El domingo 14 de marzo, cuando el reloj digital de una de las cámaras de seguridad marcaba las 14:15:37, el sicario Jeison Andrés Beltrán Troncoso decidió actuar. (Foto: El Tiempo de Colombia, vía GDA).
El domingo 14 de marzo, cuando el reloj digital de una de las cámaras de seguridad marcaba las 14:15:37, el sicario Jeison Andrés Beltrán Troncoso decidió actuar. (Foto: El Tiempo de Colombia, vía GDA).

Jeison Andrés Beltrán Troncoso no había notado que venía siendo vigilado desde comienzos de marzo pasado por un joven de 19 años que se había convertido en su sombra.

Sabía la hora en la que Beltrán levantaba la reja de Diamond, un conocido local de perfumes importados, ubicado en el centro comercial Puerto Príncipe, en Sanandresito, centro de .

Y al pistolero también le habían advertido que Beltrán era la mano derecha del dueño del local, miembro de una familia que maneja otros negocios en la zona y que importa fragancias Dior, Jean-Paul Gaultier, Armani, D & G, Boss y Bvulgari.

El gatillero, alias 'Búcaro', fue asesinado el primero de abril. La Policía y la Fiscalía 326, de la Unidad de Vida, lo identificaron por sus tatuajes. (Foto: Policía Nacional de Colombia).
El gatillero, alias 'Búcaro', fue asesinado el primero de abril. La Policía y la Fiscalía 326, de la Unidad de Vida, lo identificaron por sus tatuajes. (Foto: Policía Nacional de Colombia).

Por eso, en varias oportunidades pasó enfrente al local, el número 28, para no confundir al propietario (cuyo nombre EL TIEMPO mantiene en reserva) con el administrador.

El domingo 14 de marzo, cuando el reloj digital de una de las cámaras de seguridad marcaba las 14:15:37, el sicario decidió actuar.

Este es el local 28, den Centro Comercial Puerto Príncipe, donde atacaron al comerciante. El dueño del local ya amplió la denuncia. (Foto: Archivo Particular).
Este es el local 28, den Centro Comercial Puerto Príncipe, donde atacaron al comerciante. El dueño del local ya amplió la denuncia. (Foto: Archivo Particular).

Minutos antes, otro de los miembros de la banda le había entregado una pistola 9 milímetros, con silenciador, que ocultó en la sudadera, y se cambió de chaqueta (con capucha), para que los vendedores del mostrador no notaran que era el mismo que había pasado varias veces por el corredor.

En menos de 10 segundos le disparó en dos ocasiones a Beltrán e hirió a uno de los vendedores. Luego corrió hasta una de las calles laterales del centro comercial, en donde lo esperaban dos cómplices, en un taxi marca Kia Picanto.

El gatillero, de 19 años, usó una pistola 9 milímetros con silenciador. Mató al comerciante e hirió a un vendedor. (Foto: Policía Nacional de Colombia).
El gatillero, de 19 años, usó una pistola 9 milímetros con silenciador. Mató al comerciante e hirió a un vendedor. (Foto: Policía Nacional de Colombia).

El centro comercial quedó convulsionado y Bogotá aterrada, porque era el tercer acto sicarial en serie en la capital del país. El 10 de marzo, el patrullero Edwin Caro fue asesinado en la calle 79 con carrera séptima; dos días después, un esmeraldero y su escolta fueron ultimados en un parqueadero cerca de la sede principal de la Procuraduría; y luego el caso del comerciante de perfumes.

De inmediato, dos grupos especiales de investigación de la Seccional de Policía Judicial (Sijín) y la Seccional de Inteligencia (Sipol) de la Metropolitana de Bogotá asumieron el caso, que además golpeó a los comerciantes de la zona que intentan recuperarse de los coletazos económicos de la pandemia.

El sicario cambió su chaqueta, para evitar que descubrieran las actividades de seguimiento a su víctima. Pero conservó la sudadera y tenis. (Foto: Policía Nacional de Colombia).
El sicario cambió su chaqueta, para evitar que descubrieran las actividades de seguimiento a su víctima. Pero conservó la sudadera y tenis. (Foto: Policía Nacional de Colombia).

El GSP y la flor

El primer paso fue recoger y revisar más de 200 horas de imágenes de video de cámaras públicas y privadas alrededor del centro comercial, que empezaron a arrojar datos clave.

Alias Chocorramo, uno de señalados coautores del crimen, ya fue capturado. 
(Foto: Policía Nacional de Colombia).
Alias Chocorramo, uno de señalados coautores del crimen, ya fue capturado. (Foto: Policía Nacional de Colombia).

Uno de ellos fue la placa de taxi –WPP171– con un geolocalizador (GPS), que permitió trazar la ruta de huida de los sicarios, que terminó en Villas de Madrigal, un barrio de invasión, en Ciudad Bolívar.

Además, obtuvieron imágenes del gatillero, que tenía una seña particular: tatuajes que salían de su antebrazo y se asomaba en su pómulo derecho, en forma de flor y una nota musical, que tapaban otro anterior.

Con esas dos pistas, los oficiales de inteligencia lo localizaron en la invasión, junto con sus cómplices, los grabaron y lograron individualizarlos.

Con esas dos pistas, los oficiales de inteligencia lo localizaron en la invasión, junto con sus cómplices, los grabaron y lograron individualizarlos.

Mataron al gatrillero

El presunto gatillero fue identificado como Manuel Estibinson González, alias Búcaro. Bases de datos arrojaron que tenía 19 años y que hacía parte de una banda que además de este homicidio hurta a personas y tráfico con droga.

“Presentaba anotaciones judiciales por esos delitos y por porte de armas”, le dijo un investigador a EL TIEMPO.

El primero de abril, cuando se fue a hacer efectiva la orden de captura, el ‘Búcaro’ llegó primero al Instituto de Medicina Legal, pero muerto.

Según el comandante de la región Sabana Centro de la Policía, general Óscar Gómez, el presunto sicario fue acribillado en Ciudad Kennedy por dos personas. Aunque pudo ser un ajuste de cuentas por droga, no se descarta que lo mataran para que no delatara a los autores intelectuales del crimen en la perfumería.

Ahora se indaga si, además de un homicidio con arma blanca, en el canal de Agua residuales de Cundinamarca, en 2020, el ‘Búcaro’ y su banda participaron en otros asesinatos.

El taxista que esperaba a los sicarios tras el crimen, también fue detenido. (Foto: Policía Nacional de Colombia).
El taxista que esperaba a los sicarios tras el crimen, también fue detenido. (Foto: Policía Nacional de Colombia).

Las pesquisas de la Policía y de la Fiscalía también permitieron establecer que los presuntos cómplices del sicario son Andrés Felipe Galvis López, alias ‘Cali’, de 19 años; y Álvaro José Polanía Ardila, alias Chocorramo, de 23, que también tenían tatuajes distintivos que quedaron en las cámaras.

La agente y las otras capturas

Óscar Enrique Navarrete Mondragón, el taxista que movilizó a la banda, es otro de los capturados. Pero alias Chocorramo alcanzó a huir a Honda, Tolima. Sin embargo, una agente encubierta logró contactarlo y empezó a intercambiar mensajes sentimentales que permitieron su ubicación.

Los capturados son señalados ahora de concierto para delinquir y homicidio agravado.

Y EL TIEMPO estableció que son inminentes otras capturas de los presuntos autores intelectuales, que al parecer quedaron inquietos por varios cabos sueltos que pueden arrojar sorpresas dentro de este caso.

Se indaga si una allegada a una de las víctimas de la balacera en la perfumería o el poderoso dueño de un negocio de ‘gota a gota’ están detrás.

Por ahora, el propietario de la perfumería, que se salvó de la balacera en su local, amplió la denuncia por la muerte de su hombre de confianza, la número 148 de homicidios con arma de fuego que se registra este año en Bogotá.

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