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Papa Francisco en Chile
Redacción EC

Miles de feligreses de y de países vecinos se prepararon desde temprano en el Parque O'Higgins para escuchar el primer mensaje masivo que entregó el en la capital, una vez concluidos los actos en el palacio presidencial.

Los devotos acamparon con sacos de dormir, frazadas y termos en el Parque O'Higgins, uno de los mayores pulmones de Santiago, para escuchar la primera misa masiva del Papa, a la que se calculan alrededor de 500.000 personas.

"Partimos súper temprano, viajamos desde San Francisco de Mostazal (al sur de Santiago), llegamos a las cuatro (de la madrugada) a la entrada del Parque. Llegamos hasta aquí y no nos hemos movido más", dijo Angelina Soto, 67 años, dueña de casa, quien vino con su hija y hermana.

Esta es la segunda visita de un Papa al país mayormente conservador. Juan Pablo II estuvo en 1987, en las postrimerías de la dictadura de Augusto Pinochet, una época marcada por violaciones a los derechos humanos y la pobreza.

Pero ahora el papa Francisco visita una nación que busca lograr el matrimonio igualitario, igualdad para las mujeres, respeto a la identidad de género y a la inmigración, a través de iniciativas impulsadas por la presidenta socialista Michelle Bachelet.

Y también donde los católicos se redujeron casi en un tercio en las últimas dos décadas, según un sondeo de Latinobarómetro.

A la misma hora en la que el Papa participara en los actos en el Palacio de La Moneda, agrupaciones y minorías convocaron a una marcha por "los pobres" y para quejarse de los casi 17 millones de dólares en gastos de seguridad, logística y organización que cuesta la visita de Francisco.

"Muchos de nosotros hemos sido católicos. Pero nos sentimos defraudados. Sentimos que es un iglesia abusiva, discriminadora, intolerante y no aceptamos que las platas del Estado sean usadas en una visita que reviste carácter de religioso", dijo Víctor Robles, activista de un movimiento homosexual.

En la antesala de los actos del martes, dos capillas en la sureña zona de Cunco, en la región de la Araucanía, resultaron destruidas, mientras otra parroquia en Santiago también fue atacada, las que se sumaron a las cinco iglesias que sufrieron ataques la semana pasada.

El primer Papa latinoamericano, que nació en Argentina con el nombre de Jorge Bergoglio y vivió cerca de un año en Chile durante su juventud, también destacó en su primer mensaje en el país sureño que no se puede perder la capacidad de "escuchar" en un país donde la pluralidad étnica, cultural e histórica exige ser custodiada.

"Es preciso escuchar a los parados, que no pueden sustentar el presente y menos el futuro de sus familias; a los pueblos originarios, frecuentemente olvidados y cuyos derechos necesitan ser atendidos y su cultura cuidada", dijo el líder católico.

En su discurso también hubo palabras hacia los inmigrantes, que "llaman a las puertas de este país en busca de mejora" y de apoyo hacia los estudiantes para "sentirse protagonistas de Chile".

Fuente: Reuters

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