En el 2015, se encontró el cuerpo de Alberto Nisman en su departamento de Buenos Aires con una herida de bala en la cabeza, entregada a corta distancia de una pistola encontrada a su lado. (Foto: Archivo/AFP).
En el 2015, se encontró el cuerpo de Alberto Nisman en su departamento de Buenos Aires con una herida de bala en la cabeza, entregada a corta distancia de una pistola encontrada a su lado. (Foto: Archivo/AFP).
/ DAMIAN DOPACIO
Redacción EC

Buenos Aires. [EFE]. Cuando se cumplen cinco años de la muerte del fiscal de , , todavía no se ha podido establecer si se trató de un suicidio o un homicidio, dos teorías enfrentadas que sostienen diversos personajes públicos y que incluso la justicia varió en sus investigaciones.

Las primeras pericias realizadas después de que su cuerpo fuera encontrado con un disparo en la cabeza apuntaron a una “muerte dudosa”, aunque dos años después (en los que se produjo un cambio de gobierno en Argentina) un peritaje realizado por Gendarmería estableció que al fiscal lo drogaron y lo mataron dos personas, teoría que adoptó la justicia.

El estreno del documental de Netflix sobre este caso, unido al quinto aniversario de la muerte, han vuelto a poner la lupa sobre uno de los misterios de la historia reciente del país, y mientras algunos siguen convencidos de la teoría que para ellos tiene más sentido, otros han llegado a variar en estos cinco años su forma de ver los hechos, como ocurre con el presidente Alberto Fernández.

Discursos que varían: Alberto Fernández y Cristina Kirchner

Hasta el día de hoy, dudo que se haya suicidado”, afirmó el que fuera jefe de gabinete durante los gobiernos kirchneristas en el 2017, cuando se grabó la serie documental, aunque este mes, ya como presidente, afirmó que no hay una “prueba seria” que apunte al homicidio, palabras que no son contradictorias pero tienen matices diferentes.

También cambió su visión la expresidenta y actual vicepresidenta Cristina Kirchner, blanco principal de la última denuncia de Nisman, quien la acusaba de encubrir a los autores del atentado a la mutua judía AMIA, que en 1994 dejó 85 muertos y sigue impune, a través de la firma en el 2013 de un acuerdo con Irán, país al que la comunidad judía atribuye la autoría de la masacre.

La exmandataria defendió inicialmente la teoría del homicidio y aseguró que al fiscal le plantaron “pruebas falsas” en su investigación, aunque en su libro “Sinceramente”, publicado el año pasado, hace referencia a la investigación del periodista Pablo Duggan y cuestiona “si la hipótesis del homicidio quedó liberada” con sus pericias, que apuntan a un suicidio.

Alberto Fernández y Cristina Kirchner en  una imagen del 7 de agosto del 2019, en plena campaña presidencial. (Foto: AFP)
Alberto Fernández y Cristina Kirchner en una imagen del 7 de agosto del 2019, en plena campaña presidencial. (Foto: AFP)
/ HO

Defensores de la teoría del suicidio

1. DIEGO LAGOMARSINO: El informático es uno de los personajes más misteriosos de esta historia.

Lagomarsino, quien trabajaba para el fiscal en la investigación del atentado a la AMIA, fue el que entregó la pistola a Nisman horas antes de su muerte, lo que llevó a la Justicia a procesarlo como “partícipe necesario de homicidio”.

La verdad está en el expediente y claramente esto fue un autodisparo, el tema es quién se va a animar a afirmar eso”, afirmó en una entrevista en la que agregó que el fiscal le pidió el arma para la seguridad de su familia ante las amenazas que supuestamente recibía por la denuncia que debía detallar en el Congreso el día posterior a su muerte.

2. OSCAR PARRILLI: El exjefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) fue contundente al afirmar que “las pruebas dicen que se suicidó” y calificó de “truchada” (falsificación) el informe de Gendarmería que avala el homicidio.

Parrilli, actual senador, es afín al kirchnerismo y ocupó varios cargos durante los mandatos de Cristina Kirchner, como el de secretario de Inteligencia.

3. SERGIO BERNI: El que fuera Secretario de Seguridad bajo el mandato de Kirchner fue uno de los primeros en llegar a la escena de la muerte, y pocos días después de aquel fatídico 18 de enero afirmó que “todos los caminos conducen a un suicidio”, una teoría que se mantuvo tras las investigaciones posteriores.

La conclusión la tengo desde el primer día, eso es claro, no me ha cambiado nada ni el documental ni toda la bibliografía que salió en este último tiempo”, afirmó a El Destape Radio este mes.

Un hombre grita consignas junto a un letrero que dice "Justicia para Nisman". (Foto: Reuters)
Un hombre grita consignas junto a un letrero que dice "Justicia para Nisman". (Foto: Reuters)
/ MARCOS BRINDICCI

Defensores de la teoría del homicidio

1. SANDRA ARROYO SALGADO: “Nisman no sufrió un accidente, Nisman no se suicidó, a Nisman lo mataron”, fueron las palabra de la jueza y exmujer del fallecido, quien agregó que “su muerte es un magnicidio de proporciones desconocidas”.

Arroyo fue parte querellante en la investigación hasta finales de 2018, cuando se retiró de la causa a raíz de las “amenazas previas y posteriores al hecho y recurrentes” que ella y su familia recibieron y que la llevaron a “priorizar la paz y espiritualidad del núcleo familiar”.

2. SERGIO MASSA: El político peronista, actual presidente de la Cámara de Diputados, fue uno de los últimos en pronunciarse, y lo hizo este jueves en una entrevista con radio La Red en la que afirmó que no cree en el suicidio del fiscal.

No parecía que la actitud que traía previo a su fallecimiento sea la actitud de alguien que piensa en suicidarse; en todo caso, intuitivamente, creo más en el homicidio o en el suicidio inducido”, declaró.

3. WALDO WOLF: El diputado del opositor Cambiemos es una figura clave en la investigación, ya que poco antes de morir Nisman le envió una foto donde se veían los papeles que contenían la denuncia que debía llevar al Congreso.

Wolff apuntó en varias entrevistas que “Nisman murió por lo que él sabía y estaba dispuesto a ventilar”, y en una entrevista subrayó que “el kirchnerismo se portó antes de su muerte como si quisiera matarlo y después de su muerte como si lo hubiese matado”.

Insistió en que no tiene pruebas ni le “interesa” vincular al entonces gobierno de Cristina Kirchner, hoy vicepresidenta, en la muerte de Nisman, pero considera que aquel Ejecutivo es “responsable de su muerte incluso con las dudas (sobre) la manera en que murió”, unas dudas que cinco años después están tan lejos de despejarse como al principio.


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