Imagen tomada el 15 de febrero de 1971, que muestra a Jean-Paul Sartre. AFP
Imagen tomada el 15 de febrero de 1971, que muestra a Jean-Paul Sartre. AFP
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Redacción EC

El 14 de octubre de 1964, Jean-Paul Sartre le pidió a la Academia Sueca que no lo nominaran al de Literatura. La carta llegó tarde. Su victoria ya había sido decidida y, un día como hoy, pero de ese año, se le anunció como ganador.

¿Qué decía la misiva? Sartre “que entregaran el premio a algún otro escritor más digno de tal consagración”, cuenta “La Vanguardia”. No le interesaba ni eso ni los US$ 52 mil de la época.

Por razones que me son personales y por otras que son más objetivas, no quiero figurar en la lista de posibles laureados y ni puedo ni quiero, ni en 1964 ni después, aceptar esta distinción honorífica”, .

Días más tarde, en una carta dirigida a “Le Monde”, explicaba que desconocía que el Nobel se entregaba sin “consultar la opinión del receptor” y que recién entendía que la elección no podía ser revocada.

Más detalles

No era la primera vez que Jean-Paul Sartre rechazaba una condecoración. Lo hizo en 1945, cuando le ofrecieron ser parte de la Legión de Honor francesa.

¿Por qué?

Él lo explicó:

Esta actitud se basa en mi concepción de la misión del escritor. Un escritor que adopta posiciones políticas, sociales, literarias debe actuar consecuentemente con estas posiciones a través de la propia, es decir, la palabra escrita. Todos los honores que puede recibir exponen a sus lectores a una presión que no considero deseable. Si me suscribo de Jean-Paul Sartre no es lo mismo que si me suscribo de Jean-Paul Sartre ganador del Premio Nobel”.

Es decir, que, desde su mirada, “el escritor debe negarse a dejarse transformar en una institución, incluso si esto ocurre en las circunstancias más honorables”.

El dinero también le parecía una “tortura”.

O se acepta el premio y con el dinero del premio puedo apoyar a organizaciones o movimientos o de lo contrario uno declina el premio en principio generoso y de este modo priva a un movimiento de un apoyo que tanto necesita”, escribió.

Kjell Espmark, poeta y miembro de la Academia Sueca, Sartre sí reclamó el dinero.

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