¿Por qué el triunfo de Boric y Sichel representa un “profundo cambio político” en Chile y qué viene ahora?

Contra todo pronóstico y desafiando a encuestas, Boric, de 35 años, se impuso al representante del Partido Comunista Daniel Jadue, alcalde de un municipio de Santiago con opiniones de línea dura que era considerado favorito.

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Por su parte, Sichel, de 43 años y exministro del gobierno de Sebastián Piñera y expresidente del Banco del Estado, superó al histórico líder ultraconservador Joaquín Lavín, que ya había buscado dos veces la presidencia en el pasado.

Ambos postularán por la presidencia del país el 21 de noviembre en un momento histórico para Chile, que se encuentra reescribiendo una Constitución que deje atrás a la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet.

“La derrota de los candidatos tradicionales demuestra que los chilenos están enviando un mensaje de que quieren caras nuevas, pero también que sean personas que construyan diálogos y acuerdos y no personas que sean muy radicales”, dice a El Comercio el politólogo chileno Patricio Navia, que destaca que tanto Boric como Sichel son vistos como candidatos que hablan más del futuro que del pasado.

Por su parte, Claudio Nash, catedrático de la Universidad de Chile, considera que la principal conclusión que se puede sacar del proceso de primarias es la “profundidad del cambio político en el país”.

“Luego del estallido social de octubre del 2019, Chile vive un proceso de profunda transformación a través de la Convención Constituyente y de las primarias, que dan cuenta de que ese cambio también se da a nivel de los liderazgos y de las propuestas de transformación que son mayoritarias en este momento en el país”, señala a este Diario.

“Las candidaturas de Sichel y Boric representan un giro político que abandona los liderazgos tradicionales de los partidos que históricamente estuvieron gobernando Chile desde la dictadura en adelante”, agrega.

Largo camino hacia noviembre

Pero Sichel y Boric no estarán solos en la carrera presidencial. La fecha límite para inscribir a los candidatos presidenciales es el 23 de agosto y se espera que otros tres o cuatro postulantes acompañen a los vencedores de las primarias del domingo.

“Eso va a definir el campo de juego para la elección presidencial porque tenemos que ver cuántos candidatos de izquierda, derecha y centro finalmente se inscriben. Eso va a definir la tónica que va a tener la campaña”, apunta Navia.

El politólogo destaca también que Sichel y Boric ganaron en elecciones primarias donde competían con rivales específicos de su misma tendencia. “Ellos ganaron porque sus rivales eran menos atractivos. Vamos a tener que ver ahora si las candidaturas de Sichel y Boric son atractivas para un electorado más amplio, que llegue más allá del voto duro de la izquierda y la derecha”, agrega.

Nash afirma que ambos representan propuestas más bien de centro, de la centroderecha en el caso de Sichel y de la centroizquierda en el caso de Boric, lo que deja espacio para propuestas más radicales.

“Ahora viene una discusión muy intensa porque la elección de dos candidatos de centro abre opciones para una derecha y una izquierda más duras. En ese sentido, todavía queda mucho camino por recorrer en términos de campaña y no parece nada resuelto luego de las recientes elecciones primarias”, apunta.

La Constituyente y otros retos

Además, Navia apunta que Sichel y Boric tienen un desafío similar que no deben perder de vista: buscar los votos más moderados, sin perder los votos de su sector.

“El desafío para Sichel es ir por esos votantes moderados, evitando perder votos de la derecha más dura porque hay un candidato de la derecha dura que no participó en las primarias. Y el reto de Boric es buscar a los más moderados sin perder a los votantes que son más antisistema. En la campaña, los simpatizantes de Jadue acusaban a Boric de ser de derecha. Hay extremistas de izquierda que pueden desencantarse de Boric si es que él avanza demasiado rápido en busca de los votantes más moderados”, considera.

De llegar al poder tanto Sichel como Boric, y en realidad cualquier candidato que resulte ganador, deberá lidiar con la Convención Constituyente en curso que tiene como rol escribir la nueva Carta Magna del vecino del sur.

Sobre ese aspecto Navia apunta que, de ganar, Sichel y Boric tendrían que comportarse de forma similar con la Convención Constituyente y hacer algunas de las cosas que quiera este órgano.

“La convención va a terminar su trabajo en julio o agosto del 2022 y el próximo presidente asume en marzo de ese año, entonces si el siguiente mandatario se pelea con la convención esta le puede quitar atribuciones a la oficina presidencial. Independientemente de quien gane, el próximo gobernante de Chile va a tener que ser muy cuidadoso en tratar de buscar una buena relación con la Convención Constituyente para no perder poderes y atribuciones”, afirma.

En tanto, Nash resalta que la Convención Constituyente en Chile es hoy políticamente el órgano más representativo de la voluntad popular y en ese sentido cualquiera que sea el gobierno que venga deberá dar todas las facilidades para que ese proceso llegue a buen puerto.

“Además, habrá un incentivo evidente, quien lleve adelante este proceso desde el gobierno será el presidente o presidenta que firme la futura Constitución, por lo tanto, es un proceso que a todos les interesará que concluya de buena manera”, agrega.

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