Colombia: Las últimas palabras de el 'Indio', el narco del Clan del Golfo abatido por un francotirador. ("El Tiempo" de Colombia, GDA).
Colombia: Las últimas palabras de el 'Indio', el narco del Clan del Golfo abatido por un francotirador. ("El Tiempo" de Colombia, GDA).
Redacción EC

Inteligencia de la policía de entregó las coordenadas del escondite de Manuel Meza, alias el 'Indio', tercero al mando del Clan del Golfo, y un francotirador del Ejército le disparó. Lo hallaron en un rancho –con licor y comida importada–, desde donde articulaba narcorrutas. Se así cierra el cerco sobre los otros capos 'Otoniel' y 'Nicolás'.

"Las cosas están duras por acá. Esos manes, esos operativos (...) han aparecido por todo lado pero les hemos dado candela y tenemos asustados a esos h. p.".

Este es uno de los últimos mensajes que envió a sus superiores Aristides Manuel Meza Páez, alias el 'Indio', tercero al mando de la organización criminal colombiana Clan del Golfo, que este miércoles fue abatido por la Fuerza Pública, que ya había hecho seis intentos por capturarlo.

Pero esta vez, un disparo certero de un tirador de alta precisión de las Fuerzas Especiales del Ejército de Colombia terminó con 30 años de vida delictiva de este sujeto, ex paramilitar de los bloques Centauro y Bananero y quien lideraba el llamado 'plan pistola' contra la policía.

Desde el martes, oficiales de inteligencia de la policía localizaron el rancho en el que se escondía y desde donde seguía articulando los envíos de cocaína hacia Europa y Estados Unidos. De hecho, él era quien le irrigaba recursos al máximo jefe de esa organización, Dairo Antonio Úsuga, alias 'Otoniel', y al segundo al mando, Carlos Moreno, alias 'Nicolás'.

"Ya estoy templando a todo el mundo. Las platicas están muy duras para manejarlas mal", les escribió hace un par de meses en hojas sueltas que enviaba con emisarios. Y notificó que solo pudo pagar nómina hasta finales del 2017.

En efecto, los golpes de la policía y del ejército dentro de la operación conjunta Agamenón II lo habían obligado a replegarse en la zona rural de Córdoba, mientras 'Otoniel' enviaba mensajes al Gobierno sobre su interés de someterse a la justicia.

En zona rural del corregimiento de Tierradentro, en Montelíbano, el 'Indio' ordenó levantar varios ranchos rústicos que equipaba con aire acondicionado, plantas eléctricas, colchones ortopédicos, licor y comida importada, incluido caviar y variedad de quesos. También cargaba conjuros y paquetes con brujería.

"Obligaba a los campesinos a adecuarles los escondites y pagaba 10 y 15 millones de pesos por menores de edad vírgenes. Él era el que presionaba a 'Otoniel' a tomar decisiones sobre otros cabecillas y a reclamar dineros de la organización criminal", se lee en un informe de inteligencia al que este diario tuvo acceso.

Operación Moriah

Oficiales infiltrados de la policía lograron fotografiar uno de los cambuches del hombre, de 49 años. Y tras varias interceptaciones de comunicaciones y un par de verificaciones de campo, obtuvieron las coordenadas exactas del lugar en donde este planeaba pasar Semana Santa.

"De inmediato dimos aviso a las fuerzas especiales del ejército para que planearan y ejecutaran el operativo de asalto; le cayeron a las 9 de la mañana del miércoles", le dijo a "El Tiempo" uno de los oficiales que participó en la localización del delincuente.

En efecto, desde la base de Agamenón II, en Necoclí, se planeó el golpe de mano.

"En este participaron seis grupos de las Fuerzas Especiales del ejército que desde hacía 12 días se infiltraron en inmediaciones de una construcción rústica en Tierradentro, allí permanecieron a la espera del 'Indio'", dijo el general Jorge Mora, cabeza de la Fuerza de Despliegue contra Amenazas Transnacionales del ejército.

La estrategia se centró en neutralizar al 'Indio' y, de inmediato, los 20 hombres que lo cuidaban quedaron aturdidos y desorientados.

"Hubo un combate de hora y media. Lugartenientes del 'Indio' querían llevarse el cuerpo. Seis helicópteros de la fuerza aérea y la policía cubrían las tropas en tierra. La operación fue perfecta", dijo el general Jorge Mora.

Por los mensajes que la policía incautó y otros que encontró en el rancho, el 'Indio' mantenía comunicación directa con 'Otoniel'.

"Coordinen trabajo con Perea para que no nos den más golpes. Biejo (sic), cuídese mucho, mire que eso es golpe tras golpe", le estaba escribiendo a 'Otoniel' como si presintiera que su fin estaba cerca.

De nada le valió tener a su servicio 350 hombres en armas y haber sido designado como líder de la armada del Clan del Golfo y así enfrentar la embestida de la Fuerza Pública.

Pero, sin duda, su fuerte era el narcotráfico y por eso pesaba en su contra un pedido de extradición de Estados Unidos a donde va a parar cerca de un 40% de la coca que mueve el mermado Clan del Golfo, que ya ha perdido a varios de sus cabecillas a manos de hombres de Agamenón.

Con varios lugartenientes, dirigía el envío de cargamentos desde la isla de San Andrés, Córdoba, Sucre, Bolívar, el Urabá y bajo Cauca antioqueños. También le rendían cuentas cabecillas que copan las posiciones mafiosas que las FARC dejaron libres en Nariño y Cauca.

"Con la caída del 'Indio' continúa el derrumbe de esta organización criminal", sostuvo el director general de la Policía, general Jorge Hernando Nieto Rojas.

'Otoniel' y 'Nicolás', los que siguen

En menos de seis meses, 'Otoniel', máximo jefe del Clan del Golfo, se quedó sin tres de sus cinco hombres de máxima confianza. El capo, cuyo verdadero nombre es Dayro Antonio Úsuga, representa la tercera generación de jefes de esa banda, que sigue siendo la más peligrosa del país. Tiene cerca de 1.500 delincuentes que tienen presencia en los principales enclaves cocaleros y zonas de embarque de droga.

La banda fue uno de los reductos criminales que quedaron tras la desmovilización paramilitar de hace doce años. Sus cerebros fueron Vicente Castaño (desaparecido tras una vendetta paramilitar en el 2007) y 'Don Mario', capturado en el 2009 y próximo a ser extraditado a los Estados Unidos. Con los fundadores fuera de juego, asumió la cabeza Juan de Dios Úsuga, alias 'Giovanni', hermano de 'Otoniel', abatido en una certera operación policial en el 2012.

Desde entonces, 'Giovanni' está al mando. Tras la muerte de su jefe militar, el temido 'Gavilán', en setiembre del año pasado, el máximo capo entró en comunicación con el Gobierno y anunció su intención de someterse a la justicia, paso que se supone está amarrado a la aprobación de una ley de sometimiento.

En noviembre, el turno en caer fue para alias Inglaterra, el hombre que 'Otoniel' había enviado a la región del Catatumbo para asegurar presencia en el segundo enclave cocalero más activo en Colombia. 'Inglaterra' murió a manos de comandos especiales de la policía que lo esperaron por semanas en una de las fincas de seguridad que mantenía en la región fronteriza.

Por 'Otoniel' se pagan dos recompensas: una de 3.000 millones de pesos y otra de 5 millones de dólares, esta última de la DEA. Por 'Nicolás', su segundo, y como él, también desmovilizado de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), hay 500 millones de pesos de recompensa. Detrás de ellos siguen al menos 2.000 hombres de la Fuerza Pública congregados en la operación Agamenón II.

Fuente: "El Tiempo" de Colombia, GDA

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