El primer ministro británico, Boris Johnson, fue uno de los principales impulsores del 'brexit' y finalmente consiguió un acuerdo de salida con la Unión Europea. REUTERS
El primer ministro británico, Boris Johnson, fue uno de los principales impulsores del 'brexit' y finalmente consiguió un acuerdo de salida con la Unión Europea. REUTERS
/ POOL
Farid Kahhat

Ya se conocieron los términos del acuerdo bajo los cuales el abandonará la Unión Europea (UE). El principal argumento para justificar el voto en favor de dejar la UE en el referéndum del 2016 fue el de recuperar las prerrogativas soberanas del Estado británico. Los partidarios del ‘’ también argumentaban que a la economía británica le iría mejor fuera de la UE. Más de cuatro años después existe suficiente evidencia como para comprobar que se equivocaron en esa estimación.

El efecto adverso del ‘brexit’ sobre la economía se explica fundamentalmente por la incertidumbre en torno al futuro. Una investigación del 2019 de Nicholas Bloom y otros encontraba que la mitad de las empresas británicas encuestadas citaban la incertidumbre como una de sus tres preocupaciones principales, y estimaba que la anticipación de la salida de la UE había reducido su inversión en un 10%.

Otra investigación del mismo año de Benjamin Born y otros comparaba el crecimiento del Reino Unido antes y después del referéndum con el promedio ponderado de crecimiento de otros países industrializados: según ese cálculo, la economía británica habría perdido un 1% de su valor cada año comparada con un escenario contrafáctico (es decir, uno en el cual el ‘brexit’ no hubiese tenido lugar).

Basado en un modelo diferente, una investigación del 2017 de Swati Dhingra y otros compara diferentes escenarios ‘posbrexit’ y concluye que este costaría a la economía británica entre 6,3 y 9,4% del PBI.

Una investigación del 2020 de Holger Breinlich y otros compara el desempeño de la economía británica con escenarios contrafácticos y concluye que los flujos de inversión extranjera directa hacia la economía británica procedentes del resto de la UE se habrían reducido en un 9%. Como sabemos, el proceso del ‘brexit’ ha implicado una devaluación significativa de la libra esterlina y, aunque ello brindaría a los exportadores británicos ventajas competitivas, también encareció las importaciones.

Los negociadores europeos y británicos llegaron a un acuerdo en Bruselas el 24 de diciembre, a vísperas de la Nochebuena. EFE
Los negociadores europeos y británicos llegaron a un acuerdo en Bruselas el 24 de diciembre, a vísperas de la Nochebuena. EFE
/ OLIVIER HOSLET / POOL

Una investigación del 2019 de Holger Breinlich y otros estima que ese mayor precio de las importaciones fue transferido en su integridad al consumidor y que, por ello, los precios al consumidor se elevaron un 2,9% como consecuencia del ‘brexit’. Por último, con el fin de preservar su acceso al mercado único europeo, empresas del Reino Unido están estableciendo sucursales en el resto de Europa. Según el periodista Paul Keller, las empresas financieras británicas han trasladado activos a Europa continental por un valor estimado de 1,3 billones de dólares.

Los escenarios

Como dijimos, los costos en que incurrió hasta ahora la economía británica se explican en lo esencial por la incertidumbre respecto al futuro. Es decir, no incluyen los costos que podrían implicar los términos bajo los cuales el Reino Unido abandonará la UE tras el actual período de transición.

Un informe del Gobierno Británico filtrado a la prensa hace ya un tiempo preveía que, en cualquiera de los tres escenarios probables fuera de la Unión Europea, la economía británica tendría un desempeño inferior al que tuvo como integrante de la UE. Esos escenarios eran el de la permanencia del Reino Unido en el mercado único de la UE (siguiendo el ejemplo de Noruega, en cuyo caso la pérdida calculada era de un 2% del ingreso nacional), la suscripción de un acuerdo de libre comercio (con una pérdida calculada del 5%), y la salida de la UE sin un acuerdo (en cuyo caso las relaciones comerciales se regirían por las normas de la Organización Mundial de Comercio, con una pérdida calculada de 8% del ingreso nacional).

La paradoja es que los escenarios menos onerosos en términos económicos implicarían una menor devolución de prerrogativas soberanas al Estado británico, el principal argumento esgrimido para justificar el ‘brexit’.

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