Milagros Asto Sánchez

La destrucción de la Amazonía brasileña no deja espacio para las dudas o el escepticismo, menos aún para las promesas de un presidente que ha demostrado no creer genuinamente que la preservación del pulmón del mundo sea una prioridad. Si bien la deforestación en la mayor selva tropical del planeta ya venía en aumento, desde que Jair Bolsonaro asumió el poder en enero del 2019 esta se ha disparado y no deja de romper récords lamentables.