Juan Pablo González, presunto abusador de la menor Hilary Castro, fue golpeado más de 50 veces ante la mirada de tres oficiales custodios que, como lo revelan los videos, nunca hicieron nada por detener el macabro hecho.
Juan Pablo González, presunto abusador de la menor Hilary Castro, fue golpeado más de 50 veces ante la mirada de tres oficiales custodios que, como lo revelan los videos, nunca hicieron nada por detener el macabro hecho.
Grupo GDA

Cerca de 27 minutos duró la tortura a la que fue sometido Juan Pablo González, presunto abusador de la menor en la estación de de La Castellana, dentro de la URI de Puente Aranda. Los videos revelados durante las últimas semanas muestran que el hombre fue golpeado por cerca de 10 individuos privados de la libertad y por uno de los custodios que ese día estaba de turno en las celdas del centro de detención.

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Como lo dio a conocer El Tiempo, González fue golpeado más de 50 veces, le fracturaron casi por completo el tórax, tenía hematomas en sus piernas, brazos, rostro y genitales. Y todo esto ocurrió ante la mirada de tres oficiales custodios que, como lo revelan los videos, nunca hicieron nada por detener el macabro hecho. Un investigador del caso le contó a este diario que se presume que uno de los custodios pudo haber dado la orden de golpear a González hasta causarle la muerte.

Pero más allá del fatídico caso de linchamiento y homicidio, las preguntas que quedan son: ¿cómo funciona la jerarquía de poder dentro de estos centros de detención? ¿Quién manda y cuál es el papel de los custodios?

Los ‘Plumas’

Un informe de más de 50 páginas, más de 80 entrevistas a privados de la libertad y el análisis de varias horas de video llevaron a los investigadores del CTI de Bogotá a determinar los rostros de los 10 presuntos implicados en la muerte de González. Entre ellos, dos líderes de las celdas 4 y 5 del segundo piso de la URI, conocidos como ‘Plumas’, que eran los que tenían contacto directo con el patrullero Marín, principal implicado en los hechos.

¿Pero cómo funcionan los ‘Plumas’? De acuerdo con la narración de uno de los investigadores del caso, estos sujetos (que pueden llevar internos en la URI hasta un año) son los jefes del lugar, los que toman las decisiones y son el puente directo entre los uniformados y los reclusos de menor nivel.

“Allá ningún privado de la libertad puede hablar con los custodios directamente, solo los ‘Plumas’, y ellos mismos son los que deciden qué debe hacer cada uno de los detenidos. Eso es un mundo aparte (…). Se ajustician y se golpean entre ellos y nadie puede intervenir, no se les puede prestar asistencia médica si los ‘Plumas’ no autorizan”, dice el investigador del CTI.

Según las pesquisas del ente investigador, los líderes de las celdas asignan tareas específicas a los recién llegados. “Ellos son los que deben hacer las tareas del hogar, por así decirlo, son los encargados del aseo, de lavar la ropa, los baños y los someten a malos tratos. Pero el tema con los que llegan acusados de delitos sexuales es peor, porque ellos siempre son golpeados y maltratados (…) están más abajo en la cadena de poder”.

Contó el investigador que una de las personas que ha servido como testigo en el caso de Juan Pablo González también fue víctima de los ‘Plumas’ cuando llegó a la URI de Puente Aranda.

“A este hombre también lo golpearon. Duró cinco días siendo torturado sin que nadie se diera cuenta”. Según el investigador, es tan fuerte la influencia de los ‘Plumas’ que ellos deciden quiénes pueden ver a sus familiares, y cuando se trata de ajusticiar a alguien, les prohíben a los custodios intervenir.

“Al testigo que también fue golpeado no lo dejaban ver de los custodios. Cuando pasaban a hacer el conteo de personal los obligaban solo a levantar la mano e identificarse, pero los ‘Plumas’ le prohibían levantarse del piso donde dormía. (...) Entonces los patrulleros nunca se daban cuenta del estado de salud del hombre, pero claro que sabían lo que había pasado y por qué la víctima solo levantaba la mano y no más”, contó.

El testimonio

González ya había sido reportado por supuestamente mostrar sus genitales en el parque de Belmira.
González ya había sido reportado por supuestamente mostrar sus genitales en el parque de Belmira.

Pero hubo un testimonio clave para determinar lo que pasó la tarde del 6 de noviembre en el baño del segundo piso de la URI. Un testigo presencial de los hechos contó que Juan Pablo González fue golpeado desde que llegó a la celda y cuando lo encerraron en el baño, donde murió, los guardias vieron todo y no hicieron nada.

“Lo golpeaban muy duro, en la cara, en el estómago y en la espalda. Le decían improperios de toda clase. Él no se podía defender porque eran muchos (…). Los policías estaban afuera viendo todo porque la puerta del baño es solo una cortina”, contó el investigador sobre la entrevista con el testigo.

Además, añadió que en el informe del Instituto de Medicina Legal se da cuenta de que González fue golpeado en repetidas ocasiones con un objeto cilíndrico como una varilla o un palo; no obstante, ni en la declaración de los testigos ni en la escena del crimen se ha podido hallar dicho elemento.

Pero González no murió en la celda 4, como se dijo en un primer momento, cuando los dos detenidos, encomendados por los ‘Plumas’, lo cargaban en los hombros el hombre ya iba muerto. “Lo pasaron por el frente de los policías e igual nadie hizo nada”, contó.

Pero hay un dato aún más aterrador. González duró cerca de una hora y media tirado en el piso de la celda donde fue dejado por los otros presos; allí, no recibió atención médica oficial de nadie y fue otro privado de la libertad, con conocimientos en enfermería, quien alertó que había fallecido. Aun después de eso, los custodios tampoco dieron aviso inmediato de la situación, le contó el investigador a El Tiempo.

Por: “El Tiempo”, de Colombia / GDA

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