, esto permite una forma de rehabilitación de Napoleón. La realidad de la guerra es la muerte. Desde la Antigüedad tenemos esta imagen de los guerreros que suben al cielo a caballo. En las tumbas de la Antigüedad, el jinete era enterrado con su caballo”, destaca.

Las críticas provienen de asociaciones e incondicionales del emperador.

“Grotesco y chocante”, comenta por su parte el historiador Pierre Branda, miembro de la Fundación Napoleón, en una tribuna publicada por el diario Le Figaro.

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