Si bien casi 600 detenidos por asaltar las sedes de los tres poderes del Estado de Brasil el último domingo ya han sido liberados por diversas razones, cerca de 900 seguidores radicalizados del exmandatario Jair Bolsonaro continúan bajo arresto. La mayoría de ellos, cuenta “El Tiempo”, se ubican en “un pabellón deportivo de la Policía Federal”, mientras que otros fueron trasladados a la cárcel de Papuda, “a las afueras de Brasilia”.