Milagros Asto Sánchez

Una nota de agradecimiento, un pedido de disculpas y varias versiones contrapuestas. La acusación de contra el expresidente argentino de haber enviado gases lacrimógenos y munición para reprimir las protestas que tuvieron lugar en el país andino en noviembre del 2019 tiene muchos elementos que ameritan explicación.

El embrollo empezó hace una semana, cuando el Ejecutivo boliviano acusó a la Administración Macri de haber enviado “munición letal” al gobierno interino de Jeanine Áñez durante la crisis que derivó en la marcha de Evo Morales de la presidencia.

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El canciller boliviano, Rogelio Mayta, difundió una carta del general Gonzalo Terceros, hasta entonces comandante de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), dirigida al entonces embajador argentino en La Paz, Normando Álvarez, a quien agradeció por el envío de “40.000 cartuchos AT 12/70” (escopeta), más un centenar de gases lacrimógenos y granadas de gas.

Ese mismo jueves el jefe de Estado de Argentina, Alberto Fernández, quien asumió la presidencia en diciembre del 2019 en reemplazo de Macri, envió una carta a su homólogo boliviano Luis Arce pidiendo “disculpas” por la supuesta colaboración de su antecesor en la salida del poder de Morales. Fernández es un aliado político de Arce.

Desde entonces, versiones contradictorias han resonado en ambos países. Patricia Bullrich, ministra de Seguridad durante el Gobierno de Macri, rechazó las acusaciones del actual Ejecutivo boliviano y aseguró que el apoyo de su país a Bolivia consistió en el envío de efectivos de la Gendarmería Nacional para proteger la embajada argentina en La Paz.

Jeanine Áñez asumió la presidencia transitoria de Bolivia en noviembre del 2019. Hoy está en prisión (Foto: AFP)
Jeanine Áñez asumió la presidencia transitoria de Bolivia en noviembre del 2019. Hoy está en prisión (Foto: AFP)
/ LUIS GANDARILLAS

El propio Macri calificó de “disparate” las sindicaciones y denunció una “persecución” en contra de su familia y sus colaboradores por parte del actual Ejecutivo argentino.

El lunes último, el Gobierno de Alberto Fernández denunció judicialmente a Mauricio Macri por el envío de material bélico a Bolivia. El expresidente boliviano Evo Morales pidió a su país que haga lo mismo y procese y juzgue al exmandatario argentino.

“Una construcción política”

El periodista y presentador boliviano Juan Carlos Arana señala que esta denuncia coincide con los esfuerzos del gobierno de Luis Arce por respaldar la retórica de que en Bolivia ocurrió un golpe “para inviabilizar cualquier deseo de censurar a Evo Morales como candidato a futuro pese a las denuncias de fraude”.

Arana, quien destaca que no hay documentos que respalden la denuncia y que esta presenta serias inconsistencias que deberían ser investigadas, considera curioso que el canciller boliviano hiciera el anuncio en una conferencia a las cuatro de la tarde y que apenas tres horas después ya se tuviera la carta de disculpa del presidente argentino.

Como se recuerda, Jeanine Áñez había asumido el poder luego de que Morales se viera obligado a renunciar a la presidencia por presión de las Fuerzas Armadas, tras ser acusado de fraude electoral. Morales consideró que sufrió un golpe de Estado.

En la imagen, el expresidente de Bolivia Evo Morales. (Foto: EFE/Martín Alipaz/Archivo)
En la imagen, el expresidente de Bolivia Evo Morales. (Foto: EFE/Martín Alipaz/Archivo)
/ EFEI0499

Considero que esta es una construcción política, mediática y retórica. El objetivo es 100% político. Evo Morales fue recibido en Argentina con un millonario presupuesto supuestamente porque aquí hubo un golpe de Estado y su vida corría peligro. Todo esto busca avalar la posibilidad de que Evo Morales sea candidato en la siguiente elección. Si se mantiene la idea del fraude obviamente no podría ser candidato y Evo quiere volver al palacio de gobierno bajo cualquier circunstancia”, dice Arana.

Bolivia está partida en dos entre gente que apoya la posición del gobierno de Luis Arce, de que hubo golpe y no fraude, y gente contraria a la posición del gobierno”, explica.

En todo caso, señala que la situación no afecta la relación entre Argentina y Bolivia. “Por el contrario, en este momento hay una mutua colaboración por la línea política común”, apunta.

Lo de Evo es un guiño político al presidente Fernández, quien lo tuvo viviendo como un jeque árabe en Buenos Aires porque ese es el favor de gratitud que le puede hacer Morales a Cristina Fernández y al actual presidente, rivales políticos de Macri”, agrega.

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