La tercera semana de septiembre comenzó en Caracas con largas colas de vehículos ante las estaciones de servicio. (Foto: Reuters)
La tercera semana de septiembre comenzó en Caracas con largas colas de vehículos ante las estaciones de servicio. (Foto: Reuters)
Juan Francisco Alonso

Las imágenes de de personas haciendo filas ante los supermercados y farmacias, para adquirir alimentos y medicamentos, han recorrido el mundo en los últimos meses y dejado en claro la gravedad de la escasez que padece el país llanero. Sin embargo, en días pasados a la azúcar, la harina de maíz o de trigo, al aceite vegetal, al champú y a los hipertensitivos y antibióticos se ha sumado a la lista de productos escasos uno difícil de imaginar para la considerada como la primera reserva petrolera del mundo: La gasolina.


La tercera semana de septiembre comenzó en Caracas con largas colas de vehículos ante las estaciones de servicio, donde los conductores debieron esperar hasta dos horas para llenar los tanques de sus vehículos y quienes pudieron hacerlo debieron conformarse con la de 91 octanos, porque la verde –de 95 octanos- se había agotado. En el interior la situación ya se venía produciendo desde hacía semanas.

Iván Freites, del Sindicato de Trabajadores Petroleros y Gasíferos, calculó que la escasez de combustibles alcanza el 80% y ello ha provocado que en algunos estados se estén revendiendo los carburantes con precios 1500% superiores.

Las autoridades han achacado la situación a los huracanes que han azotado el Caribe en las últimas semanas, los cuales obligaron a paralizar varias refinerías en Estados Unidos y en otros países de la región; y a las sanciones que a finales de agosto Washington impuso al Gobierno y la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), la cual provee el 95% de las divisas que recibe el país.

“Por estas sanciones los pagos se hacen efectivos tres o cuatro días después de la orden”, denunció el ministro de Petróleo, Eulogio Del Pino, a principios de la semana pasada. Por su parte, el vicepresidente Tareck El Aissami denunció el viernes que las medidas de la administración de Donald Trump están obstaculizando las ventas de petróleo venezolano a EEUU.

“Ningún banco norteamericano le entregó carta de crédito (a la refinería BFP de Luisiana), que son los mecanismos de comercialización. Uno lleva el barco, entrega una carta de crédito y luego la República cobra a través de un banco lo correspondiente por la venta (…) tuvieron que hacer maniobras para pagarnos directamente y saldar deudas acumuladas”, relató.

Por falta de producción

¿Pero por qué la paralización de refinerías en el exterior, debido a fenómenos naturales o los obstáculos para realizar ventas internacionales de crudo afectan al mercado interno? “Porque desde 2016 el Gobierno está importando de EEUU y Brasil una parte de la gasolina que se utiliza en el mercado nacional, porque las seis refinerías que tenemos están trabajando al 50% de su capacidad instalada y eso arroja un déficit de consumo interno”, explicó el experto petrolero Rafael Quiroz, quien agregó que también parte de los componentes para producir combustibles están siendo importados, porque la producción nacional no es suficiente, debido a que las instalaciones petroleras no han recibido el mantenimiento apropiado.

Venezuela tiene capacidad para refinar 1,3 millones de barriles diarios, pero apenas se están procesando 450 mil, aseveró el ex director de Pdvsa, José Toro Hardy, quien recordó que solo el consumo interno del país ronda los 600 mil barriles por día.

La baja producción -que es de 2 millones de barriles diarios - y las limitaciones en la refinación han forzado a las autoridades a importar combustibles o aditivos para producirlos. En el primer trimestre del año las importaciones petroleras fueron 2 millardos de dólares y representaron 65 % de las compras externas del sector público, según cálculos de Ecoanalítica.

En ese período, Pdvsa adquirió en componentes: 3 mil barriles diarios de LPG, 39 mil de productos no terminados —fundamentalmente gasolina sin terminar—; 14 mil de gasolina terminada para motor, 6 mil barriles diarios de mezcla de componentes para gasolina; 6 mil de MTB —producto que anteriormente exportaba la petrolera estatal—; 9 mil barriles diarios de Fuel Oil y 8 mil de lubricantes.

Sin embargo, los problemas de flujo de caja de la estatal petrolera y las sanciones en su contra le dificultan realizar algunas de estas operaciones a tiempo y evitar la escasez, la cual los expertos consultados aseguran se agravará llegando incluso a afectar al sector eléctrico, porque tampoco está garantizado el diesel para mantener las termoeléctricas funcionando, las cuales aportan el 30% de la generación.

Esta crisis del combustible se registra cuando el Gobierno y Pdvsa tienen que afrontar fuertes pagos de deuda pública. Solo en octubre deberán cancelar 1,6 millardos de dólares.

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