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En esta fotografía del 6 de diciembre de 1995 Diana, la princesa de Gales, sonríe tras recibir un ramo de flores de admiradores al salir de la ceremonia inaugural de la escuela del Ballet Nacional de Inglaterra. (Foto AP/Jacqueline Arzt, archivo).
Agencia AP

La mayoría de la gente no se ofrecería a caminar por un campo minado. La lo hizo dos veces.

El 15 de enero de 1997, Diana caminó cautelosamente por un estrecho sendero seguro a través de un campo minado en Angola, con un visor protector y un chaleco antibalas con el nombre de The HALO Trust, un grupo dedicado a remover minas terrestres de antiguas zonas de guerra. Cuando se dio cuenta que algunos de los fotógrafos que la acompañaban no habían podido retratarla, se volteó y lo hizo de nuevo.

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Después conoció a un grupo de víctimas de minas terrestres. Una niña que había perdido su pierna izquierda se sentó en el regazo de la princesa.

Las imágenes de ese día aparecieron en periódicos y televisoras del mundo, llamando la atención internacional sobre la campaña entonces languideciente para retirar aparatos que continuaban enterrados décadas después de que terminaran los conflictos. En la actualidad un tratado para prohibir minas terrestres ha sido firmado por 164 países.

Aquellos tocados por la vida de la maestra de preescolar convertida en princesa la recuerdan el día que habría sido su cumpleaños 60, el cual se conmemora el jueves, recordando a la complicada y rebelde miembro de la realeza que dejó una huella perdurable en la Casa de Windsor.

En esta foto del 15 de enero de 1997 Diana, la princesa de Gales con equipo protector, observa una demostración de retiro de minas terrestres en Huambo, Angola, una de las zonas con más minas terrestres del país. (Foto AP/Giovanni Diffidenti, archivo).
En esta foto del 15 de enero de 1997 Diana, la princesa de Gales con equipo protector, observa una demostración de retiro de minas terrestres en Huambo, Angola, una de las zonas con más minas terrestres del país. (Foto AP/Giovanni Diffidenti, archivo).

Diana tenía “la inteligencia emocional que le permitía ver el cuadro completo... pero también llevarlo al plano de seres humanos individuales”, dijo James Cowan, un mayor-general que es ahora director general de The HALO Trust. “Sabía que podía llegar a sus corazones de esa forma que sería más hábil que aquellos que sólo serían una influencia a través de la cabeza”.

La caminata de Diana entre las minas, siete meses antes de que falleciera en un accidente automovilístico en Paris, es sólo un ejemplo de cómo hizo que la monarquía fuera más accesible, cambiando la forma en la que la familia real se relacionaba con la gente. Al interactuar más íntimamente con el público — arrodillándose al nivel de un niño, sentada en la cama de un paciente de hospital, escribiendo notas personales a sus fans — se conectó con la gente de una forma que inspiró a otros miembros de la realeza, incluyendo a sus hijos, los príncipes William y Harry, mientras la monarquía trabajaba para convertirse en una institución más humana y permanecer relevante en el siglo XXI.

En esta foto del 14 de enero de 1997 Diana habla con personas amputadas en el Taller Ortopédico Neves Bendinha, a las afueras de Luanda. (Foto AP/Joao Silva, archivo).
En esta foto del 14 de enero de 1997 Diana habla con personas amputadas en el Taller Ortopédico Neves Bendinha, a las afueras de Luanda. (Foto AP/Joao Silva, archivo).

Diana no inventó la idea de que los miembros de la realeza visitaran a los pobres, desamparados u oprimidos. La misma reina Isabel II visitó una colonia de leprosos en Nigeria en 1956. Pero Diana los tocaba, literalmente.

“Diana era una verdadera abrazadora en la familia real”, dijo Sally Bedell Smith, autora de “Diana in Search of Herself”. “Era mucho más visible en el plano táctil en la forma en la que interactuaba con la gente. Eso no es algo que le haga sentir cómoda a la reina y todavía no lo es”.

Sobre todo Diana sabía que esas interacciones podían llamar la atención a las causas que apoyaba, pues era seguida a todas partes por fotógrafos y cámaras de televisión.

Diez años antes de que abrazara a las víctimas de minas terrestres en Angola, le dio la mano a un joven paciente con sida en Londres durante los primeros días de la epidemia, mostrando a la gente que la enfermedad no podía ser transmitida por tocar.

En esta fotografía del 18 de junio de 1997 la madre Teresa se despide de la princesa Diana después de ser visitada por ella en Nueva York. (Foto AP/Bebeto Matthews, archivo).
En esta fotografía del 18 de junio de 1997 la madre Teresa se despide de la princesa Diana después de ser visitada por ella en Nueva York. (Foto AP/Bebeto Matthews, archivo).

A medida que su matrimonio con el príncipe Carlos se deterioraba, Diana usaba las mismas técnicas para contar su lado de la historia. Abrazando ampliamente a sus hijos para mostrar su afecto. Sentada sola frente al Taj Mahal en un viaje real a India y caminando por ese campo minado cuando comenzaba una nueva vida tras su divorcio.

“Diana entendía el poder de las imágenes. Y sabía que una fotografía vale más de mil palabras”, dijo Ingrid Seward, editora en jefe de la revista Majesty y autora de “Diana: An Intimate Portrait”. “No era una intelectual. Ni siquiera era quien diría las palabras correctas, pero daba la imagen correcta”.

En esta fotografía del 26 de octubre de 1991 la princesa Diana habla con el paciente de sida Wayne Taylor en el hospicio para pacientes con sida Casey House en Toronto, Canadá. (Foto AP/Hans Deryk, archivo).
En esta fotografía del 26 de octubre de 1991 la princesa Diana habla con el paciente de sida Wayne Taylor en el hospicio para pacientes con sida Casey House en Toronto, Canadá. (Foto AP/Hans Deryk, archivo).

Y eso comenzó el día que Lady Diana Spencer, de 20 años, se casó con el príncipe Carlos, heredero al trono el 29 de julio de 1981, en la Catedral de San Pablo.

Elizabeth Emanuel, quien codiseñó su vestido de novia describe el evento como la transformación de una crisálida en mariposa, o en este caso de maestra de preescolar en suéter y faldas de uso práctico a una princesa de cuento de hadas.

En esta fotografía del 11 de febrero de 1992 la princesa Diana posa sola frente al Taj Mahal en Agra, India. (Foto AP/Udo Weitz, archivo).
En esta fotografía del 11 de febrero de 1992 la princesa Diana posa sola frente al Taj Mahal en Agra, India. (Foto AP/Udo Weitz, archivo).

“Pensamos hagamos el vestido más grande y dramático posible, el máximo vestido de cuento de hadas. Hagámoslo grande, con mangas grandes, con volantes”, dijo Emanuel. “Y San Pablo era tan enorme. Sabíamos que teníamos que hacer algo que fuera una declaración. Y Diana estaba completamente dispuesta a ello, le encantaba la idea”.

Pero Emanuel dijo que Diana también tenía una simplicidad que la hacía más accesible con la gente.

“Tenía esa vulnerabilidad en ella, creo, que la gente ordinaria se podía sentir identificada con ella. No era perfecta. Ninguno de nosotros es perfecto y creo que por eso existe esa cosa que hace que la gente piense sobre ella como si fuera un familiar. Sentían que la conocían”.

Los hijos de Diana aprendieron del ejemplo de su madre, haciendo conexiones más personales con el público durante sus trabajos caritativos incluyendo sus esfuerzos para desestigmatizar los problemas de salud mental y tratar a jóvenes con sida en Lesoto y Botsuana.

William, quien es segundo en la línea de sucesión al trono, trabajó como piloto de ambulancia aérea antes de asumir sus deberes reales de tiempo completo. Harry volvió a dar los pasos de Diana en un campo minado para The HALO Trust.

Su influencia también puede ser vista en otros miembros de la realeza. Por ejemplo Sofía, la condesa de Wessex y esposa del hermano de Carlos, el príncipe Eduardo, tenía los ojos llorosos en una entrevista por televisión al hablar al país sobre la muerte de su suegro el príncipe Felipe.

En esta foto del 9 de agosto de 1987 la princesa Diana de gales sonríe sentada con sus hijos el príncipe Harry y William en los escalones del palacio real en la isla de Mallorca, España. (Foto AP/John Redman, archivo).
En esta foto del 9 de agosto de 1987 la princesa Diana de gales sonríe sentada con sus hijos el príncipe Harry y William en los escalones del palacio real en la isla de Mallorca, España. (Foto AP/John Redman, archivo).

La gente incluso comenzó a ver un lado diferente de la reina, incluyendo su interpretación como chica Bond en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 en la que protagonizó una minipelícula con Daniel Craig para inaugurar los juegos.

Más recientemente la monarca ha realizado llamadas por Zoom y bromeado con niños sobre el momento en el que conoció al cosmonauta ruso Yuri Gagarin. ¿Cómo era él?, le preguntaron.

“Ruso”, respondió seriamente. La videollamada se llenó de risas.

Cowan, de HALO, dijo que la atención que Diana, y ahora Harry le han dado al tema de las minas terrestres ayudó a atraer los fondos que hicieron posible que miles de trabajadores continúen con el lento proceso de retirar estos aparatos.

Sesenta países y territorios siguen contaminados con minas terrestres, que han matado o lesionado a más de 5.500 personas tan sólo en 2019, de acuerdo con Landmine Monitor.

“Tenía la capacidad de llegar a la gente e inspirarla. La imaginación de ellos era impulsada por este trabajo”, dijo Cowan. “Y les gusta y quieren financiarlo. Por eso ella tiene un legado tan profundo en nosotros”.

En esta fotografía de 1980 Lady Diana Spencer, la novia del príncipe Carlos, es fotografiada en el jardín de niños en la plaza de San Jorge en Pilmico, Londres donde trabaja. (Foto AP, archivo).
En esta fotografía de 1980 Lady Diana Spencer, la novia del príncipe Carlos, es fotografiada en el jardín de niños en la plaza de San Jorge en Pilmico, Londres donde trabaja. (Foto AP, archivo).

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