La mamá y su hijo, de espaldas, el sábado, en el puente fronterizo Simón Bolívar. (Foto: Carlos Ortega / El Tiempo de Colombia - GDA)
La mamá y su hijo, de espaldas, el sábado, en el puente fronterizo Simón Bolívar. (Foto: Carlos Ortega / El Tiempo de Colombia - GDA)
Redacción EC

Cada vez que hay una protesta en contra del régimen de en San Cristóbal, la pensionada Sara Perdomo*, acompaña a su hijo Federico*, de 17 años, sale a las manifestaciones.

Lo hizo en 2017 y en 2018, dos años en los que cientos de jóvenes fueron detenidos por protestar por la crisis económica y social que vive y también el sábado, un día que pasará a la historia como el que Maduro impidió el paso de ayuda humanitaria a su país y reprimió a cientos de personas para hacerlo.

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“Él quiere estar ahí, y es un deseo de los dos estar en las protestas para manifestar nuestro sentimiento de que no estamos con este gobierno. Si hay que hacerlo mil veces, mil veces saldremos a marchar”, dijo a EL TIEMPO Perdomo. “Ellos luchan porque quieren algo mejor, una Venezuela mejor. Y no solo están pensando en ellos, están pensando en todos los venezolanos” y recordó que, debido a la escasez de alimentos, ha perdido 10 kilos de peso.

Los dos llegaron el sábado al puente internacional Simón Bolívar, después de haber asistido el viernes al concierto ‘Venezuela Aid Live’, que reunió a más de 300.000 personas en el puente internacional de Tienditas. Pero ambos tenían claro que “la idea no era solo esa, sino estar apoyando la ayuda humanitaria”, la misma que el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, pidió que se protegiera.

Mientras Sara permanecía sentada debajo de las ramas de un árbol con dos de sus amigas, asistiendo a los jóvenes que resultaron heridos por los impactos de perdigones lanzados por los miembros de la Guardia Nacional y trataban de recuperarse de los lacrimógenos, Federico estaba en la mitad del puente devolviéndoles a los guardias las balas de los gases que no dejaron de caer desde que los voluntarios intentaron cruzar la frontera.

La mujer no niega que le da miedo que su único hijo sufra las consecuencias de la represión, pero también aseguró que respeta sus convicciones. “A ratos hay que decirle: ‘Quiero que se presente para saber que está bien’ ”, afirmó la mujer al recordar que a ratos tuvo que correr para huir de los lacrimógenos.

Él cargaba una bandera de Venezuela amarrada a su cintura y un guante negro para no quemarse al lanzar los cartuchos de este gas al lado venezolano del puente. Y con la elocuencia de alguien que ha visto cómo otros de su edad se han arriesgado por defender su país, reconoce que también le preocupa lo que pueda pasar con su madre.

“Yo sé que voy al frente y me da miedo que le pueda pasar algo. Como yo le he dicho, mientras yo esté al frente, yo voy a buscar mi manera de sobrevivir, pero si ella se va detrás de mí, tengo que buscar la manera de que los dos sobrevivamos y, lamentablemente, en ese intento uno de los dos puede resultar herido”, dice Federico.

“Prefiero recibir yo ese daño a que lo reciba ella. Prefiero mil veces recibir un balazo a que lo reciba ella. Normalmente una madre es la que dice esto, pero yo prefiero dar mi vida luchando por mi país, y que mi mamá esté bien, que quedarme sin hacer nada”, explica.

A pesar de que ninguno de los cuatro camiones que llegaron al puente Simón Bolívar lograron pasar la frontera, ninguno de los dos dice sentirse decepcionado. Al contrario, afirmaron que no se puede perder la esperanza y vieron como una ganancia que decenas de miembros de las Fuerzas Armadas hayan dejado de ser leales a Maduro.

“Independientemente de si ellos deciden apuntar las armas contra el gobierno o las entregan y salen corriendo de este lado, están apoyándonos. Nos demuestran que el trabajo que hacemos es bueno y efectivo. ¡Lo hemos logrado tanto solo con piedras, máscaras, vinagre y bicarbonato! Que un país lanzando piedras los doblegue es totalmente increíble porque en muy pocos países se ha visto eso”, afirma Federico, quien considera que lo que más lo une con su madre y los otros que se enfrentan a Maduro es el “ser venezolano y el pensamiento de libertad”.

*Nombre cambiado para proteger identidades.

Fuente: El Tiempo de Colombia / GDA

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