La gente hace fila y espera su turno para votar durante un plebiscito que decidirá si el país sudamericano reemplaza su constitución de 40 años, en Santiago de Chile, el domingo 25 de octubre de 2020 (AP Foto/Esteban Félix).
La gente hace fila y espera su turno para votar durante un plebiscito que decidirá si el país sudamericano reemplaza su constitución de 40 años, en Santiago de Chile, el domingo 25 de octubre de 2020 (AP Foto/Esteban Félix).
Agencia AP

Los chilenos en el extranjero dijeron “sí”. Tras el cierre de casillas al finalizar el histórico plebiscito del domingo en , el Servicio Electoral difundió que miles de los nacionales que votaron en otros países favorecieron ampliamente la opción de cambiar la Constitución instaurada por la dictadura militar hace cuatro décadas.

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En el país sudamericano fueron convocados 15 millones de ciudadanos y unos 60.000 chilenos sufragaron en 219 mesas de votación en 65 países.

Con el 33% de los sufragios del extranjero contabilizados, el Servicio Electoral dijo que el 86,59% optó por la opción favorecida por la oposición de centroizquierda de reemplazar la Carta Magna del dictador Augusto Pinochet (1973-1990), y el 13,41% votó por la propuesta del oficialismo derechista. El 86,11% sufragó para que la nueva Constitución sea escrita por miembros electos.

El plebiscito, que se desarrolló en un ambiente de tranquilidad durante casi toda la jornada, tiene lugar a un año del violento estallido social y las gigantescas protestas subsiguientes contra las profundas desigualdades sociales en Chile que empujaron a un acuerdo político para la realización del referéndum. Éste se desarrolla, además, en medio de estrictas medidas sanitarias para evitar la propagación del nuevo coronavirus.

Empero, al atardecer unos 200 encapuchados se enfrentaban a la policía en la céntrica Plaza Italia. Aunque eran dispersados con gases lacrimógenos y gruesos chorros de agua, se volvían a reagrupar. Tras alrededor de una hora de escaramuzas, la policía se replegó y los sujetos aprovecharon de levantar un par de barricadas encendidas. Al anochecer empezaron a congregarse varios miles de personas que llegaron con ánimo festivo a la misma plazoleta, escenario de las manifestaciones en la capital chilena.

“Tenemos la oportunidad histórica de cambiar la Constitución de (Augusto) Pinochet y porque quiero un Chile mejor, un mejor futuro para mis nietos, para que todo el mundo tenga los mismos derechos”, manifestó a The Associated Pres una mujer que se identificó como Patricia, de 75 años, luego de votar.

Ella sufragó rápido a diferencia de otra gente que debió hacer largas colas y esperar bastante tiempo para emitir su voto en una jornada que transcurría en paz, en contraste con una semana atrás, cuando durante el primer aniversario del estallido social hubo encapuchados que incendiaron dos iglesias y vandalizaron comercios, a pocos metros donde unas 30.000 personas conmemoraban la fecha.

Lo que se juega el domingo “es la posibilidad de que Chile construya un camino institucional para resolver aquellos problemas y deudas pendientes de la democracia chilena, que en su mayoría corresponden a problemas de exclusión política, económica y social”, planteó Marcelo Mella, politólogo y doctor en Estudios Americanos.

Heraldo Muñoz, presidente del opositor Partido Por la Democracia, dijo que “no solo se juega una Constitución, sino un país más justo, más digno, con reformas estructurales”.

Jacqueline van Rysselberghe, presidenta de la conservadora Unión Demócrata Independiente, que rechaza cambiar la Ley Fundamental, señaló que “sea cual sea el resultado, espero que sea pacífico y poder generar los cambios necesarios para el país, y que no pasan por cambios constitucionales”.

El ministro de Salud, Enrique Paris, por su edad, votó a media tarde en el horario sugerido para los adultos mayores debido al coronavirus. Aseguró que se han respetado las normas sanitarias, a pesar de que se detectaron dos personas que fueron a votar pese a estar contagiadas con el COVID-19. Chile registra hasta ahora 500.000 contagiados y 13.800 fallecidos, y mantiene un promedio de contagios diarios de 1.500 y 2.000 casos. Las personas positivas tenían prohibido salir a votar.

Los chilenos debían escoger entre la opción “Apruebo” cambiar la Constitución o “Rechazo”. Además, sin conocer los resultados, en el mismo acto escogerán quiénes redactarían la nueva Carta Magna: 155 ciudadanos electos o por 86 elegidos e igual número de parlamentarios en ejercicio.

En el caso de triunfar el “Apruebo” se iniciará un proceso constituyente que culminará con un nuevo plebiscito a mediados de 2022 en que los chilenos votarán si aceptan el texto propuesto.

Si el mecanismo para redactarla fuera una Convención Constitucional, con 155 miembros electos, deberá ser paritaria, es decir, con igual número de mujeres y hombres, algo inédito en Chile y en el mundo, dijo el historiador Manuel Gárate, de la Universidad Católica.

Una gran participación en el plebiscito “puede romper el alto abstencionismo que caracteriza por tres décadas a la democracia en Chile”, señaló Mella. La abstención era más alta entre los jóvenes y se agudizó luego que en 2012 se estableció el voto voluntario. En las elecciones presidenciales de 2017 sufragó el 49% del electorado y apenas un 35% en los comicios municipales de 2016.

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