Desde , contesta la videollamada. El comentarista y experto en la familia real inglesa habla con El Comercio y explica que si hay algo que todavía le sorprende de la monarquía británica es que genere mucha expectativa, tanto en periódicos como medios virtuales. Ahora que está a punto de celebrar 70 años como la monarca del Reino Unido -lo hace este domingo-, Fitzwilliams es una buena referencia para entender la importancia de su figura.

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—“The Crown” crea la ilusión de poder entrar en el día a día de la familia real, conocer sus secretos. ¿Qué tan fidedigna es?

“The Crown” es escrita por Peter Morgan, quien ha hecho un gran drama que ha generado interés de todo el mundo, principalmente por sus dos primeras entregas y gracias a que hay muy buenos actores involucrados. Pero, principalmente, es ficción, aunque dice ser factual. Que tantas personas estén interesadas es curioso. En sus últimas entregas, “The Crown” tomó una tendencia antimonarquista: me refiero a cómo es retratada la familia real. El personaje de Olivia Colman no le ha dado la dignidad a su personaje, la muestra fría, sin corazón, la interpreta como si tuviera malas maneras, como si todo fuera una mafia. “The Crown”, en un sentido extraño, genera interés en muchas personas y me gustaría que supieran que mucho de lo que se muestra no pasó.

Richard Fitzwilliams, especialista en la familia real inglesa. (Fuente: richardfitzwilliams.com)
Richard Fitzwilliams, especialista en la familia real inglesa. (Fuente: richardfitzwilliams.com)

—A la reina Isabel II la vemos como una amante de los caballos, pero distante y fría, públicamente al menos, con sus hijos. ¿Te refieres a eso?

En los 90, cuando Jonathan Dimbleby publicó la biografía del príncipe Carlos [”Prince of Wales: A Biography”], hubo sorpresa porque el mismo Carlos describió a sus padres como personas distantes. Pero para entender esa situación tienes que tener en cuenta lo que vivió la reina Isabel II. Cuando Carlos nació, la salud del rey Jorge VI desmejoraba y su hija, Isabel, se preparaba para ser la futura reina y no tuvo el tiempo que le hubiera gustado para estar con sus hijos. Ella cumple con los deberes del Estado desde que tiene 25 años. También hay que entender que la decisión de Felipe de mandar a Carlos a ciertos colegios, no funcionó.

—Hay quienes no coincidirían con usted y dirían que cada vez menos personas están interesadas en lo que hacen las familias reales. ¿Qué diría al respecto?

No coincido. Si miras las cifras de la boda de los exduques de Sussex, de los Cambridge, si te fijas en el interés que genera la misma Commonwealth, las ceremonias y el jubileo que se celebrará en junio, y la lista interminable de documentales, películas... Decir que el mundo no está interesado en la monarquía británica es un sinsentido. Los republicanos quieren creer que solo los viejos o aquellos con ciertas conexiones tienden a ser monarquistas, pero no es así. Los monarquistas creen en la continuidad de la historia, en la unidad nacional, en la estabilidad que trasciende a los partidos políticos.

—¿Es posible que el escándalo del rey emérito español Juan Carlos haya afectado la imagen de la familia real inglesa o de las monarquías en general?

Hubo periodos difíciles para las monarquías: cuando la reina Victoria vivió el luto luego de la trágica muerte de su esposo, cuando en 1936 abdica el rey Eduardo VIII, la muerte de la princesa Diana. La monarquía española ha tenido un periodo terrible, lo que bien podría pasarle a cualquier otra institución. Me refiero a que no es cuestión de monarquías, sino de problemas por tener malos primeros ministros o malos presidentes. Pero, así como hay malos periodos, también hay los buenos. Recuerda que, a grandes rasgos, la monarquía española salvó la democracia en su país.

Las acusaciones de corrupción y mala conducta contra la corona española han generado un desastre, pero son distintas monarquías. Esa polémica no tiene efecto sobre la familia real inglesa. Si no, bien podríamos hablar de la monarquía de los Países Bajos y decir que son un gran éxito.

La reina Isabel II es seguida por la princesa Diana y el príncipe Carlos en camino hacia el Parlamento de Londres, para celebrar el jubileo de platino de su ascenso al trono. AP
La reina Isabel II es seguida por la princesa Diana y el príncipe Carlos en camino hacia el Parlamento de Londres, para celebrar el jubileo de platino de su ascenso al trono. AP
/ Bob Dear

—Este domingo se cumplen 70 años desde que la reina Isabel II se hizo del trono del Reino Unido. ¿Qué celebraciones podemos esperar?

Algo espectacular. Ella ya vivió los jubileos de oro, diamante y zafiro, y este sería el de platino. Lo que harán es tomar lo mejor de los jubileos previos y de otros servicios. Se puede esperar que haya una gran cena, un gran concierto, un desfile al frente del Palacio. También podría haber una carrera de caballos. Ella es una experta en equinos. De hecho, hay quienes dicen que si ella no hubiera sido parte de la monarquía y no hubiera nacido en el momento en el que nació ni hubiera tenido que reinar, al momento de evaluar su futuro, le hubiera encantado ser una mujer de campo y vivir rodeada de caballos. Pero el destino llamó a su padre y a ella para un futuro diferente.

MIRA: La reina Isabel cumple 70 años en el trono el domingo: ¿Cómo pasará ese día la monarca británica?

—El juicio y el descrédito del príncipe Andrés, ¿afectará las celebraciones?

No lo hará. Ha sido una etapa difícil para la monarquía británica. Ahí están los exduques de Sussex, Harry y Meghan, quienes renunciaron, quienes se sintieron mal porque la familia real no los acogió. Ahora, además, Andrés cayó en desgracia y fue despejado de sus honores y títulos militares. Todo eso ha sido una vergüenza para la familia real, pero no eclipsa la admiración a la reina porque esto es único en la historia.

—¿Esperabas que la reina reaccionara con Andrés tal como lo hizo?

Era inevitable, absolutamente inevitable. Se llegó a un punto en el que Andrés se enfrentaba a un juicio en Nueva York y todas las opciones eran problemáticas. Él tampoco ayudó al FBI para encontrar a los otros cómplices de Jeffrey Epstein, y nunca pudo explicar su relación con Virginia Roberts Giuffre, y la de sus amigos, entre los que estaban Ghislaine Maxwell. Con todo eso en mente, era inevitable y esencial que ella tomara esa decisión.

—Según una encuesta de YouGov, el 41% de jóvenes británicos prefieren a un jefe de Estado electo que un rey o reina. ¿Cómo explica esa realidad?

Esa encuesta muestra un panorama distinto a los anteriores, porque antes los jóvenes estaban en gran favor de la monarquía. El cambio se dio luego del caso de Harry y Meghan. La entrevista con Oprah fue muy dañina. Eso y el caso del príncipe Andrés. Esas fueron las razones. Las instituciones pasan por tiempos buenos y malos, y los exduques de Sussex fueron vistos como personas modernas en una situación desafortunada y claro que eso afecta la percepción de los jóvenes. Espero que no sea algo permanente.

La reina Isabel II junto a los exduques de Sussex, Meghan y Harry. AP
La reina Isabel II junto a los exduques de Sussex, Meghan y Harry. AP
/ Matt Dunham

—Según la misma encuesta, la reina Isabel II es querida por el de británicos mayores de 18 años. ¿Y esa paradoja?

Las personas la apoyan porque es un ejemplo de deber, saben que jamás los decepcionó, que ha estado por encima de la política y que es símbolo de la unidad de la nación. Durante su reinado se sucedieron muchos cambios y ella cumplió con sus deberes. Claro que la apoyan y le son fieles. Además, hay un gran respeto y apoyo a la Commonwealth.

—Entonces, ¿qué le sucederá a la monarquía inglesa cuando ella ya no esté?

Como se suelen suceder estas cosas, será un panorama muy distinto. Carlos ascenderá al trono y nos tendríamos que empezar a preguntar qué título llevará Camila. También habría que ver qué pasará con el “slimmed down monarchy” []. Recuerda que la familia real tiene tres mil compromisos al año y, como sabrás, 300 instituciones vinculadas a ellos. Veamos si eso continúa y qué palacios usarán. Esas serán algunas cuestiones a resolver por el futuro rey.

Los Cambridge son el futuro y lo vienen haciendo de forma brillante, incluso marcando tendencias en la moda. Guillermo y Catherine están tremendamente dedicados al ‘soft power’: él viajó a China para hablar con el presidente Xi Jinping sobre el tráfico de marfil, luego fue al Medio Oriente y se dirigió a Israel y a la Palestina ocupada. Eso es tan importante como sus campañas por la salud de la primera infancia. Ellos y su familia, Jorge, Carlota y Luis, son el futuro.

—¿Los británicos jóvenes apoyarán a la monarquía cuando Isabel II ya no esté?

Hay que tener en consideración que todos los gobernantes son distintos y que la familia real siempre cambia y no necesariamente por lo que quiere la opinión pública, aunque nunca están muy lejos. En este caso, creo que existe el balance correcto. A veces se suceden situaciones inesperadas, como la muerte de la princesa Diana, como que los Sussex decidieran salirse la familia real, o como alguien como Andrés, cuyo comportamiento es polémico. Pero con respecto a la institución, es muy posible que el ADN continúe y los británicos lo van a apreciar.

—¿Qué tan importante es Isabel II en la historia de la corona inglesa?

Quizás ella no haya dado su nombre a un periodo, como sí lo hicieron las reinas Isabel I o Victoria, pero es un símbolo de unidad nacional, alguien que simboliza la continuidad en tiempos de cambios radicales, alguien con un compromiso incuestionable a sus deberes. Ella dio su vida al trono. Se ha portado muy apropiadamente, según la Constitución, y estuvo encima de los partidos políticos. Hay un gran respeto y lealtad hacia ella. La institución no está en peligro.

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