Los problemas de Uruguay, el país elegido por Alan García para solicitar asilo. En la imagen, el presidente Tabaré Vázquez. (AFP).
Los problemas de Uruguay, el país elegido por Alan García para solicitar asilo. En la imagen, el presidente Tabaré Vázquez. (AFP).
Gisella López Lenci

, la ‘Suiza de América’, la tierra charrúa, de candombe, fútbol y mate, es hoy el centro de nuestras preocupaciones. ¿Se convertirá en el refugio de , como lo fue Colombia o Francia alguna vez? Mientras esto se define, el pedido de asilo del investigado ex presidente ha puesto de nuevo los ojos hacia el pequeño país del sur, que se convirtió hace unos años en el centro del progresismo al aprobar leyes sobre la marihuana, el aborto y el matrimonio igualitario.

Pero acercando la lupa, Uruguay no es el país de Pepe Mujica –que se vendió al mundo como el presidente más pobre del mundo– y donde aparentemente las cosas no andaban mal. Los uruguayos están preocupados y tienen motivos. Los niveles de criminalidad se han disparado y las expectativas de empleo declinan. Todo en un contexto preelectoral que puede provocar que el izquierdista Frente Amplio pierda el poder después de 15 años y vire hacia la centroderecha.

La aprobación del presidente ha caído a 30%, cuatro años después de iniciar su segundo mandato con el 50% de apoyo, y pese a tener una mayoría parlamentaria que le ha permitido gobernar sin mayores sobresaltos en el ámbito político.

¿Qué ha motivado este descontento? “La situación de seguridad está en franco deterioro. Uruguay ha registrado este año niveles récord de homicidios”, comenta a este Diario Mauricio Rabuffetti, periodista, analista político uruguayo y autor del libro “José Mujica. La revolución tranquila”.

Según el Ministerio del Interior, en el primer semestre del 2018 se consumaron 218 asesinatos en el país, es decir, un aumento del 66,4% en comparación al mismo período del 2018. Claro que si lo comparamos con los niveles de homicidios en Brasil, Argentina, Venezuela o el Perú, Uruguay sigue siendo un país ideal para vivir. Brasil, por ejemplo, registró en el 2017 un promedio de 217 asesinatos al día, es decir, 7,2 cada hora. Y en el Perú hubo 2.487 homicidios en el 2017, según el INEI.

“Quienes defienden la posición oficial utilizan el argumento de que Uruguay está mejor que otros países latinoamericanos. El país se tiene que comparar consigo mismo. El deterioro se ha profundizado y eso es un factor que va a tener un peso importante junto con la economía en la próxima elección”, agrega.

Pese a que la economía se ha expandido 2,4% en el primer trimestre, el desempleo se sitúa en 7,8% y la inflación en 7%, registros “demasiado altos” según la revista “The Economist”.

Para la analista uruguaya Fernanda Boido, una deuda pendiente de este gobierno es la calidad de la educación, que fue una de las principales promesas de campaña de Vázquez. “Por más que se han aumentado los presupuestos, no se ha logrado hacer una reforma, pero tampoco ha quedado claro cuál es el rumbo que el gobierno le quiso dar a la educación. Al final, no logró cambiar nada”, comenta.

Pepe Mujica le entrega la banda presidencial a Tabaré Vázquez el 1 de marzo del 2015. (AFP).
Pepe Mujica le entrega la banda presidencial a Tabaré Vázquez el 1 de marzo del 2015. (AFP).

—¿Sin corrupción?—

“Sin duda, Uruguay es visto como un país que no está afectado por la magnitud de la corrupción que afecta a otros países de Latinoamérica. Pero eso no significa que esté inmunizado contra el fenómeno”, agrega Boido, en referencia a los escándalos de sobornos en la región.

Uno de los casos que marcó recientemente al país fue la renuncia del vicepresidente Raúl Sendic. En mayo pasado, la jueza de crimen organizado Beatriz Larrieu lo procesó por los delitos de abuso de funciones y peculado mientras presidió la petrolera estatal Ancap durante el gobierno de José Mujica. Según la denuncia, Sendic usó las tarjetas de crédito de la empresa para hacer “numerosas compras en tiendas de ropa, supermercados, calzados deportivos, electrónica, joyería y librerías sin los correspondientes comprobantes justificativos”.

Sendic ya había sido protagonista de un escándalo cuando debió admitir que no era licenciado en Genética Humana, pese a que señalaba que tenía el título académico.

“El Frente Amplio no supo frenar a tiempo algo que a todas luces se iba a convertir en un escándalo político sin antecedentes en el Uruguay”, remarca Rabufetti.

Ante este escenario, las elecciones del 2019 se avizoran muy peleadas. En junio del próximo año se realizarán las primarias obligatorias en los partidos. En el gobernante Frente Amplio, quien parece tener la mayor opción es el actual intendente de Montevideo, Daniel Martínez. Sin embargo, las encuestas ponen en buena lid al tradicional Partido Nacional (centroderecha) y a su posible postulante, Luis Lacalle Pou.

En este escenario, al Gobierno de Uruguay se le ha sumado otro dolor de cabeza: la aceptación o no del asilo a Alan García. Mientras los uruguayos intentan descifrar su futuro, nuestro ex presidente sigue esperando que se deshojen las margaritas.

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El ‘outsider’

El nombre de Edgardo Novick podría empezar a sonar pronto. Es el líder del Partido de la Gente, una agrupación nueva que intenta abrirse espacio en el arraigado sistema de partidos en Uruguay.

Se trata de un empresario con mucho dinero que está teniendo presencia mediática debido a sus constantes ataques al Frente Amplio. Poco a poco está atrayendo al votante desencantado con los partidos tradicionales.

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