Milagros Asto Sánchez

En los alrededores de la mina en Sabinas, en el estado mexicano de Coahuila, el clima de pesimismo y resignación es cada vez mayor. Una semana después de que 10 mineros quedaran atrapados tras un derrumbe, los esfuerzos aún no dan resultados. Mientras tanto, las familias de los afectados reclaman entre llantos más celeridad en el rescate y las voces que denuncian las pésimas condiciones de una actividad peligrosa no dejan de aumentar.

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