El expresidente de Brasil, Lula da Silva, estuvo en el poder entre 2003 y 2010. | Foto: EFE / Archivo
El expresidente de Brasil, Lula da Silva, estuvo en el poder entre 2003 y 2010. | Foto: EFE / Archivo
Redacción EC

El ex presidente brasileño Luiz Inácio se convirtió esta semana oficialmente en candidato presidencial por el Partido de los Trabajadores (PT). O al menos por ahora, pues se encuentra actualmente cumpliendo una condena de 12 años de prisión que le impediría postular a cualquier tipo de cargo electivo.

Así lo dejó en claro este miércoles la fiscal general de Brasil, Raquel Dodge, quien presentó ante el Tribunal Superior Electoral (TSE) la impugnación de la postulación del ex jefe de Estado, argumentando que fue declarado culpable por el Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF4), una corte de segunda instancia, por los delitos de corrupción pasiva y lavado de activos.

Pero los líderes del partido decidieron inscribirlo pese a saber que las chances de su máxima figura son casi nulas. "Lo que el PT está tratando de hacer es agotar todas las opciones posibles para buscar instancias que le permitan 'mantener a flote' la candidatura de Lula, pero son tecnicismos. Lo más probable es que Lula no pueda presentarse", asegura Alberto Rojas, director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae.

El analista explicó a Emol que aún cuando Lula es el candidato favorito, es muy difícil que una entidad electoral pase por sobre las decisiones de la Justicia, que incluso falló dos veces en contra del ex Mandatario: cuando fue condenado a 9 años de cárcel por el juez de la operación Lava Jato, Sergio Moro, y cuando el TRF4 aumentó su sentencia a 12 años. 

Pero si la candidatura de Lula tiene fecha de vencimiento, ¿por qué insistir? 

Un capital político transferible

"Cuando hablamos de Luiz Inácio Lula da Silva hablamos de uno de los más populares presidentes de Brasil en la historia (...) el que trajo a Brasil los JJ.OO. y el Mundial de fútbol; el que reactivó la economía y sacó a 30 millones de brasileños de la pobreza extrema. Todo eso es el capital político de Lula que aún mantiene bastante intacto", describe Rojas.

Pese a llevar ya cuatro meses en prisión, de ser candidato Lula ganaría en todos los escenarios electorales posibles. Según el sondeo realizado por la firma Datafolha, el líder petista lograría el 30% de los votos en primera vuelta y en un eventual balotaje, superaría a todos los actuales candidatos.

"Lula es una figura completamente atípica, diferente, única en su categoría. Y es algo que evidentemente el PT no desea que se enfríe ni que se olvide, y por eso esta campaña. Lula era y sigue siendo la mejor carta electoral que tiene el PT para volver al poder. Pero está preso", enfatiza el académico.

Rojas explica que en el PT saben del probable rechazo de la candidatura, por lo que su estrategia en realidad está en cuidar el capital político de su máxima figura política, para luego transferirla a un candidato viable: Fernando Haddad.

El ex alcalde de Sao Paulo fue elegido como compañero de lista y aspirante a vicepresidente de Lula en las papeletas del próximo 7 de octubre. Así, si el TSE decide bloquear la candidatura del ex Mandatario, el abogado de 55 años sería su reemplazante.

"El PT está tratando de reencantar a sus bases en la medida en la que quiere intentar, de manera un poco desesperada, transferir parte de esta popularidad de Lula a Haddad", afirma Rojas.

Antes de conocerse que sería candidato a vicepresidente, en junio pasado, las intenciones de voto de Haddad, sin el respaldo de Lula, alcanzaban un 3% según el instituto Ipespe. En el mismo estudio, si se asociaba a Haddad como la opción del líder petista, su respaldo aumentaba a 11%.

"De aquí al 17 de septiembre, que es cuando el TSE tiene que pronunciarse, la intención es tratar de aumentar el capital político de Haddad (...) la apuesta es que Lula logre beneficiarlo y traten de levantarlo", sostiene Rojas y añade: "Si va a lograrlo o no, no lo tenemos totalmente claro. Lo que sí está claro es que Fernando Haddad es la mejor carta que tienen en este minuto para poner sobre la mesa".

"Mandela brasileño"

Los aliados del ex presidente aseguran que su encarcelamiento responde a una persecución política de quienes intentan evitar que Lula y el PT alcancen nuevamente el poder. Un argumento que para la oposición es vista como mera "victimización".

"La victimización no es buena para el país ni para un ex presidente", aseguraba el actual jefe de Estado, Michel Temer, en enero pasado. "Ha habido un trabajo del PT y de todas las fuerzas políticas simpatizantes de PT de convertir a Lula en una especie de 'Mandela brasileño'", comenta Rojas y asegura que ello se enmarca principalmente en un contexto de inestabilidad del sector político en Brasil.

Asevera que, sobre todo, se intenta mejorar su imagen a nivel internacional, recordando lo que hizo por su país durante sus dos mandatos.

"Tenemos un escenario donde en general la clase política brasileña está muy desprestigiada. Y ahí, Lula, si bien se ha visto salpicado por la corrupción, claramente muchos lo ven como el mal menor", señala. Sin embargo, el analista agrega que en su perspectiva, esta estrategia solo le ha traído buenos resultados con sus propios adherentes, mas no convocando a otros sectores de la sociedad.

"Lula tiene un respaldo popular indesmentible pero también tiene muchos detractores", asegura.

"Ha habido un trabajo para generar una imagen de víctima, pero lo cierto es que eso es más bien de consumo interno de los partidarios y los más cercanos al PT. Claramente a los sectores que están en el otro espectro político, esta campaña no los va hacer cambiar de opinión, ni los va a conmover", sentencia.

Fuente: Emol, GDA

Contenido sugerido

Contenido GEC