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Agencia AFP

El primer ministro de , Haider Al Abadi, declaró este lunes que, tras la victoria en contra el grupo (EI), la prioridad será la "estabilidad y la reconstrucción", mientras el ejército trataba de eliminar el último foco de resistencia yihadista en la ciudad.

En un discurso en Mosul, segunda ciudad del país, Al Abadi destacó una victoria "sobre la brutalidad y el terrorismo" del grupo EI, y señaló que, a partir de ahora, la prioridad para el gobierno será la "estabilidad y la reconstrucción" del país.

Sin embargo, el teniente general Stephen Townsend, comandante de la coalición antiyihadista liderada por Estados Unidos, advirtió que "todavía queda una dura lucha por delante".

Aunque reconoció que la victoria suponía "un golpe decisivo" para los yihadistas, advirtió que ésta "no elimina" al EI, según un comunicado difundido por la coalición.

El domingo, Al Abadi ya había avisado que no proclamaría oficialmente la liberación total del que fuera el gran bastión iraquí del EI hasta que los últimos combatientes fueran eliminados.

El lunes, se registraban "violentos" enfrentamientos en un sector de 200 por 100 metros en donde están atrincherados los últimos yihadistas que quedan en la Ciudad vieja, según el general Sami al Aridhi, uno de los comandantes de las fuerzas de élite antiterroristas (CTS).

"No aceptan rendirse. Gritan que no se rendirán y que quieren morir", agregó.
Pero "las operaciones están en su fase final" y "es probable que (los combates) terminen hoy", estimó.

El general indicó que sus tropas fueron informadas sobre la presencia de entre 3.000 y 4.000 civiles en el foco yihadista, pero esa cifra no pudo ser confirmada de fuente independiente.

Abadi consideró el domingo la victoria como "segura" y encargó a las fuerzas presentes que garanticen la seguridad en la ciudad y la limpien de minas y explosivos.

En Bagdad, en la plaza Tahrir, los habitantes festejaron el domingo por la noche la recuperación de la segunda ciudad de Iraq.

- Destrucciones colosales –

Se trata del mayor éxito de Bagdad, apoyado por la coalición liderada por Estados Unidos, desde que el grupo extremista sunita tomó en 2014 regiones importantes del territorio iraquí.

Sin embargo, no asesta aún el golpe de gracia a Estado Islámico, que continúa controlando sectores del territorio iraquí y de Siria, aunque también en este país perdió terreno desde 2015. Su bastión de Raqa está cercado por las fuerzas rebeldes apoyadas por Estados Unidos.

La victoria de Mosul corona la ofensiva iniciada en octubre. Este avance tuvo sin embargo un enorme costo en vidas humanas, forzó al éxodo a casi un millón de personas y provocó destrucciones colosales, en particular en la Ciudad vieja.

Casi un millón de civiles huyeron de la ciudad desde el comienzo de la ofensiva y 700.000 continúan desplazados, según la ONU.

Los que permanecieron atrapados en la ciudad vivieron en condiciones "terribles", con penurias y bombardeos, a veces utilizados como "escudos humanos" por el EI, según la ONU.

Las fotos muestran la amplitud de los daños en la Ciudad vieja.

- Sin viviendas -
"Es probable que miles de personas sigan desplazadas durante varios meses", dijo la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en un comunicado este lunes.

"Muchos ya no tienen vivienda y los servicios básicos como el agua y la electricidad, así como infraestructuras como las escuelas y los hospitales, necesitan ser reconstruidos o reparados", explicó la ACNUR.

Veintiocho organizaciones humanitarias presentes en Iraq, como Oxfam o Save the Children, publicaron un comunicado en el que piden a las autoridades que no obliguen a los desplazados a regresar a sus hogares y exhorta a la comunidad internacional a que apoye la reconstrucción.

Mosul tiene una importante dimensión simbólica para el EI, ya que su jefe, Abu Bakr al Bagdadi, proclamó allí en julio de 2014 su "califato", en su única aparición pública.

La suerte de Al Bagdadi es incierta. Rusia afirmó en junio que probablemente lo había abatido en un ataque en Siria, pero nadie confirmó su muerte.

Varios países miembros de la coalición internacional antiyihadista, entre ellos Francia y Estados Unidos, felicitaron a Bagdad por el éxito en su guerra contra el EI.

Teherán, que respalda a algunas milicias chiitas iraquíes que combaten al EI, también felicitó a Bagdad por esta victoria y propuso su ayuda para la reconstrucción.

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